¡Qué Movida!

Retratos de una revolución

16 Octubre 2019 Por Rosario Fernández
movida ouka leele
Miguel Trillo documenta a través de sus instantáneas la evolución de las jóvenes tribus urbanas desde la transición hasta nuestros días. Madrid, 1982. © Miguel Trillo

Ouka Leele, Alberto García-Alix, Pablo Pérez-Mínguez y Miguel Trillo protagonizan la exposición fotográfica 'La Movida. Crónica de una agitación. 1978-1988', que se inaugura el próximo 17 de octubre en Barcelona.

Utopía y libertad. Estas dos palabras son las que mejor resumen lo que fue La Movida para Ouka Lele. “Soñábamos con ser artistas, no sabíamos muy bien en qué disciplina, pero teníamos claro que lo nuestro era el arte; todos nos influíamos y todos nos ayudábamos unos a otros. Preferíamos aprender de la calle y de nuestros amigos y no del sistema educativo”, destaca la artista.

Tras varias décadas de dictadura y ostracismo, la transición española vio aparecer una nueva generación fascinada por la modernidad y la idea de lo nuevo, que cristalizaría en creadores procedentes de diferentes campos como la música, la moda, el cine, la pintura o la fotografía. Este apogeo cultural se distinguió de otras ciudades europeas por ser un fenómeno que conectaba directamente con la vida cotidiana del momento. El arte era la vida, y La Movida, según uno de sus protagonistas, Pablo Pérez-Mínguez, “tenía la magia de la sorpresa”.

“Pablo Pérez- Mínguez  era el retrato de La Movida. Por su estudio abierto pasábamos todos. Gracias a él di mis primeros pasos en el mundo del arte”, comenta Ouka Leele. De Alberto García-Alix, recuerda que “al principio, estaba más interesado en las motos que en las fotos, hasta que se metió en el mundo del revelado en blanco y negro, con el que hace auténticas maravillas”. Y de Miguel Trillo aclara que no fue uno de los primeros en conocer, pero que al final todos coincidían e íban a los mismos sitios, “a locales como el Rock-ola o El Penta”.

Precisamente, Ouka Leele, Alberto García-Alix, Pablo Pérez-Mínguez y Miguel Trillo protagonizan la exposición La Movida. Crónica de una agitación. 1978-1988, que se inaugura el próximo 17 de octubre y podrá verse hasta el 16 de febrero de 2020 en la sede barcelonesa de la Fundación Foto Colectania. Comisariada por Antoine de Beaupré, Pepe Font de Mora e Irene de Mendoza y coproducida por Foto Colectania y Les Rencontres d’Arles, la muestra ofrece una aproximación a este momento histórico desde la perspectiva de la fotografía, abordando ámbitos y miradas radicalmente diferentes.

La exposición presenta una multifacética mirada sobre este movimiento, en la que se podrán contemplar extraordinarias fotografías de todos los autores, auténticas joyas como las copias de época de García-Alix, los originales coloreados de Ouka Leele, o los ‘cibachromes’ de Pérez-Mínguez y Miguel Trillo.

Así, en La Movida. Crónica de una agitación. 1978-1988, Miguel Trillo retrata la libertad de la calle y la juventud del momento, agrupada en tribus según su manera de vestir y sus comportamientos. Bajo el lema del ‘todo vale’, el resultado de Pérez-Mínguez es una impactante imaginería gamberra de los personajes más relevantes de la época. Las fotografías oníricas y llenas de artificio de Ouka Lele, pintadas con acuarela, son el resultado, según la autora, de ideas que lentamente han cobrado forma en su imaginación. Las fotografías de la primera época de García-Alix, por su parte, son testimonio de cómo se transformaba la calle y los personajes que la habitaban. Sus imágenes constituyen ‘otra’ crónica del momento, que nos muestra a una generación que también fue arrasada por la droga y el sida.

Estos cuatro artistas convivieron, se cruzaron y, a su modo, cada uno de ellos fue un cronista de La Movida. La excepcionalidad de la fotografía de ese período es precisamente su aportación individual, reflejo de la diversidad de los mundos en los que se volcaron y de sus ricas personalidades desde el punto de vista fotográfico, y que dan como resultado una mirada poliédrica sobre aquel momento.

La Movida. Crónica de una agitación.1978-1988 incluye, además, una selección de materiales como vinilos, fanzines o carteles, así como una proyección de actuaciones musicales, que complementan los universos de los fotógrafos con otros ámbitos a los que estuvieron vinculados, como la música o el cine.

La Movida se convirtió, ya en su momento, en un fenómeno enormemente publicitado y mitificado. Periódicos y televisiones de todo el mundo fueron a Madrid para hacer reportajes de lo que allí estaba pasando. Pero más allá de ser un movimiento generacional o de compartir una sola ideología, La Movida fue un momento histórico de gran efervescencia, optimista y ecléctico, acusado en muchas ocasiones de un exceso de narcisismo y frivolidad. Quizá por eso algunos han renegado de este movimiento, al que sería interesante aproximarse desde una óptica distinta: la de la búsqueda de la libertad y la reivindicación de ser uno mismo tras un largo periodo de estancamiento.

Tal vez, como afirman muchos de sus protagonistas, el secreto de La Movida se reduce a que ha habido épocas en las que la gente, simplemente, se ha ‘encontrado’. O como dijo Pérez-Mínguez, “donde haya tres personas con ganas de hacer algo juntos, hay una movida”.