Carmen Machi
“Se puede tener miedo a no tener trabajo, pero no a encasillarse”
Carmen Machi enlaza este año proyectos de envergadura nacional e internacional. ¿Su próximo reto? Dar vida a una delincuente en ‘Criminal’, una serie en clave de 'thriller' donde la más poliédrica de nuestras actrices demuestra, una vez más, que puede con todo lo que le echen.
Imparable. Esta es la palabra que mejor define esta temporada a Carmen Machi. La actriz aparca la comedia para ponerse en la piel de una sospechosa de delito en Criminal. Creada por dos viejos conocidos de la ficción televisiva —los británicos George Kay (Killing Eve) y Jim Field Smith (The Wrong Mans)—, la serie presenta un formato revolucionario: es una coproducción de Alemania, Inglaterra, Francia y España en la que cada uno de los países se encarga de tres capítulos.
Los episodios españoles llevan la firma del ganador de tres premios Goya Mariano Barroso, y cuentan con guiones escritos por Alejandro Hernández (El Autor) y Manuel Martín Cuenca (Caníbal). Juntos, y con un elenco capitaneado por la madrileña, se suman a uno de los productos, cinematográficamente hablando, más esperados de la ‘rentrée’.
Pero hay más. Desde el thriller más claustrofóbico al terror o —agárrense los machos—la ciencia ficción, Carmen Machi sigue rompiendo moldes y haciendo suyos personajes que se alejan del papel que la catapultó a la fama entre el gran público, Aída. Lo cuenta a Talento a bordo coincidiendo con el estreno mundial de Criminal (en Netflix).
En esta serie compartes créditos con otros actores patrios como Eduard Fernández, Álvaro Cervantes, Inma Cuesta o Emma Suárez, pero también con grandes figuras del cine internacional (David Tennant, Nina Hoss, Nathalie Baye o Laurent Lucas). ¿Existe en la interpretación eso que llaman la “presión internacional”?
No tanto en mi caso. He vivido esta experiencia como una aventura extraordinaria y única. Me ha fascinado el hecho de trabajar en un proyecto con un carácter tan internacional. Es una serie muy diferente y arriesgada, y que hayan contado conmigo para algo de estas dimensiones, obviamente, me hace sentir fenomenal. Más que presión, lo que siento es alegría.
En la serie debutas bajo las órdenes del actual presidente de la Academia, Mariano Barroso (El día de mañana, Todas las mujeres, Éxtasis…). Cuéntanos.
El rodaje fue excepcional y muy distinto de a lo que estoy acostumbrada. Hacíamos tomas de hasta 40 minutos porque Barroso quería que rodásemos planos de seguido, lo cual no es tan común en cine. Es un trabajo que da un vértigo increíble, aunque, por otra parte, te facilita mucho el poder mantener el rácord emocional. Nos pasamos infinidad de horas encerrados en un cubículo de interrogatorios Ha sido de una intensidad maravillosa. Y Mariano, para mí, es Dios. Es un director de actores en toda regla. Viene del teatro y eso se nota. Le encanta trabajar con nosotros y eso hace que se cree un vínculo recíproco. Lo hemos pasado pipa.
Esta iniciativa es también síntoma de que la ficción española se encuentra en plena forma, ¿no crees?
En España tenemos un potencial increíble en material audiovisual. Mucho más de lo que pensamos. A nuestro cine se le tiene más estima fuera de nuestro país que dentro. Es la ignorancia de cuando en nuestra casa no somos capaces de ver el valor de nuestra propia familia.
Muchos, acostumbrados a tu faceta más cómica en Aída o en películas como Ocho Apellidos o Que se mueran los feos, se sorprenderán al verte interpretando a una delincuente en una serie policiaca.
Es curioso, ya que yo en ningún momento he sentido que se trate de un registro nuevo en mi carrera. Sin embargo, cada vez que toco algún género diferente de la comedia me hacen la misma pregunta. Puede que el público tenga una imagen muy concreta de mi trayectoria como actriz, pero llevo toda mi vida cambiando de roles. Hago mucho teatro y saltar del drama a la comedia o al terror es lo normal para mí. De hecho, tiendo a elegir papeles que no tengan nada que ver entre ellos.
“Puede que el público tenga una imagen muy concreta de mi trayectoria como actriz, pero llevo toda mi vida cambiando de roles”
¿En algún momento temiste que tantos años en la piel de Aída pudiera encasillarte para siempre en el género de la comedia?
En absoluto. Nunca he tenido ningún miedo de encasillarme. Aída era un personaje riquísimo en colores, con muchísimo material dentro de sí mismo. Se puede temer a no tener trabajo, pero no a encasillarte.
Las plataformas online son, además de un escaparate, una lanzadera para actores emergentes. ¿En qué medida crees que estas plataformas están cambiando el rumbo de la industria?
Como actriz, siento que gracias a ello hoy hay más trabajo y más proyectos interesantes, además de una competitividad más sana. Al igual que el usuario tiene una mayor capacidad a la hora de elegir el contenido, los actores tenemos la posibilidad de trabajar en series y películas muy variadas y más arriesgadas. España es un país con un talento increíble a todos los niveles, y estas plataformas están contribuyendo a darnos una mayor visibilidad también fuera de nuestras fronteras. Es una presión que, como actriz, es muy excitante y mola mucho. Aunque lo que más me pone no es que me vean en el extranjero, sino que el trabajo quede bien hecho.
¿Eres de las que se quedan hasta altas horas de la madrugada devorando una serie?
Reconozco que no llego a ese nivel. Soy más de apreciar la intensidad y la profundidad de lo que veo, por lo que suelo contenerme cuando algo me gusta mucho para digerirlo lentamente. Además, si veo cinco capítulos seguidos me siento mal conmigo misma. Me digo: “Cuidado, nena, que tienes otras cosas que hacer”.
¿Qué es lo que más te ha gustado de tu personaje?
La evolución y el arco emocional del personaje son fantásticos (¡aunque ella en sí me da una pena horrible!). Pero más allá del personaje, me gustan mucho el formato y la lucha dialéctica en los diálogos con mis compañeros. Cuando un guion está bien escrito, como es el caso, disfruto como una enana.
“Aída era un personaje riquísimo en colores, con muchísimo material dentro de sí mismo. Nunca he tenido miedo a encasillarme”
¿A qué guiones te cuesta dar el “sí, quiero”?
Por lo general, suelo rechazar papeles en comedias. Es un género muy difícil de escribir y que me tomo muy en serio (soy un poco tocapelotas en ese sentido). No soporto cuando se escribe comedia pensando que el público es necio, ¡me irrita profundamente! Solo a Nacho García Velilla (Aída, Perdiendo el norte, Villaviciosa de al lado, 7 vidas) le digo que sí sin leerlo. En otros géneros, confío más en los guionistas.
Si no te hubieses dedicado a la interpretación, ¿dónde te veríamos ahora?
Me he dedicado a esto desde que soy niña. No he hecho otra cosa y creo que no sabría hacerla. Además, ¡soy demasiado vaga para aprender otro oficio! De elegir, me habría gustado saber tocar el piano —que nunca aprendí— o montar a caballo, pero soy alérgica a casi todos los animales, así que tampoco.
Tu currículo se actualiza a una velocidad de vértigo. Además de ‘Criminal’, figuran la serie de terror 30 Monedas de Álex de la Iglesia, la primera serie de Leticia Dolera (Vida perfecta) o Las mil vidas, el próximo largometraje de Marina Seresesky. ¿Alguien más ha tirado los trastos recientemente a Carmen Machi?
Muy pronto empiezo un proyecto de Juan Cavestany (autor de Urtain, El Traje) con Pepón Nieto. Una historia chulísima y muy peculiar salida de la cabeza de Cavestany. Del resto de proyectos no puedo decir aún nada porque todavía no he firmado, no porque puedan chafarse, sino porque siempre digo que lo que no está firmado no existe.