Teresa Solar

La escultora valiente

28 Septiembre 2022 Por Teresa Morales
La artista plástica Teresa Solar ha alcanzado un gran éxito internacional con su presencia en la Bienal de Venecia
La artista plástica Teresa Solar ha alcanzado un gran éxito internacional con su presencia en la Bienal de Venecia. © Pablo Alzaga

El 2022 ha confirmado la proyección internacional de Teresa Solar, dándole los frutos a un trabajo que la artista ha ido desarrollando con conciencia y tesón durante la última década. Su instalación ‘Osteoclast’ brilló en la Bienal de Liverpool en 2021, y este año sus ‘Tuneladoras’ hacen lo propio en la de Venecia, donde exhibe su talento en un universo escultórico maduro y honesto con sus ideas y trayectoria.

Su genética multicultural a base de sangre española (por parte de padre) y egipcia (de madre) han depositado en el sentir de Teresa Solar Abboud (Madrid, 1985) un discurso metafísico que se abre paso a través de su obra. En sus inicios, marcadamente inmaterial apostando por lo audiovisual; en la actualidad, tremendamente palpable con sus enormes piezas de barro y resina, como las Tuneladoras, que hasta el 27 de noviembre se exponen en la Bienal de Venecia. Ella, junto a June Crespo, han sido las únicas artistas españolas invitadas por la comisaria del evento, Cecilia Alemani. “Nunca hubiera imaginado que estaría exponiendo en la Bienal. Sin duda es un regalo y una oportunidad de crecimiento”, nos confiesa.

Pero ¿qué tiene el trabajo de Solar para cautivar a tan reconocida comisaria de arte? “Creo que está muy en sintonía con los conceptos claves de la muestra, con los que yo también me siento muy identificada, y eso ha hecho que el trabajo se haya desarrollado de manera muy fácil”, afirma. Los conceptos a los que se refiere los describió la propia Alemani cuando explicó que The Milk of Dreams, el título de la exposición general de esta Bienal 2022, tomaba a las criaturas de otro mundo de la artista surrealista Leonora Carrington como acompañantes en un viaje imaginario a través de las metamorfosis de los cuerpos y las definiciones de lo humano. Precisamente, uno de los puntos fuertes en el argumento creativo de Solar.

“Hacer arte es mirar con intensidad el mundo. Por lo tanto, es estar inmersa en él e investigarlo”

¿Cómo podríamos definir esas tres piezas que has llevado a la Bienal?
Las Tuneladoras quieren ser seres mixtos: tierra, animal e ingeniería. Yo las entiendo como una reimaginación del subsuelo, por el que transitamos y del que extraemos, y que es tan abstracto y tan impenetrable a la vez que nos cuesta comprenderlo. Es un subsuelo poblado de fósiles triturados por la presión de los estratos, de grietas, de hongos, de toneladas de materiales prensados y también de máquinas que trabajan día y noche dentro de él. Me imagino a las Tuneladoras remando y horadando los tiempos geológicos con sus aletas medio delfín prehistórico, medio hélice propulsora.

Resina y barro. ¿Qué representan?
El barro es siempre una metáfora del subsuelo, de la materia ignota sobre la que vivimos pero de la cual sabemos poco. También habla de un tiempo geológico viejísimo, de la génesis de nuestro planeta. Las extremidades de resina, por otro lado, recuerdan a animales, y a la vez tienen aspecto de diseños industriales pulidos y aerodinámicos que refieren a las industrias humanas. Los acabados lisos de los que se revisten las piezas se vinculan a la sofisticación de las herramientas inventadas por el hombre. Así que en Tuneladoras encontramos piezas torpes y arcanas de barro en colisión con cuerpos sofisticados nacidos de la ingeniería y el diseño. Ahí está el choque de conceptos.

Nada en tu arte es gratuito así que, ¿los colores llamativos también tienen su explicación?
Sí. La paleta que suelo utilizar es azul, rojo, naranja y amarillo; la misma que encontrarías al ir a un puerto o al entrar en una mina, las maquinarias se revisten de colores que puedan ser vistos en la oscuridad. En el caso de las Tuneladoras de esta Bienal he trabajado también con gamas de color que tienen que ver con los paneles explicativos de los museos de ciencias naturales; por ejemplo, la amarilla se corresponde con los displays educativos que explican los diferentes estratos de la corteza terrestre.

“Creo que para hacer arte se necesita una gran dosis de sinceridad con una misma, y eso siempre es un ejercicio de valentía”

¿Por qué ese interés por los túneles en gran parte de tu obra?
Son lugares de aislamiento, también psicológico, que tienen que ver con estos túneles del cuerpo que tantas veces no responden a nuestros propios pensamientos. ¡Los pensamientos son siempre tan abstractos en contraposición con nuestras anatomías tan físicas! Eso está en la base de mi trabajo, y todo ello tiene que ver con mi ascendencia multicultural.

¿En qué sentido?
Los choques culturales, la práctica de diferentes lenguajes que no siempre son bien aprendidos ni bien dichos, por ejemplo. Eso también está en la base de mi interés por representar, en parte de mi obra, los músculos y la anatomía del habla. Esa anatomía que no siempre responde a nuestro propio pensamiento y que hace que muchas veces la comunicación entre unos y otros sea un gran malentendido. [Teresa habla el árabe que aprendió de su madre, pero ni lo lee ni lo escribe. De ahí su inclinación por indagar artísticamente en la materia del habla].

Investigación artística, creación y pensamiento contemporáneo, ¿son tres fuerzas intensamente entrelazadas?
Para mí son la misma cosa. Hacer arte es mirar con intensidad el mundo. Por lo tanto, es estar inmersa en él e investigarlo. Y estos cauces de investigación pueden ser muy diversos. En cualquier caso, al final todo tiene que ver con una manera de percibir y actuar en consecuencia con el mundo que habitas.

Dijiste una vez que el arte te hace más valiente. ¿En qué aspectos de la vida necesitas ese coraje?
Creo que para hacer arte se necesita una gran dosis de sinceridad con una misma, y eso siempre es un ejercicio de valentía. Hay que ser valiente para tirarse a la piscina con los grandes proyectos que hacemos, para tener la energía de realizarlos y no asustarse con lo que pueda venir después.

“Si un artista quiere internacionalizar su carrera, debe ser constante y estar disponible ante cualquier oportunidad que surja”

Tampoco te asusta la proyección internacional. De hecho, eres ejemplo de talento joven español con reconocimiento fuera.
Sí, y esa proyección internacional me la he ido ganando trabajando siempre desde Madrid. Si un artista quiere internacionalizar su carrera, debe ser constante y estar disponible ante cualquier oportunidad que surja en el extranjero. Lo importante es hacer un esfuerzo continuo.

Y para finalizar: a la hora de hacer arte, ¿cuál es el momento más libre?
No sé si el más libre, pero uno de los más intensos, y quizás más inexplicables, es en el que se asocian ideas. Estas ideas pueden venir de muchísimos sitios diferentes: de una investigación muy seria y larga que haya estado realizando, de una noticia en un periódico o de algo que vea por la calle. En esa asociación de ideas de repente se crea o intuyo un “algo” con un sentido profundo. Ese es el momento de mayor placer a la hora de trabajar.