Piragüismo español
El secreto del éxito
El piragüismo se ha convertido en el deporte olímpico más laureado en España con 23 medallas, superando a la vela. ¿Cuál es su secreto? Junto a los piragüistas y miembros del Equipo Iberia Talento a bordo, Marcus Cooper y Antía Jácome, el medallista en Londres y ayudante de entrenador, ‘Sete’ Benavides, y el presidente de la federación, Javier Hernanz, analizamos las claves del éxito.
Orgullo. Eso es lo primero que confiesan sentir Marcus Cooper, Antía Jácome, Sete Benavides y Javier Hernanz cuando se les recuerda que su deporte, el piragüismo, se ha convertido en el más laureado del olimpismo español. Durante los recientes Juegos de París, el piragüismo español dejó en 23 su medallero particular —cinco oros, diez platas y ocho bronces— frente a las 22 de la vela. Pau Echaniz (bronce en K1 eslalon), Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez (bronce en C2 500 esprint) y Marcus Cooper, Saúl Craviotto, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade (bronce en K4 500 esprint) fueron los últimos en engrosar ese palmarés con tres nuevas medallas. Para Marcus Cooper, que ha puesto su “granito de arena” con un oro, una plata y un bronce a la consecución de este hito, nada sería posible sin el trabajo colectivo: “El piragüismo nunca es individual, siempre es en equipo y muchas personas han formado parte de este éxito”. Un equipo que, desde noviembre de 2021, lidera Javier Hernanz, presidiente de la Real Federación Española de Piragüismo (RFEP): “El trabajo que se está haciendo desde la federación es muy concienzudo y minucioso y, al final, eso da resultados”. Por su parte, Sete Benavides, bronce en los Juegos de Londres y ayudante de entrenador, celebra los frutos cosechados: “Lo que más visibiliza nuestro trabajo es llegar a los Juegos y lograr el mayor número de medallas”. A solo 42 centésimas del bronce se quedó Antía Jácome este verano: “Estuve muy cerquita de las medallas en París, así que seguiré luchando para lograrlas y engrandedecer el piragüismo español”.
El trabajo es fundamental, pero se aplica sobre una materia prima: el talento. “Los piragüistas españoles tenemos muchísimo talento —celebra Cooper—, pero con eso no basta. La federación cuida de todos los detalles, incluyendo unos valores, como la constancia y la profesionalidad, que nos ayudan a crecer”. “El piragüismo español tiene un sistema muy bueno de detección de talento y abrimos la puerta a jóvenes que enseguida empiezan a competir con los mejores”, destaca Hernanz, que conoce a la perfección cómo moldea el talento la federación porque antes que presidente fue deportista. Cuando hablamos de talento, Benavides se acuerda del piragüista que protagonizó el punto de inflexión: “Desde la aparición de David Cal llevamos unos años buenísimos. Medallas en Atenas, Pekín, Londres, Río de Janeiro, Tokio, París... ¡Es impresionante!”. Y es que cabe recordar que el piragüismo español vivió su particular travesía por el desierto: desde 1984 hasta 2004 no obtuvo ninguna medalla. De la tierra de David Cal, Galicia, procede la gran promesa del piragüismo español, una Jácome que reivindica a otro gran referente: “Cuando era pequeña me fijaba mucho en Teresa Portela, que de ir a Los Ángeles sumaría sus octavos Juegos. Verla me hace plantearme un futuro de la mano del piragüismo”.
“El piragüismo nunca es individual, siempre es en equipo y hay muchas personas que han formado parte de este éxito” — Marcus Cooper
Trabajo, talento y ¿qué más? “Somos una familia y los deportistas solo somos la punta del iceberg —afirma Cooper—. Los equipos técnicos y médicos tienen la misma ambición que los deportistas y, gracias a ellos, logramos grandes resultados”. Una familia que se refugia bajo el manto de una federación que, para Jácome, está en el buen camino: “Se ha producido un cambio muy grande en la federación durante los últimos años y eso se nota deportivamente, los resultados están mejorando”. El mayor empeño en la federación, según Hernanz, es cuidar todo lo que rodea al deportista y facilitarle así su labor: “Para nosotros el éxito es poner todos los medios necesarios, tanto a nivel humano como material, a disposición del deportista durante su preparación para que alcance el máximo rendimiento”. Y añade: “En los últimos tiempos hemos reforzado los equipos técnicos con ayudantes para que los entrenadores puedan atender con mimo y solvencia a cada deportista”. Uno de esos ayudantes es Benavides, que también reivindica el papel de los clubes: “Los clubes entrenan a la cantera y sin ellos no sería posible. El cuerpo técnico de la federación traduce luego ese trabajo de base en resultados”.
Un deporte con presente y futuro
El piragüismo español no quiere morir de éxito y persigue la mejora continua. “Desde la federación —asegura Hernanz— trabajamos para impulsar la difusión del piragüismo, para que cada vez más niños y niñas se lancen a practicarlo. También es importante que padres y madres vean que es un deporte que pueden practicar sus hijos”. Para lograr esto, recuerda Jácome, es fundamental tener en quien mirarse: “Los grandes referentes que tenemos en España son los que empujan a los más pequeños a practicar piragüismo”. Para mejorar esa visibilidad, Cooper cree que el piragüismo debe ganar en espectacularidad, ya sea mejorando las producciones televisivas para resultar más atractivas o fomentando competiciones que ayuden a los aficionados a identificarse con los deportistas. “El Trofeo Ciutat de Palma del pasado septiembre reunió a algunos de los mejores palistas del mundo y marcará un antes y un después en nuestro deporte —celebra Cooper—. Fue una prueba espectacular, para auténticos gladiadores, y el público disfrutó mucho”. Benavides pide que no se ponga solo el foco en el piragüismo cada cuatro años, pero aborda el tema de las mejoras desde su perspectiva como técnico: “El piragüismo es un deporte que se decide por décimas de segundo y tenemos que mejorar el factor competición. Saber manejar la presión el día d y la hora h marca la diferencia”.
“Los grandes referentes que tenemos en España son los que empujan a los más pequeños a practicar piragüismo” — Antía Jácome
El piragüismo español ha puesto el listón muy alto, pero su presidente se muestra tranquilo porque hay cantera: “Los resultados absolutos son los que más llaman la atención, pero en los dos últimos campeonatos del mundo sub-23 hemos batido récords de medallas. Tanto en hombres como en mujeres tenemos generaciones que vienen pisando fuerte”. Una de las que ya pisa fuerte es Jácome, que con solo 24 años suma cuatro subcampeonatos del mundo: “Hay mucho futuro. Los más jóvenes se fijan en nosotros y se esfuerzan cada día para emularnos. Ahora me siento la referente de un montón de niñas y eso me enorgullece porque yo nunca la tuve”. Otro que conoce bien a los que vienen por detrás es Benavides: “La cantera se tiene que trabajar a diario. Ahora vemos cómo ganan medallas y parece sencillo, pero no lo es. Desde la experiencia te digo que tenemos un futuro esperanzador, pero no puedo asegurarte que vayan a lograr medallas porque la competencia es altísima y la presión no les beneficia. Los jóvenes tienen que disfrutar y ya veremos cuál será su camino”. Cooper, que destaca que el piragüismo es un deporte muy completo porque “no es solo fuerza, resistencia, técnica o coordinación, es todo eso a la vez”, confía en el futuro: “Los más jóvenes ven los resultados que obtenemos y se contagian de esa ambición; no es que vean el no ganar como un fracaso, pero sí ven raro el no pelear por ganar. La buena racha va a continuar”. Palabra de campeón