Le Parody
“Berlín es mi Jerusalén”
La cantante y productora de música electrónica se dispone a poner patas arriba el panorama musical patrio con ‘Porvenir’, un manifiesto en clave sonora donde convergen pasado y futuro.
La tierra tira. Y a Sole Parody, probablemente, más que a la media. Si, además, a esto le añadimos el reciente auge en la escena sonora de propuestas que, mediante una deliberada experimentación, dirigen la vista a las raíces, resulta lógico que la tercera referencia de la productora malagueña afincada en Madrid esté dejando tan buen sabor de boca entre público y crítica.
En Porvenir, álbum con el que se lanza a la autoedición, la autora de la copla ‘ravera’ ‘El Junco’ vuelve a demostrar su nivel de expertise en una asignatura pendiente para muchos de sus coetáneos: llevar el folclore andaluz a los clubs de baile. Aprovechamos un hueco en su apretada agenda de conciertos de este mes para charlar con ella sobre asuntos tan candentes como la apropiación cultural y la presencia femenina en la música electrónica, y de cómo el tradicional (y ansiado) contrato con una discográfica ya no es la única opción para que todos hablen de ti.
En este trabajo remplazas los elementos latinos y exóticos que atravesaban tus anteriores Hondo (2015) y Cásala (2012) —especialmente en el segundo— por un sonido más ibérico, con constantes guiños a la copla y al cante jondo. ¿Querías poner esta vez el foco en el folclore de tu tierra?
Aunque suelo llevar a cabo un proceso de búsqueda previo a la composición, nunca hay una intención demasiado preconcebida sobre cómo han de sonar las canciones. Depende mucho de lo que voy descubriendo en el camino. A diferencia del disco anterior, Hondo, en el que exploraba la conexión entre los folclores andaluz y orientales siguiendo las rutas del éxodo de la India a España, esta vez partí de una idea diferente. Por un lado, tenía muy claro que los ritmos tirarían por la música de club, sobre todo por el techno, que es el género que más suelo escuchar cuando salgo. Y por otro, que la parte melódica y vocal proviniera del cancionero popular andaluz, un estilo que me ‘mueve’ mucho. Lo más complicado fue hacer encajar las piezas de ambos mundos y que el resultado tuviera sentido.
Experimentar con el folclore se ha convertido en casi una nueva rama de la música avanzada, sobre todo en el género de la electrónica. Saltan a mi mente nombres como Arca, Aïsha Devi o Fatima Al Qadiri.
Sí, puede ser. Me encantan los universos de estos tres artistas, y a Aïsha Devi, concretamente, la admiro mucho. No sé hasta qué punto estaremos conectados porque cada uno tenemos un background totalmente distinto y venimos de escenas muy diferentes, pero sí creo que, al estar nuestra generación tan conectada con el futuro, existe un mayor desarraigo con nuestra cultura, y que eso nos ha llevado a tomar decisiones. Hemos llegado a un nivel de globalización tan importante que todo suena igual en la música. Imagino que, por esta razón, muchos empezamos a mirar hacia nuestras raíces con la intención de encontrar una voz propia.
En mi caso, después de tantos años fuera de Málaga soy consciente de que el sonido andaluz se ha ido acentuado a medida que pasan los años. Este disco es una forma de volver a mis orígenes. Cuando más me distancio, más me tira la tierra.
“Este disco es una forma de volver a mis orígenes. Cuando más me distancio de Málaga, más me tira la tierra”
Porvenir no es solo un disco de raíces; es también una celebración por todo lo alto del hedonismo club. ¿Alguna revelación?
Llevo varios años interesada en el techno pero, aunque pueda sonar a tópico, diría que fue sobre todo a partir de descubrir Berlín. Aquí no tenemos la cultura club que tienen allí, y hasta que no la vives de cerca no te das cuenta de lo que significa realmente, como la sensación de estar en una sala con un sistema de sonido brutal y que los graves de la música te llegan antes a la tripa que al oído. O, por ejemplo, que una fiesta dure 24 horas. Es toda una experiencia. Llegar a Berlín fue como descubrir mi Jerusalén.
¿De no ser malagueña crees que Le Parody seguiría sonando así?
Si no hubiera nacido en Andalucía, no cantaría con mi acento. Canto con lo que tengo y no creo que me diera por hacerme pasar por andaluza, que parece estar tan de moda últimamente (Risas). Creo que sí, sonaría distinto.
Hablas de “hacerte pasar por andaluza”. ¿Cuál es tu posición sobre el debate de la apropiación cultural?
Es un debate importante, pero no deja de ser complejo. Cada caso tiene sus particularidades. Es injusto generalizar y decir que todo estilo que bebe de otros ajenos es apropiación cultural. Aunque tengo que decir que se me clava en el alma cuando escucho a algún cantante que imita el acento andaluz. Me produce una sensación muy extraña teniendo en cuenta los chascarrillos y estereotipos que he tenido que soportar desde que me vine a Madrid. El flamenco tiene muchas capas; no se trata solo de ponerse unas flores en la cabeza. Yo uso mantones en mis conciertos sin estar tan vinculada a la cultura flamenca, pero la he mamado de otra forma. No soy quién para tirar la primera piedra, pero creo que cuando uno habla de lo que no sabe puede herir sensibilidades de quienes han pasado por situaciones complicadas por pertenecer a una cultura.
“Se me clava en el alma cuando escucho a algún cantante que imita el acento andaluz”
A la inversa de muchos artistas, con este álbum te pasas a la autoedición tras publicar con una disquera multinacional. ¿Por qué este giro?
Con la multinacional tenía un contrato de distribución que incluía una campaña de promoción durante el lanzamiento. Cuando me puse con el tercer disco valoré muchas opciones y llegué a la conclusión de que podía llevar la gestión todo sola y no regalar mi tiempo y mi dinero a un sello multinacional. Para ello, trabajo con bookers, una agencia de comunicación y una compañía de distribución. Hoy contamos con muchas herramientas. Ahora soy mi propio sello. Aunque es importante para que la gente venga a mis conciertos, la visibilidad que te ofrecen los grandes contratos no me seduce demasiado. Nunca me ha interesado la fama de números y followers; me gano la vida dando conciertos y trabajando en proyectos relacionados con la música. Me muevo en un circuito muy underground, pero que me permite seguir tocando y vivir de ello.
Todavía hoy parece motivo de sorpresa y escepticismo ver a una mujer sobre un escenario ejecutando música techno en directo y cantando a la vez. ¿Has sentido alguna vez que se dudaba de tu capacidad como música solo por el hecho de ser mujer?
Recuerdo que cuando tocaba acompañada de músicos, varias veces, el técnico de turno felicitaba a los chicos por cómo había sonado, ¡mientras yo, que era la compositora, observaba desde la otra esquina! Si hay un hombre y una mujer en un escenario, se tiende a pensar que es él quien lo ha compuesto todo. Otras veces, sientes que se sobrestima lo que haces solo porque eres mujer. Como si todo fuera más increíble y más difícil si no lo hace un hombre. Preguntas como “¡Wow, ¿cómo consigues hacer eso?” son un clásico (Risas).
¿Qué artistas te pones para estar por casa?
Depende del día y del momento. Desde Enrique Morente a un podcast de techno pasando por un recopilatorio de boleros en YouTube.
Después de más de diez años en Madrid, ¿eres ahora más de bravas o de boquerones?
De boquerones, que las bravas a veces se hacen pesadas.