Kase.O

Rima, ritmo y empatía

23 Diciembre 2019 Por Rafa Cervera
kase o apertura
El rapero Kase.O en el estudio. © Marcos Cebrián

En los últimos cuatro años, el rapero Kase.O se ha situado en lo más alto el hip hop español. Más de 20.000 copias vendidas del álbum ‘El círculo’, y una gira triunfal por España y Latinoamérica, además de varios premios y nominaciones, avalan ese triunfo.

Kase.O ha logrado llevar sus rimas más allá de los círculos especializados, depurando y haciendo crecer un estilo más que necesario en la música contemporánea. El trayecto artístico de Javier Ibarra (Zaragoza, 1980) comienza a la vez que el del hip hop español, con grupos pioneros como Violadores del Verso, con los que grabó cinco álbumes entre 1998 y 2006.Luego llegaría la experiencia de unir jazz y rapa través del proyecto Jazz Magnetism. Y finalmente, en 2016, su debut como solista, El círculo, el álbum que da pie a su nuevo lanzamiento: dos DVD y un disco agrupados bajo el título Dentro del círculo.

¿Es cierto que empezaste a rapear con 13 años?

Fue antes, con 11. Yo me fijaba en Brutal, mi hermano mayor. Él ya hacía hip hop con raperos de Zaragoza, en GangstaSquad. Alguno de ellos, como Lírico, sería más tarde compañero mío en Violadores del Verso. Cuando tienes un hermano mayor así, te quieres parecer a él y yo quería hacer lo que él hacía. Enseguida me di cuenta de que el hip hop era una música perfecta para un adolescente que está en su cuarto pensando en sus cosas y que quiere dar rienda suelta a su creatividad. Además, me gustaba la poesía. Leía mucho a Bécquer. Sus poemas octosílabos son en cierta medida el prototipo de rima del rap.

Tu primera maqueta es de 1993. ¿Era complicado hacer rap a principios de los noventa?

Sí, porque en aquella época el hip hop era visto como una rareza en España. La gente no se lo tomaba en serio como género. Tenía que aguantar las burlas de mis compañeros en el colegio, ya que no era la música que solían escuchar los chavales. Luego iba a las actuaciones y la energía que se liberaba en el escenario lo compensaba todo. Pero era duro. Costaba mucho trabajo que te sonorizaran bien en las salas. No entendían lo que hacíamos. Y eso que sonorizar a un grupo de hip hop era algo bien sencillo, porque lo único que había que hacer era mezclar las bases con las voces, nada más. Otro factor negativo era la violencia. Había pandillas, había peleas. Afortunadamente, todo eso ha ido cambiando con el tiempo.

"De adolescente leía mucho a Bécquer. Sus poemas octosílabos son el prototipo de rima del rap"

Ahora estrenas un proyecto ambicioso, Dentro del círculo, dos DVD que documentan tus últimos cuatro años de carrera. ¿Necesitabas hacer algo así?

El documental traza el recorrido de un proceso que me ha cambiado la vida y que comenzó en 2016, cuando publiqué El círculo, mi primer disco en solitario. Por primera vez no compartía responsabilidades artísticas con nadie más que conmigo mismo y eso fue un paso muy importante para mí. No es que estuviera solo, claro, porque contaba con mis productores (Gonzalo Lasheras, R de Rumba, Cash Flow…), pero esta vez me presentaba como solista. Y como soy muy tiquismiquis, le doy muchas vueltas a todo. Por eso, la creación de El Círculo fue muy meditada. Era una apuesta muy importante a muchos niveles. Dentro del círculo plasma todo eso. La grabación del álbum, la gira posterior…

Y puesto que todo ese proceso ha sido un éxito,¿es también Dentro del círculo una celebración?

Así es. El disco fue muy bien acogido por los fans y los medios. Hice giras por España y Latinoamérica. Hubo conciertos triunfales en Madrid y Zaragoza. Sí, Dentro del círculo es también una conmemoración de esos momentos apoteósicos en los que era más que palpable que todo había salido tan bien como quería.

¿Qué papel juega el hip hop en los tiempos actuales?

El hip hop siempre ha sido una forma de canción protesta. Desde el principio hablaba sobre la desigualdad y la pobreza, le daba voz al gueto. Juega un papel determinante en todas partes porque cuenta lo que pasa en barrios y habla de gente de la que nadie más se acuerda. En España también. Ya no es un género contemplado como una rareza, ahora se le atribuye ese poder transformador. El hip hop siempre ha sido un canto contra el racismo y la injusticia.

Tus letras, además, también hablan de feminismo, un tema que ya estaba presente en la obra de Violadores del Verso, en cortes como “Ninguna chavala tiene dueño”.

En las músicas urbanas sigue habiendo demasiado machismo. Escuchamos diariamente canciones en la radio en las que la mujer es cosificada y tratada como un objeto. Eso es algo que hay que combatir difundiendo otro tipo de mensajes en los que prevalezca la igualdad, el amor, el respeto y la empatía.

"El hip hop siempre ha sido un canto contra el racismo y la injusticia"

Dentro del círculo incluye también un disco, Remixes y regalos, donde colaboras con artistas que no provienen del hip hop. ¿Ese aperturismo es habitual en el género?

Esto hace unos años hubiera sido imposible. Meter en un disco de hip hop a artistas ajenos era una herejía, y tampoco creo que músicos de otros estilos hubiesen aceptado participar en discos así. Ahora es distinto. Remixes y regalos es un proyecto especial. Soziedad Alkohólica me acompaña en “Esto no para” y Najwa vuelve a cantar en una nueva versión más electrónica de “Mitad y mitad”.Calamaro y Rozalén también colaboran en un par de temas. Quizá hubiera sido más complicado contar con ellos de otra manera, pero en Remixes y regalos, que es lo que dice el título, tenía sentido.

Que estés presente en discos de Ara Malikian y Coque Malla también habla de tu ausencia de prejuicios musicales. ¿Cómo surgió trabajar con ellos?

A Ara le conocía de verle por Zaragoza. Un día fui a un concierto suyo y flipé con lo que hacía. Entonces me propuso que colaborase en dos temas de Royal Garage, y acepté encantado. Estoy muy orgulloso de haberlo hecho. El caso de Coque fue distinto. Él quería alguien que rapeara en la canción “Un lazo rojo, un agujero”. Como no conoce muy bien el mundo del hip hop fue preguntando a amigos suyos que controlaban más del tema. Todos le decían lo mismo, que su hombre era Kase O. Así que me envió la maqueta. Me gustó mucho lo que escuché y lo hice. Otro lujo.

En ese vídeo llevas una camiseta con una frase que también recitas en uno de tus temas: “Si quieres cambiar algo, cambia tú”.

Me parece un alegato fundamental. Lo único sobre lo que tienes poder total para hacer que cambie eres tú mismo. Cambiar el mundo sonaría menos utópico si primero nos preocupáramos por cambiar nosotros mismos. Es muy fácil dar lecciones desde Twitter, pero al final todos somos humanos. Todos dudamos y todos metemos la pata. Hablo de esto en mi tema “Quién no?”. No puedes ir presumiendo de solidaridad con los demás si luego eres incapaz de ir a visitar a tus abuelos.