Nella Rojas

‘Volando’ alto en los Grammy

21 Noviembre 2019 Por Daniel Mesa
nella cantante
La cantante Nella en una imagen promocional. © Nina Rodríguez

La intérprete de la canción ‘Volando’ de Iberia, Nella, se alza con el Grammy Latino al Mejor Nuevo Artista. Consolidada como una de las cantantes con mayor proyección del momento, le robamos unos minutos para que nos cuente en primera persona qué se siente en días en que los astros parecen alinearse a su favor.

Nella Rojas (Margarita, Venezuela, 1989), más conocida por su nombre de pila, llegó a España de la mano de Javier Limón. Tan solo oírla cantar una canción hizo falta al productor de Paco de Lucía, Diego el Cigala o Buika para quedar obnubilado por el talento de esta joven cantante que, en menos de un año, ha demostrado ser una de las voces del momento. Su fusión de música tradicional, jazz, pop e incluso dejes flamencos la han llevado ahora a hacerse con el Grammy Latino al Mejor Nuevo Artista, compartiendo protagonismo en una gala donde también sonaron triunfantes los de nombres de Alejandro Sanz, Rosalía o Aitana.

Este reconocimiento llega en un momento clave en la vida de la artista, pocos meses después de presentar, con el apoyo de Iberia, su primera puesta de largo Voy; un impecable ejercicio de fusión que la cantante venezolana firma junto a Javier Limón, en el que elementos y cantes folclóricos se funden con ritmos y melodías pop. La misma premisa se cumple en “Volando”, la canción compuesta por Limón e interpretada por la artista con la que Iberia homenajea a sus empleados y al Airbus A350, y que juntos han llevado a ciudades como Panamá, Boston, La Habana o Nueva York a través del “Volando Tour”.

¿Qué se siente al conseguir un reconocimiento como este?
¡Qué te puedo decir! Cuando dijeron mi nombre no me lo creía. Tardé casi dos minutos en levantarme de la silla. Lo primero que se me pasó por la mente fue todo el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio que se han vertido en este proyecto, que, al fin y al cabo, podría decir que es mi vida. Recibir un Grammy te da muchísima visibilidad, más aún siendo la única artista nominada que no venía de la mano de una discográfica multinacional. Hemos llegado hasta aquí gracias al trabajo de hormiguita de un equipo de diez personas. Estoy superagradecida porque una exposición como esta es maravillosa para llegar a un mayor número de gente.

¿Ha cambiado algo tu vida en estos días?
Con tantas llamadas de felicitaciones, entrevistas, etc. ¡Creo que voy a necesitar un teléfono nuevo! (Risas). En mi concierto en San Luis (Misuri) al día siguiente de los Grammy noté que la vibración era completamente distinta. Sentía que flotaba en el escenario y, también, que la gente que no me conocía y que escuchaba mi música por primera vez venía con otras expectativas y un mayor entusiasmo. La gente cree mucho en este premio y, claro, siempre da caché.

El productor madrileño, ganador de 11 Grammy Latinos, Javier Limón, es a día de hoy tu gran mentor. ¿Cómo se originó la relación entre ambos?
Javier y yo nos conocimos hace años en Boston. Él me escuchó cantar una canción venezolana que llama mucho la atención porque tiene una melodía, una armonía y una letra muy particulares. Es un merengue cuya letra cuenta la historia de una mujer que madruga mucho para salir a vender algodón, alcohol español y otros productos básicos. A Javier le cautivó desde el primer momento. A partir de ahí quedamos y él empezó a descubrirme canciones de su tierra y composiciones suyas que, viniendo además de alguien como él, me iban como anillo al dedo.

“Volando” es probablemente la canción que más visibilidad te ha dado hasta la fecha. Cuéntanos cómo se fraguó.
En una reunión con Iberia, a Javier se le ocurrió que el nuevo avión de Airbus, el A350, tenía en su nombre la duración perfecta de una canción. Y así surgió “Volando”, una canción que dura 3,50 minutos. Más tarde, fuimos a Toulouse para presentarla en el avión. ¡Imagínate! En este tiempo se ha creado una relación preciosa con toda la familia Iberia. Es por eso que para mí era obvio que debía dedicarles el Grammy.

“En este tiempo se ha creado una relación preciosa con toda la familia Iberia. Es por eso que para mí era obvio que debía dedicarles el Grammy”

No se da un concierto a un avión todos los días…
Cantarle a un avión es algo muy raro y el hecho en sí puede parecer bastante frío. Sin embargo, ver la acogida que tuvo entre el equipo me hizo ver que era mucho más que eso. Tocamos fibras que no imaginábamos. La canción terminó convirtiéndose en una experiencia increíble que nos ha llevado muy lejos.

Tu música combina el folclore de tu tierra con otros géneros como el jazz o incluso el pop. Se podría decir que estamos en un momento álgido en cuanto a la recuperación de las músicas tradicionales. ¿Es algo que siempre has tenido claro?
Te mentiría si dijera que sí. En realidad, empecé cantando pop. Lo de fusionar el folclore me viene por algo que me ocurrió viviendo en Boston. No sé si por la nostalgia que sentía por mi tierra, por cuánto echaba de menos a mi familia y mi casa, tuve una especie de llamada de mis raíces. Supe que necesitaba tener una conexión con la música de mi país y así lo reflejé en la canción “La Negra Atilia”, en la que, además, cantaba por primera vez en español y que ha sido como un amuleto de la suerte en mi carrera. Creo que el público aprecia que un artista sea honesto y que lo que hace lo sienta y se lo crea de verdad.

Tengo entendido que ahora eres toda una experta en música española.
Más tarde, empecé a interesarme mucho por la música española y de influencia andaluza. La canción que primero me cautivó fue “Ojos verdes” cantada por Concha Buika. Enloquecí. Y así fui descubriendo a otras artistas contemporáneas como Silvia Pérez Cruz o Sandra Carrasco, y por supuesto a grandes como Paco de Lucía o Camarón. Me enamoró la relación que despiertan estas músicas con el público, una honestidad que a veces siento que se ha perdido con tanta sobreproducción. Creo que es responsabilidad de nuestra generación recuperar el folclore y traerlo a nuestros días.

“Del flamenco me enamoró su relación con el público, una honestidad que a veces siento que se ha perdido con tanta sobreproducción”

 ¿Cuándo te diste cuenta de que querías dedicarte a la música?
Canto desde que tengo memoria, aunque fue a los once años cuando le dije a mis padres que quería tomarme esto en serio y empecé a ir a clases. Me pasaba el día estudiando y educando mi voz sin darme cuenta. Mientras mis amigos jugaban a la Nintendo, yo me encerraba en mi habitación a leer letras y cantarlas desde que llegaba del colegio hasta la noche, día tras día.

Te formaste en la Escuela Contemporánea de la Voz de Caracas y en el prestigioso Berklee College of Music. ¿Cuánto de importante es la formación?
Creo que naces con un talento y que depende de ti si lo educas o no. En mi familia, por ejemplo, no hay ningún músico —yo fui la única loca que se lanzó a esta aventura–, pero si escuchas cantar a mi madre o a mi hermana, te das cuenta de que tienen oído suficiente para haberse dedicado a ello.

Actualmente vives en Nueva York, ¿qué te ofrece la Gran Manzana en este momento vital?
Nueva York es una ciudad que, así como te da, te quita. Es un lugar que te crea un escudo y una fortaleza que te hace ver de cuánto eres capaz. Cuando llegué ya tenía mi sencillo “Me llaman Nella”, lo que me hizo mucho más fácil el enfrentarme a una ciudad a veces tan intimidante y que te expone a todos los niveles; en Nueva York puedes estar cantando una esquina y que, de repente, pase por allí Herbie Hancock. Nunca sabes qué puede pasar.

Además de tu faceta musical, también has hecho tus pinitos en el cine, concretamente en un cameo en la película Todos lo saben, de Asghar Farhadi, donde interpretas algunas de tus canciones.
La historia es muy graciosa. Asghar Farhadi había llamado a Javier para que escribiera la música de su próxima película. Una de las canciones que le envió fue “El fin de fiesta”, donde aparezco yo cantando, con la idea de ofrecerle la canción, pero no la cantante. Resulta que a Farhadi le encantó con mi voz y me propuso viajar a España para formar parte de la película. Cuando me lo dijo Javier, me volví loca. Iba a cantar en una película teniendo de público a Javier Bardem, Penélope Cruz o Inma Cuesta. La experiencia fue increíble. Una de las mejores de mi vida.

Este es sin duda el año de Nella. ¿Crees en eso de que el éxito llega cuando uno se encuentra en el lugar perfecto en el momento correcto?
Sí, pero sobre todo creo en el esfuerzo y en el trabajo. También es importante visualizarte. De hecho, yo suelo dibujarme a mí misma en escenas que deseo que ocurran (¡guardo una recogiendo el Grammy!). Estoy convencida de que sin enfoque y sin disciplina nada de esto hubiera ocurrido.