Bailarines españoles
Un lenguaje universal

Una constante une a los bailarines españoles de ayer y de hoy, su talento. Un talento que, superando adversidades como la falta de oportunidades, les lleva a actuar en los cinco continentes y a recibir numerosos galardones de prestigio. Desde el baile flamenco al ballet clásico, pasando por la danza contemporánea o los bailes urbanos, con su cuerpo han logrado conjugar un lenguaje universal y emocionar a millones de personas.
La situación de la danza en España está lejos de ser idílica, como nos recordaba el bailarín Sergio Bernal al calificarla como “crítica”. Entre las razones, argüía la falta de apoyo institucional. Tema en el que también incidía el bailaor Jesús Carmona, aunque mostrándose esperanzado: “Siempre serán necesarias más ayudas, más espacios, más público y, sobre todo, más formación sobre la danza en las escuelas, pero estamos en un buen momento”. “En este país se programa muy poca danza y los jóvenes no tienen donde mostrar su trabajo”, se lamentaba a su vez la bailaora Rafaela Carrasco. En España hay más talento que oportunidades, de ahí que muchos de nuestros mejores bailarines hayan desarrollado gran parte de sus carreras en el extranjero. Una de las claves para mejorar esta situación es impulsar el conocimiento en torno a la danza y sus protagonistas. Por eso, desde Talento a bordo —coincidiendo además con la tercera edición de los Premios Talía, que cuentan con el patrocinio de Iberia y que reconocen lo mejor del año en las artes escénicas— queremos repasar los nombres de algunos de esos bailarines españoles que marcan el paso tanto a nivel nacional como internacional.
Rafaela Carrasco
La carrera profesional de Rafaela Carrasco recorre más de tres décadas y está marcada por un propósito, el de reinventar, aunando clasicismo y modernidad, la disciplina de su vida: el flamenco. La alumna de Matilde Coral y Mario Maya se convirtió en un referente y hoy inspira a jóvenes bailaores. Precisamente, en 2023 recibió el Premio Nacional de Danza por transmitir “su particular estilo a las generaciones venideras”, además de por la “singularidad de sus creaciones”. Al frente de su propia compañía desde 2002, Creaviva es el título de su último proyecto.
Igor Yebra
La elegancia, la fluidez y la sutileza de los movimientos de Igor Yebra han viajado por los escenarios de los cinco continentes, recibiendo el aplauso unánime. Quizás por esa razón, en 2009 pasó a integrar el Consejo Internacional de la Danza de la UNESCO. Antes de emprender esa exitosa carrera internacional, que le valió en 2003 el prestigioso Premio Positano, se formó en la escuela de uno de los grandes bailarines españoles, Víctor Ullate. Siguiendo los pasos de su maestro, en 2006 fundó su propia escuela de ballet clásico en Bilbao.

La bailarina Tamara Rojo se convierte en una fuerza de la naturaleza sobre los escenarios. © Laurent Liotardo
Tamara Rojo
¿Por dónde empezar a la hora de hablar de Tamara Rojo? Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2002, Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2005 —compartido con la histórica Maya Plisétskaya—, Premio Benois de la Danse en 2008, directora artística y primera bailarina del English National Ballet entre 2012 y 2022... Actualmente, dirige el Ballet de San Francisco. Pese a llevar más de media vida fuera de España, siempre ha reivindicado sus raíces y es la mejor embajadora de nuestra danza. Capaz de llevar su cuerpo al límite, su energía y pasión sobre el escenario deslumbran.
Rubén Olmo
De humildes orígenes —se crió en la barriada sevillana de Las Tres Mil Viviendas—, la trayectoria de Rubén Olmo es un ejemplo de tesón. En su ciudad aprendió de los mejores —Manolete, Teresa Nieto o Antonio Canales, entre otros— antes de dar el salto a Madrid para unirse al Ballet Nacional de Danza —institución que, por cierto, dirige desde 2019 tras suceder a Antonio Najarro—. Después colaboró con referentes como Eva Yerbabuena o Rafael Amargo. En 2006 fundó su propia compañía, debutando con la aplaudida Belmonte, y en 2015 recibió el Premio Nacional de Danza.
Blanca Li
Hablar de la granaína Blanca Li es hacerlo de una artista total: bailarina, coreógrafa, directora artística y, sí, también cineasta. Con solo 17 años, tras abandonar la gimnasia rítmica, se mudó a Nueva York para ingresar en la escuela de Martha Graham. Allí descubrió el hip-hop, influencia clave en su carrera posterior. Después se instaló en Francia, país que la idolatra, como prueba que en 2014 fuera condecorada con la Legión de Honor francesa. A lo largo del tiempo ha colaborado con grandes marcas (Jean-Paul Gaultier, Prada, Kenzo) y artistas (Pedro Almodóvar, Beyoncé, Coldplay).

El bailarín madrileño Sergio Bernal recibió el Premio Talía al Talento Joven en 2023. © Alfredo Arias
Sergio Bernal
La versatilidad de Sergio Bernal, capaz de aunar danza flamenca y ballet clásico, es solo una de sus muchas virtudes. Su depurada técnica y su magnetismo sobre el escenario le han convertido en uno de los grandes bailarines de su generación. En 2012, con solo 22 años, recibió el Premio Positano. En 2019, pese a ser primer bailarín del Ballet Nacional de España, decidió dejarlo para fundar su propia compañía junto al coreógrafo Ricardo Cue. Con espectáculos como SER ha seguido deslumbrando a los amantes de la danza. En 2023 recibió el Premio Talía al Talento Joven.
Rocío Molina
El lenguaje de Rocío Molina se basa en un flamenco respetuoso con sus esencias que no renuncia a abrazar la vanguardia. Así ha construido una carrera marcada por la libertad, la transgresión, el virtuosismo, la innovación y el riesgo. Graduada con matrícula de honor en el Conservatorio Superior de Danza de Madrid en 2002, menos de una década después, en 2010, fue galardonada con el Premio Nacional de Danza. En 2022 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y en 2023 ganó el Premio Talía a mejor intérprete femenina de danza por Vuelta a uno.
Israel Galván
Hijo de bailaores, Israel Galván comenzó a bailar desde muy pequeño. Con los mejores profesores en casa, era cuestión de tiempo que comenzara a despuntar. Lo hizo de la mano de otro gran maestro, Mario Maya. En 2005 recibió el Premio Nacional de Danza y, en 2012, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Tras una vida dedicada a la renovación de su gran pasión, el flamenco, ha colaborado con referentes en ese campo como Enrique Morente, Vicente Amigo, Niño de Elche o Pedro G. Romero. En 2023 ganó el Premio Talía a mejor intérprete masculino de danza por Seises.
No sería justo terminar este repaso sin citar a mitos como Víctor Ullate o Nacho Duato, a iconos flamencos como Sara Baras, Joaquín Cortés, María Juncal o Antonio Canales y a referentes como Antonio Najarro, Lucía Lacarra o Ángel Corella. Sin olvidarnos del brillante presente que representan, por ejemplo, las últimas ganadoras del Premio Nacional de Danza: Lorena Nogal y Luz Arcas. Apuesten por la danza y déjense llevar por el talento de nuestros bailarines.