Rosalía de las uñas largas
(de la A a la Z)
¿Cómo se construye una carrera de alcance internacional? Al margen de talento y algún don especial, ¿cuánta suerte hace falta? Preguntas complejas, a la altura de algunas grandes incógnitas de la existencia, que intentan encontrar respuesta en el siguiente glosario. Almodóvar, Beyoncé, Kanye West, Palomo Spain, Dua Lipa o las Kardashian no suelen equivocarse. Todos aman a Rosalía.
Que Rosalía Vila Tobella, de 25 años, es la protagonista de uno de los mayores fenómenos musicales surgidos en España en lo que llevamos de siglo XXI es incuestionable. Que ha creado, junto a sus colaboradores, una nueva forma de hacer, también. Rupturista e hipnótica. Experta en tomar un poco de aquí y otro poco de allí. Aventajada a la hora de licuar sentimientos apasionados con calculadas decisiones cerebrales. Portadora de cierto toc obsesivo que le impide parecerse a nadie. Así es Rosalía: única y, por añadir otro apellido, lo totalmente opuesto a fácil. Analizamos aquí las claves de un talento que, como el universo, continúa expandiéndose.
A de ALMODÓVAR. Otra cosa no, pero cuando Pedro Almodóvar se enamora de algo o alguien lo defiende y protege con sus inmensas alas internacionales. A Pedro le gusta apostar por el talento emergente, tanto como hacerlo público. Entre sus últimos elegidos: Palomo Spain (hay quien ve entre ambos cierto parecido físico), el actor César Vicente (pieza clave en Dolor y gloria) y Rosalía (a la que regala su primera incursión, breve, en el cine de verdad en la misma película).
B de BIGAS LUNA. El universo audiovisual de Rosalía bebe directamente del señor Luna: áreas de servicio inhóspitas, camioneros bragados, motos macarras, carreras ilegales… De Jamón, jamón a Yo soy La Juani pasando por Huevos de oro. Luego, claro está, hay muchas más influencias visuales: folclore cañí, cristianismo reinterpretado y fragmentos de esa nueva España profunda (que también existe). Mención especial para Héctor Herce y su gente, autor de dos de los clips más exitosos de Rosalía: Malamente y Pienso en tu mirá.
C de C. TANGANA. No sé sabe cuál de los dos está llevando el nombre de la España de hoy más lejos (ambos andan a la par). Se cuenta que fueron amigos con derecho a roce durante algunas canciones y que luego vino algo de mal rollo y poco más. De cara a la galería, siempre hablan maravillas el uno de lo otro.
D de DEDICACIÓN. Rosalía trabaja duro y lo contagia a su entorno. Este año va a ser la reina de los principales festivales de España y las peticiones para actuar en el extranjero no dejan de llegar.
E de EXTRARRADIO. Es importante criarse en uno (San Esteban de Sasroviras, en Barcelona, en el caso de Rosalía) para asumir desde la más tierna infancia, no sin orgullo de pertenencia, que todo en la vida tiene un precio. Además, la ingesta prolongada de estética de periferia —la misma que entra en el cerebro con forma de chándal, taconazos de polipiel y coleta panterita— suele acabar arrojando nuevas tendencias en moda cuando esta se cruza con lujo mainstream.
F de FAN. Porque Rosalía, como todos, creció admirando a muchos artistas. Un buen día se tomó la molestia de apuntar a sus cantantes e intérpretes favoritos en un papel. La lista es larga. Aquí, la versión concentrada: Beyoncé (el reconocimiento es mutuo y se produce vía Instagram), Björk, Caetano Veloso, Camarón (que, de seguir con vida, lo más probable es que bendijese las locuras de la niña, tan rompedora como él en su momento), Carmen Amaya, Chavela Vargas, Diego el Cigala, El Lebrijano, Enrique Morente, Kanye West (su más entregado fan-colega), Kendrick Lamar, Leonard Cohen, Lola Flores, Lole y Manuel, Pepe Marchena o Pharrell Williams.
G de GRAMMY LATINO. Su primer disco, Los Ángeles (lanzado en febrero de 2017), producido por ese barcelonés multitask llamado Raül Refree, le reportó a Rosalía una nominación a mejor artista novel. El segundo álbum, El mal querer, producido por El Guincho, alter ego de Rosalía, se llevó dos Grammy Latino en 2018 a la Mejor Fusión/Interpretación Urbana y a la Mejor Canción Alternativa por Malamente (Cap. 1).
H de HISTORIA. Poco más se puede decir, aunque su carrera desapareciese en unos meses: Rosalía ya es historia de la música de España y del mundo por haber creado un estilo propio.
I de INTELIGENTE. Lo es. Mucho. Y también “i” de intrépida, y de incombustible y, sobre todo, de imparable.
J de J. BALVIN. Nada como grabar con el trapero/reguetonero más escuchado de Spotify para que miles de personas de todo el mundo acepten tu nombre, primero, y tu flow, después. La última colaboración entre ambos, Con altura, suma la escalofriante cifra de 122 millones de reproducciones en poco más de dos meses. Y subiendo.
K de KARDASHIAN. Que el poderoso clan estadounidense que ha transformado la vida real en puro reality show te señale y diga que te ama no tiene precio. Para todo lo demás habría que tirar de mercadotecnia, aunque a Rosalía no le hace demasiada falta. Su éxito es, por encima de las decisiones de despacho, un fenómeno profundamente orgánico. La lista de famosas que la admiran va más allá de la K. La cantante Dua Lipa, la modelo Emily Ratajkowski, la actriz Halle Berry o el rey de la bachata Romeo Santos confiesan abiertamente su pasión por la catalana.
L de LABIOS. Aunque no lo pregone, Rosalía se siente especialmente orgullosa de sus labios y se le da muy bien el rictus/morritos “cuidado conmigo”. El rojo pasión es su color favorito.
M de MODA. Le encanta la moda y sabe que es la otra gran piedra angular de su floreciente imperio. Grandes como María Escoté o Palomo Spain diseñan para ella; emergentes como María Simun, también. Todos lo hacen con dedicación y amor por la cantante que, por cierto, ha firmado ya dos colecciones propias para una popular firma de moda joven low cost.
N de NO. No le gustan los toros ni tolera el maltrato animal, aunque sus vídeos tiren de tauromaquia. No habla de sus convicciones religiosas, si bien juega al máximo con la simbología católica. No es no.
Este año va a ser la reina de los principales festivales de España y las peticiones para actuar en el extranjero no dejan de llegar
Ñ de ESPAÑA. La marca España empieza a ver en ella a una embajadora mediática de primer orden. Cataluña no queda eclipsada en ningún momento.
O de ORGULLO. Orgullo de sus raíces, de sus orígenes y de su barrio.
P de PILAR. Dos son los pilares de su vida personal: Pilar Tobella, su madre, siempre pendiente de la formación musical de la niña; y La Pili, su hermana, encargada de apoyar a Rosalía en el complejo esfuerzo de vestir un personaje singular, rompedor e intercontinental. Al final, lo resuelven cum laude con aparente sencillez.
Q de QUERER. Lo quiere todo y todo a punta a que lo va a conseguir.
R de ROSALÍA. Cantaora, compositora y productora, su principal acierto radica en fundir magistralmente flamenco con ritmos urbanos actuales: del trap, al R&B contemporáneo o el pop más bailable. Su principal apoyo en estas lides es, sin duda, Pablo Díaz-Reixa, El Guincho, músico de Las Palmas de Gran Canaria afincado en Barcelona con el que comparte idéntica visión de la música.
S de SONY ESPAÑA. . La discográfica que primero creyó en Rosalía anunció su último disco desde los luminosos más caros de Times Square. De Nueva York para el mundo.
T de TRA, TRÁ. Que millones de personas incluyan en su día a día una expresión formada por la repetición de un monosílabo que no significa nada es, sencillamente, arte. Rosalía sabe conectar. Tra, trá.
U de UÑAS. Es una de sus fijaciones más fuertes. Y para gustos, colores. Juan Alvear, diseñador de uñas postizas poco o nada convencionales, es ahora mismo el favorito de Rosalía. Antes de conocerle, la cantante ya practicaba el nails extreme, como bien atestigua su concurrido perfil de Instagram, con 3,1 millones de seguidores.
V de VICTORIA. Los llenos totales de sus espectáculos no hacen otra cosa que elevar el precio de las acciones Rosalía S.A.
W de WEB. Domina y controla sus redes sociales como pocos artistas.
X de XXL. Por el largo de sus uñas.
Y de YO. Qué sería de los grandes artistas de la historia sin un poquito de ego (o un muchito). El ego, en estas cuestiones, más que necesario es obligado.
Z de ZARAGOZA. Todos allí se preguntan cuando volverán a ver actuar a Rosalía.
¡Buenamente, tra trá!