Antonio de la Torre
“Una película cuenta más de la vida que ochenta telediarios”
Nada mueve con tanta fuerza a Antonio de la Torre como hacer suyas las historias de otros, sobre todo, aquellas que más necesitan ser contadas. Estos días, regresa a la cartelera como protagonista de uno de los estrenos del año, ‘La trinchera infinita’; otro trabajo de interpretación impecable que el camaleónico actor vuelve a sumar a su carrera.
Si existe en nuestro país un actor capaz de enfundarse la piel de otros con la mayor de las diligencias ese es Antonio de la Torre (Málaga, 1968). Desde que se alzara con su primer Goya por su papel en la película AzulOscuroCasiNegro (2006), de Daniel Sánchez-Arévalo, su carrera no ha dejado de expandirse hasta hacerse un hueco privilegiado en la cumbre del cine español. Tanto es así que el protagonista de El Reino ostenta a día de hoy el título del actor más veces nominado en la historia de los Goya, por encima de otros monstruos de la pantalla como Javier Bardem, Eduard Fernández o Luis Tosar.
Conseguimos robarle un rato —su agenda estos días es una odisea— para charlar con él acerca de su último estreno, La trinchera infinita, la gran triunfadora en el Festival de San Sebastián que aterriza este mes en los cines. Una historia sobre los “topos” de la Guerra Civil en la que el malagueño vuelve a hacer acopio de sus dotes para ponerse al servicio de la tríada de directores Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga.
A lo largo de tu carrera has adelgazado, engordado, aprendido a bailar… Cualquier cosa que el papel exigiera. ¿Te consideras un actor de método?
Se habla tanto del método que es como cuando se dice que una película es “necesaria”. Cuando un término se utiliza tanto acaba perdiendo su significado. El método lo inventó Stanislavski [actor, director escénico y pedagogo] y es algo que forma parte de la historia de la interpretación. En mi caso, yo estudié en la escuela de Cristina Rota, donde se hace uso de una serie de cánones interpretativos que han sido cruciales a lo largo de mi carrera. Básicamente, se trata de defender siempre tu personaje y trabajar con emociones de la vida misma. No te sabría decir cuál es mi método, pero si algo procuro siempre en mis papeles es que mis personajes me resulten verosímiles tanto a mí como al espectador. Muchas veces lo que hago es fijarme en alguien que pueda servirme como punto de referencia. En cuanto a la transformación física, es lógico. No se me ocurriría llegar al rodaje de La noche de 12 años, donde interpretaba a Pepe Mujica tras doce años en cautiverio pasando hambre, como si viniera del cátering de los Goya (Risas). Si yo no me creo mi personaje difícilmente se lo va a creer el público.
¿Qué roles te seducen por encima de otros?
Me interesan personajes sacados de la vida y cuya historia creo que merece ser contada. Aunque otras veces, cuando me ha llamado un director como Pedro Almodóvar o Raúl Arevalo, con quien tengo una relación casi de hermanos, no me lo he pensado dos veces.
¿Cuándo y cómo empezaste en esto?
Cuando era pequeño me apunté a una escuela de teatro infantil a través de una compañía malagueña. La experiencia me encantó, pero al tiempo me cambiaron las ideas y, de repente, empecé a creer que quería ser periodista. Incluso me matriculé en la Complutense de Madrid para estudiar la carrera de Periodismo. No me arrepiento de ello y ahora sé que aquellos años en Madrid fueron claves. Primero, por lo que supuso abrir mi mente al mundo y vivir solo en una gran ciudad; y segundo, porque en la facultad conocí a Alberto San Juan, que fue quien me volvió a meter el veneno de la interpretación. Recuerdo que después de estar los dos trabajando como periodistas nos apuntamos en la escuela de Cristina Rota. Ahí supe realmente que no solo quería ser actor, sino que quería vivir de esto.
Eres uno de los actores españoles que más nominaciones han recibido en los Goya (trece hasta la fecha), siendo ganador de dos galardones. El último, el de Mejor Actor Protagonista por El Reino. ¿Es frustrante irse tantas veces de la gala con las manos vacías?
Buena pregunta… La primera vez que me nominaron pensé que esa sería la única en mi vida, y al final, gané el Goya. Si me hubiesen dicho aquella vez que me nominarían otras doce veces más no me lo hubiese creído. Hay años en los que sabes perfectamente a quién se lo van a dar, aunque los nervios siempre están ahí. Cuando dicen el nombre de otro es normal que te lleves una pequeña decepción, pero rápidamente le das la vuelta. Estar nominado ya es un premio en sí, es como sumar una medalla a tu carrera. Y lo más importante, significa que estás trabajando. Puedo decir que he tenido una década gloriosa en España. No me puedo quejar.
La trinchera infinita, cinta que protagonizas junto a Belén Cuesta, ha sido una de las grandes triunfadoras del Festival de San Sebastián, donde se ha alzado con seis premios, entre los que se cuentan la Mejor Dirección, el Mejor Guion y el Premio al Cine Vasco. Es un buen primer paso en la carrera a los Goya, ¿no crees?
Y también de cara al espectador. Es una película muy interesante, pero, claro, ¡yo qué te voy a decir! Realmente estoy muy orgulloso del trabajo que se ha hecho.
¿Vas a por el tercer ‘cabezón’?
Este año no creo, es muy difícil. Yo ya tengo mi idea sobre quién se lo va a llevar, pero no lo voy a decir porque está feo…
“Hasta Hitler era humano, por muy doloroso que sea tomar consciencia de las atrocidades que ha hecho nuestra especie"
En la cinta interpretas a Higinio, un concejal de izquierdas que tras estallar la guerra se encierra junto a su mujer durante 30 años como vía de supervivencia. ¿Es esta otra historia española sobre la Guerra Civil?
Es más bien una película sobre el miedo y sobre el amor en tiempos de miedo; sobre la resistencia, la esperanza, la desesperación, la locura.… Es una historia inspirada en historias reales y que habla de cosas humanas. Cuando estalló la Guerra Civil hubo centenares de personas —principalmente cargos políticos republicanos— que se construyeron zulos en sus propias casas donde permanecieron casi treinta años, exactamente hasta el 69, cuando Fraga promulgó un decreto de cancelación jurídica de la guerra. Al salir, muchos ya eran ancianos. Es una historia increíble.
¿Crees que interpretar a personajes como este te hace ganar empatía?
Por supuesto. No todas las historias tienen una justificación, pero sí una explicación. Desde el terrorismo hasta la violencia. Es nuestro deber contar las historias y darles una dimensión humana. Hasta Hitler era humano, por muy doloroso que sea tomar consciencia de las atrocidades y barbaridades que ha hecho nuestra especie. Pero es una realidad y cuando antes la afrontemos, antes avanzaremos como civilización. Como ateo, siempre digo que las peores cosas no son obras del diablo, sino del ser humano.
En los próximos meses está previsto el estreno de la serie La Línea invisible (Movistar+), dirigida por Mariano Barroso; en la que también participan Álex Monner, Anna Castillo o Asier Etxeandía. ¿Nos haces un spoiler?
Es una serie que está inspirada en los comienzos de ETA hacia los años 60, época en la que el grupo pasó de ser una organización antifranquista y pacifista a cruzar la línea invisible y comenzar a hacer atentados.
Por lo tanto, es de nuevo un guion basado en la historia de nuestro país. ¿Crees en el lado aleccionador del cine?
Absolutamente. El ser humano siempre anda revisando su propio relato, lo cual me parece necesario. Una película cuenta más de la vida que ochenta telediarios, siempre que esté bien hecha, bien contada y sea rigurosa.
Para terminar, cuéntanos algo de Antonio de la Torre que no sepamos.
Que corro maratones y que me encanta viajar en business.