Leticia Sala

El poder de las palabras

17 Febrero 2023 Por Rafa Cervera
La escritora Leticia Sala es una de las figuras emergentes de la literatura española
La escritora Leticia Sala es una de las figuras emergentes de la literatura española. © Txema Yeste

Las palabras son la materia prima con la que trabaja Leticia Sala y ella posee la virtud de economizarlas y transmitir mucho con muy pocas. Lo saben bien artistas como Rosalía, Aitana o Natalia Lacunza, para las que ha escrito letras. Tras un par de poemarios, da el salto a la prosa con su primer libro de relatos, ‘Los cisnes de Macy’s’, centrados en el papel que juega la tecnología en nuestras vidas.

Estudió Derecho, pero acabó descubriendo que lo que quería hacer era escribir. Leticia Sala, (Barcelona, 1989) dejó su trabajo como abogada y se unió a una ONG que hacía llegar libros a países en vías de desarrollo. Cuando empezó a publicar pequeños textos en Instagram, algunas marcas comerciales contaron con ella como redactora. Entonces, un editor le propuso sacar un libro y así fue como en 2018 llegó Scrolling After Sex, su primer poemario. Dos años después, sacó otra colección de poemas inspirados en las relaciones virtuales que terminan materializándose: In Real Life. En paralelo, comenzó a escribir letras para artistas como Rosalía, Aitana o Natalia Lacunza y es que asegura estar abierta a cualquier tipo de proyecto relacionado con las palabras. Ahora, acaba de publicar su primer libro de relatos: Los cisnes de Macy’s.

Has debutado en la prosa, pero en muchos de tus relatos hay un deje poético.
Me gustaría que la poesía estuviera siempre cerca de mí porque es una herramienta superpoderosa para transmitir mensajes con pocas palabras. La poesía es más fácil de compartir, pero los relatos siempre han estado ahí, igual que las letras de las canciones. El eje de lo que hago siempre son las palabras. Me gusta establecer un juego con ellas.

En alguna ocasión has dicho que escribir funciona como una terapia.
La escritura nos lleva a conectar con rincones de nuestra mente con los que no conectaríamos de otra forma. La ficción puede ser muy terapéutica, a veces incluso más que lo autobiográfico, porque te ofrece una libertad que nunca te va a proporcionar la realidad. En la ficción puedes hacer que los personajes avancen de una manera diferente a como lo harían en la vida real. Todo eso te permite tomar un poco de perspectiva con la realidad.

“Me gustaría que la poesía estuviera siempre cerca de mí porque es una herramienta superpoderosa para transmitir mensajes”

La tecnología se ha convertido en una herramienta que facilita la comunicación, pero también se asocia con la frialdad. Tú, como autora, ¿rastreas y analizas dónde están esas emociones aparentemente ocultas?
Mi generación ha crecido sin Internet y con Internet. Cuando nuestras personalidades aún se estaban formando, aparecieron los móviles y eso provocó un giro de guion, un cambio en nuestro sentido de la identidad. Creo que cada persona tiene dos o tres preguntas muy importantes a las que intenta encontrar respuesta a lo largo de su vida. En mi caso, una de ellas es el papel que juega la tecnología en nuestra vida. En los relatos de Los cisnes de Macy’s quiero hablar de cómo afecta a nuestra identidad o a nuestra manera de relacionarnos. Me produce mucha curiosidad saber hacia dónde vamos en este aspecto.

¿Y, como millennial, hacia dónde dirías tú que nos lleva este proceso?
Me interesa más estar en contacto con los cambios que se van produciendo que anticipar cómo será ese futuro, pues puede generar ansiedad. Mi generación es el conejillo de indias de muchas cosas, sin saberlo estamos abriendo camino a las generaciones venideras respecto al uso de la tecnología. Por eso, al igual que en temas como la sostenibilidad o el feminismo, tenemos una gran responsabilidad a la hora de crear códigos humanos en un campo tan poco humano como el tecnológico.

Quizá dentro de esa visión humanista de las redes habría que destacar que han sido fundamentales para hacer avanzar muchas causas, como la igualdad de género.
Las redes sociales son un micrófono y es interesante ver cómo han dado voz a personas que nunca la habían tenido. Por ejemplo, han tenido un impacto maravilloso sobre la noción de la maternidad: las madres han podido compartir discursos reales al respecto. En definitiva, ha permitido expresarse a muchos colectivos de otra manera.

¿Te fijas en el talento de otras personas? ¿Hay autoras y autores a los que sientas que les debes algo como escritora?
Totalmente. Le debo algo a Lucia Berlin y a Joan Didion. También a John Cheever y a James Salter. Podría seguir, pero esos cuatro han sido un faro, me han iluminado. Leyéndolos he aprendido mucho acerca de la economía de la prosa, algo que yo agradezco mucho cuando leo. Y supongo que, cuando escribes, intentas hacer aquello que aprecias como lectora.

“Las redes sociales son un micrófono y es interesante ver cómo han dado voz a personas que nunca la habían tenido”

Otra de tus ocupaciones es la de letrista. Has trabajado con Rosalía, Aitana, Natalia Lacunza... ¿Cómo llegaste a la música?
Por azar. Mi amigo Pablo [Díaz-Reixa, productor conocido como El Guincho] siempre me decía que le gustaba mucho lo que escribía, precisamente por lo que hablábamos antes, por ser capaz de resumir en pocas palabras un mensaje contundente. Y fue él quien me propuso escribir letras. Me encanta porque la escritura es una labor muy solitaria y crear letras me permite trabajar en equipo con las palabras.

A Rosalía, de hecho, la sacas en uno de los relatos del libro.
Empecé a armar una historia sobre una manicurista y casi era inevitable mencionar a Rosalía —en esa época su imagen estaba muy asociada a sus uñas—. Es un poco fan fiction, un género muy popular entre los adolescentes, y me hizo gracia jugar a eso con ella.

“La escritura es una labor muy solitaria y hacer letras de canciones me permite trabajar en equipo con las palabras”

Tu talento ha llamado la atención tanto de los editores como del público. ¿Produce vértigo que te consideren una joven promesa de la literatura?
Yo ya ni siquiera me considero tan joven [risas]. Sí, lo de ser considerada una joven promesa da cierto vértigo, pero Los cisnes de Macy’s no deja de ser el tercer libro que saco. Lo que tengo claro es que me gusta el camino que he escogido y que voy a ir creando de la manera más fiel posible a lo que realmente me inspira y me mueve por dentro.

¿Y cuál consideras que es tu talento más destacable?
Tengo una memoria prodigiosa para las fechas, pero no me refiero a hechos históricos, sino más bien a fechas inútiles, al menos en apariencia. Por ejemplo, me acuerdo de cuándo una amiga lo dejó con su novio a los 17 años. La gente de mi entorno alucina con esto. No sé por qué mi cerebro decide que esa información es prioritaria respecto a otras.