León Benavente

Los cuatro jinetes del pop español

23 Septiembre 2019 Por Daniel Mesa
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Leon Benavente: poetas de los tiempos modernos. © Warner Music

El cuarteto publica su tercera puesta de largo, Vamos a volvernos locos (Warner, 2019); su álbum más enérgico hasta la fecha, pero no exento de emoción, que te hará bailar en la pista entre sollozos.

Reza el refranero popular que nunca sabemos qué nos aguarda a la vuelta de la esquina más próxima. Esto es, en grandes líneas, lo que les ocurrió a Abraham Boba (voz), Edu Baos (bajo y sinte), Luis Rodríguez (guitarra) y César Verdú (batería) el día que sus vidas se cruzaron allá por el 2012. El motivo de este fortuito encuentro ­—como diría Leautréamont— no fue otro que una gira de Nacho Vegas, para la que habían sido reclutados por el asturiano como banda de directo. Aunque algunos ya habían tocado previamente juntos casi sin saberlo. “La primera vez que vi a Abraham fue mientras tocaba con Tachenko [su formación anterior] en el Primavera Sound. De repente —y sin que nadie me avisara— , se subió a tocar un tema con nosotros. Al terminar, se bajó y no volví a verle en cuatro años”, recuerda Edu entre risas.

Desde que aquella gira los uniera, León Benavente no se ha bajado del escenario principal. Su estilo urgente de tintes kraut, letras afiladas de las que no dan tregua y una actitud en directo que se crece con los años los han situado en algo más de un lustro entre las bandas patrias más necesarias. Ojo al león porque este año vuelve a rugir.

¿Qué lugar diríais que ocupa en vuestra discografía este Vamos a volvernos locos?
Luis: Aunque pueda sonar a topicazo, me atrevo a decir que es nuestro mejor disco hasta la fecha. Probablemente porque para este álbum hemos estado encerrados tres meses en el estudio, mientras que los anteriores los grabamos en menos de una semana. Supongo que eso hace que el resultado sea un disco mucho más maduro, más afinado. Más rico, en definitiva.

Imagino que contar con el respaldo de una discográfica multinacional ayuda.
Abraham: A nivel artístico no ha cambiado nada. Si a este disco hemos podido dedicarle más horas es porque Edu tiene ahora un estudio propio [El Cariño, en Mozota, Zaragoza].
César: Eso y, que tras seis años tocando juntos, nos vamos entendiendo mejor y aprovechamos más el tiempo.

A diferencia de otros trabajos, en este encontramos verdaderos hits de baile. ¿Teníais ganas de sacar vuestra música a la pista?
Abraham: Queríamos un disco emocionante que se pudiera bailar. Las canciones más agresivas y salvajes ya las hicimos en el pasado. Y están ahí, son parte de nuestro repertorio, pero ahora nos apetecía jugar con otro tipo de sensaciones.

El hecho de que la barrera entre el indie y el mainstream se haya difuminado en los últimos años ha contribuido a que bandas de pop menos convencional lleguen, como vosotros, a un mayor y ecléctico público, ¿no creéis?
César: Desde que desapareció el concepto de tribu (heavys, punkies, raperos…) la gente tiene los oídos más abiertos y escucha estilos distintos. Al público de un festival ya no le molesta que grupos como nosotros compartamos cartel con propuestas como las de Za! o Izal. El argumento de “yo soy indie y voy a escuchar solo este estilo” se ha quedado obsoleto. La gente tiene ahora más ganas de sorprenderse.

En la nota de prensa del disco hacéis hincapié en unos versos de la poetisa Anne Carson que dicen: ‘Sin apenas mirarse entre sí los músicos tocaban como uno solo, en un estado de puro descubrimiento’. ¿Cómo consiguen fluir cuatro cabezas en el local de ensayo?
Abraham: Sobre todo, sabiendo muy bien lo que no queremos. Cuando estamos en el estudio lo que hacemos es juntarnos los cuatro y ponernos a tocar (ojo, tampoco es que hagamos jam sessions). Cuando tenemos una idea, la desarrollamos y dejamos que vaya mutando. Luego, trabajo por mi cuenta las letras, la melodía y la estructura final, y una vez lista, volvemos a darle otra vuelta. A veces, el resultado no se parece en nada a la idea inicial…
Luis: Los cuatro pertenecemos a la misma generación y nos conocimos en un momento vital similar. Son factores clave para que exista esa conexión.

"Queríamos un disco emocionante que se pudiera bailar. Las canciones agresivas y salvajes ya las hicimos en el pasado"

Hay algo en esta nueva etapa de 80’ español que se percibe con claridad en temas como ‘Cuatro monos’ o ‘No hay miedo’. Este último podría ser una versión de Hidrogenesse de un tema de Carlos Berlanga.
César: Diría que la influencia de Berlanga ha estado ahí desde el primer disco.
Abraham: A los cuatro nos gusta mucho Hidrogenesse y, aunque no es un referente en absoluto, nos interesa lo que hacen. Nuestra premisa cuando compusimos ‘No hay miedo’ era hacer una canción que pudiera sonar en un club. En cuanto al sonido ‘ochentas’, puede ser, pero no es premeditado. De alguna manera, lo tenemos dentro de nuestros cerebros. A veces, nos hemos dado cuenta de que se nos cuelan en las canciones cosas que hemos oído en la radio cuando teníamos ocho años.
Edu: Yo lo calificaría como unos ‘ochentas’ revisados. Puede que tomemos sensaciones, matices y sonidos de esa década, pero están actualizados.

En vuestros singles de adelanto, ‘Como la piedra que flota’ y ‘Amo’ colaboráis con dos vozarrones, las de María Arnal y Amaral respectivamente. Una lástima que no se oigan más alto sus voces…
Abraham: Suenan así porque queríamos que fueran solo arreglos más que canciones cantadas a dos. No teníamos la intención de hacer un dueto porque son temas que vamos a tocar en directo, y no hay nada que dé más bajón que oír un dueto cantando por uno solo. Este tipo de featuring lo lleva haciendo años Kendrick Lamar con gente como Rihanna o Bono, quienes lo único que hacen es cantar un par de frases. Es una colaboración diferente, pero muy necesaria, que nos permite que la canción pueda seguir funcionando en nuestros directos.

El humor que respiran las letras de este disco es por lo general positivo. Aunque, como ya es habitual en vosotros, también hay lugar para el descontento y la desidia. ¿Qué lugar ocupa ‘el mensaje’ en la música de León Benavente?
Abraham: El mismo exactamente que la parte instrumental.
Edu: Yo creo que lo que nos diferencia principalmente de otros grupos es la importancia que nosotros damos a las letras. Cuando un texto es bueno te cala mucho más. Te hace pensar, sentirte identificado. Es una de las mejores virtudes de Abraham. Tiene la capacidad de escribir para todos desde su experiencia.
Abraham: Es un disco vital y con un toque de humor. ‘Cuatro monos’ es una forma de reírse de nosotros mismos y ‘Ayer salí’ es un tema que tiene bastante coña… Hablan de cosas que no siempre son agradables, pero lo hacemos desde la risa. Siempre me han gustado los letristas que te hablan de algo jodido desde el sentido del humor. Randy Newman es un gran maestro en la materia.

¿No creéis que se tiende a la banalización de las letras?
Edu: Más allá de nuestros gustos, creo que todas las letras son importantes y que reflejan una sociedad concreta. Cada colectivo se siente identificado con un tipo de música y un tipo de letras, no somos quiénes para criticarlos.
Cesar: Depende del nivel de exigencia del oyente. Hay personas a las que les interesa más oír una letra trabajada y otras que no le dan tanto valor a lo que te está contando el cantante.

En vuestro caso, ¿surge antes la letra o la música? 
Abraham: Depende de la canción. Hay canciones que nacen de un fragmento instrumental al que luego le he puesto letra y otras, como ‘Habitación 615’, que lo que hicimos fue musicalizar un texto.

Habéis rebajado el nivel de reivindicación que rezumaba vuestro debut homónimo, ¿me equivoco?
Abraham: Al igual que todos tus actos son políticos, todas las letras son políticas. Aunque estés contando una historia de amor estás expresando una idea. Si hablamos de política como tal, es cierto que el primer disco hacía más de espejo de la insatisfacción político-social que vivíamos y que en este nos detenemos más en pensar si lo que está fallando está fuera o, por el contrario, lo tenemos dentro de casa.

¿Cuál es vuestra imagen del pop español actual? Se tiene la sensación de volver a una segunda Edad de Oro.
Cesar: Cuando los grupos internacionales empezaron a visitarnos menos debido a la crisis, se le dio un nuevo impulso a la escena nacional. Ahora, los cabezas de cartel españoles funcionan en muchos casos mejor que los internacionales. Todo se esta profesionalizando mucho mas, incluyendo el circuito de salas.
Abraham: Están surgiendo propuestas muy diferentes y se empiezan a percibir mezclas muy interesantes.
Cesar: Siento que la música española va a sorprendernos mucho en los años venideros.

Parece que, al fin, estamos perdiendo el complejo frente a países como Reino Unido, Francia o Estados Unidos.
César: Totalmente, ya hemos superado, por ejemplo, el miedo a cantar en español.
Luis: Solo hay que ver lo que hace Rodrigo Cuevas… Existe también un efecto llamada. Cuando muchos jóvenes ven que sus vecinos hacen cosas y que les funciona, se apuntan al carro.
Edu: Es como volver a los años 80.
Abraham: A unos 80’ sin drogas, ja, ja, ja.