Maestros de la pintura
en versión gourmet
En una vuelta de tuerca más en busca de originalidad, el Museo Thyssen-Bornemisza reinventa los atractivos de la pintura, acercándola a los encantos de la alta cocina. Esta vez, con un libro de arte para chuparse los dedos.
Para asombro de propios y extraños, cuatro siglos más tarde de que algunos maestros holandeses de la pintura, como Gabriel Metsu, Willem Claesz Heda o Emanuel de Whitte, reflejaran en sus lienzos (La cocinera, Bodegón con pastel de frutas y diversos objetos, Antiguo mercado de pescado en el Dam) las delicias y costumbres culinarias de la época, los responsables del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza han decidido darle la vuelta a la historia encargando a 25 chefs contemporáneos de reconocido prestigio que reinterpreten gastronómicamente alguno de los cuadros más insignes de los fondos de la pinacoteca. Una idea original pero no por ello descabellada, teniendo en cuenta que, según Guillermo Solana, director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, “el reverso de la cocina como arte visual sería la pintura como arte gastronómico”.
El resultado de esta propuesta es El Thyssen en el plato, una publicación a modo de recetario de lujo que será, sin lugar a duda, un libro icónico para los amantes de la pintura y los apasionados de la gastronomía de altos vuelos. Y no, no exageramos.
Con la elaboración de Oriol Balaguer (Mejor Chef Pastelero de la Academia Internacional de Gastronomía 2018), por ejemplo, no hay duda de que sí es posible trasladar a un postre el universo femenino de la pintora Sonia Delaunay. Base de bizcocho de naranja con gelatina de lichi, compota de frambuesa, vainilla Tahití, y ralladura de lima conforman “Insinuación”, un dulce sofisticado y elegante, al igual que la obra Vestidos simultáneos de la artista francesa.
Otra gran pastelera, la venezolana Andrea Dopico, jefa de pastelería del restaurante del Alàbriga Hotel & Home Suite 5GL (y una de las 30 personas menores de 30 años más influyentes del mundo según Forbes), ha recreado con chocolate crujiente, cremoso de Jivara, bizcocho moelleux y gelatina de bourbon, La virgen del árbol seco, del pintor flamenco Petrus Christus, en un juego de contrastes entre lo suave y lo áspero, la rudeza y la ternura, que bien cautivaría al propio Petrus para dejar los pinceles y pasarse directamente al mundo de la degustación.
La idea inicial de este apetecible libro se basaba en que cada uno de los 25 chefs seleccionados debía recorrer las salas del Thyssen buscando inspiración en una pintura del museo. Cada uno de ellos elegiría entonces una obra sobre la que realizar una receta exclusiva. “No se ha buscado una traslación literal de la obra al plato, sino una inspiración que pudiera aparecer a través del tema de la obra elegida, o de la textura del material utilizado por el artista, por ejemplo” comentan desde el Thyssen. Y a veces, como afirma Guillermo Solana en el prólogo, “la mejor traducción de un paisaje boscoso puede ser un plato de setas, según demuestran en sus respectivas creaciones Víctor Arguinzoniz y Paco Morales”.
En esta interesante y difícil hazaña, hay quien, como Martín Berasategui (diez estrellas Michelin) se sintió iluminado por el paisaje y el entorno. “En cuanto vi la pintura de Jacob Philipp Hackert, Paisaje con el palacio de Caserta y el Vesubio, me sentí sumergido en los montes del País Vasco con las ovejas pastando, el sabor de nuestro cordero, y no tuve duda a la hora de elegir este plato. Chuleta de cordero de leche con suero de parmesano, buñuelo y trigueros es un homenaje a estos montes, sus pastores y los sabores de antaño”, explica. Un plato que tal y como lo cuenta el chef suena muy tradicional, pero si se observa al milímetro la presentación sabemos que estamos ante una obra maestra de la alta cocina contemporánea.
Otros, como Juan Mari y Elena Arzak, han sido incluso hasta rebeldes, trasladando al plato Composición de colores con rojo y azul, de Piet Mondrian, con un Mondrian de ostras en tonos naranjas y verdes.
Balaguer, Dopico, los Arzak y Berasategui son solo cuatro de los 25 chefs de renombre que han hecho de las páginas de esta publicación una auténtica obra de arte. Andoni Luis Aduriz; Samy Alí; Víctor Arguinzoniz; Sura Ascaso; Juan Manuel de la Cruz; Quique Dacosta; Lucía Freitas; Gonzalo García y Luis G. Búa; Diego Guerrero; Sacha Hormaechea; Ángel León; Roberto Martínez Foronda; Paco Morales; Toño Pérez; Albert Raurich; Roberto Ruiz; Carme Ruscalleda; Jesús Sánchez; Ricardo Sanz; Paco Torreblanca y Manuel Urbano son el resto de los genios de los fogones que han conseguido que El Thyssen en el plato sea un viaje visual a través del gusto entendido como sentido y como estética.
Un viaje exquisito y sublime para deleitarse sensorialmente y con el que cualquier lector podrá darse cuenta de que, efectivamente, en el arte de combinar elementos, colores, formas, texturas, símbolos, luces y sombras, pintores y cocineros tienen muchas, muchísimas cosas en común.