María Herreros
Radiografías del alma humana en acuarela
Es la segunda vez que la editorial Taschen la sitúa en el olimpo de la ilustración entre los cien artistas mejores del mundo. Con un estilo marcado y particular, que ella misma define como “empático y nervioso”, María Herreros lanza, además, estos días el libro ‘Viva la dolce vita’, que firma junto a Máximo Huerta.
Forma parte del selecto club de los cien mejores ilustradores del mundo. O así al menos lo ha sentenciado la editorial Taschen en The Illustrator. 100 best from around the world. María Herreros (Valencia, 1983) es, junto a Paula Bonet, Carmen García Huertas, Dani Garretón, Sergio Mora y Bruno Santín, uno de los seis españoles seleccionados por la editorial alemana. Sin embargo, esta no es la primera vez que Taschen pone la mirada en la artista, cuyo nombre ya figuró entre los 150 mejores del mundo en el quinto volumen de Illustration now! “La verdad es que no esperaba que me seleccionaran una segunda vez, pero este reconocimiento supone todo un honor para mí”, asegura. “Quizás se deba a la manera en que intento empatizar con los temas que trato desde un punto de vista humano y social”.
El mundo editorial no es en absoluto ajeno a esta “artista de la ilustración y la pintura”, como le gusta definirse, y que ha colaborado con Planeta, Lunwerg, Random House Mondadori o SM, entre otras. De hecho, su proyecto más inmediato es también editorial, ya que, a partir de finales de este mes tiene previsto el lanzamiento de Viva la dolce vita (Planeta), realizado junto a Máximo Huerta y que propone un paseo de lo más inspirador por la capital italiana de los años de la dolce vita, meca por entonces del cine, los excesos y los paparazzi. “Máximo y yo ya habíamos trabajado juntos en Paris sera toujours Paris (Planeta, 2018), que repasaba la capital francesa de los años veinte, epicentro de la cultura y la diversión. Con Viva la dolce vita hemos querido mostrar el paso del mundo del cine y del glamour de Hollywood a Roma, la libertad europea…”.
Este no es el único proyecto editorial que tiene en mente María Herreros, que ya trabaja en un nuevo libro que irá “sobre lo que supone para una niña crecer cuando no está conforme con lo que se espera de una niña”. Y hasta ahí puede leer la artista, quien asegura disfrutar igual con la ilustración de un libro que preparando una exposición de pintura. “La diferencia es que un libro, desde que lo ideas hasta que sale pueden pasar alrededor de dos años. La ilustración te mantiene con los pies en la tierra. En cambio, una exposición te permite más libertad, hacer un trabajo más personal en el que no piensas en hacer caja y ganar dinero; cuando organizo una exposición, este no es el motivo principal”. Y lo dice alguien que ha expuesto en ciudades tan diversas como Seúl, Madrid, Barcelona, Nueva York, San Francisco, Santiago de Chile, Berlín o Montreal.
“Tengo la suerte de que mi competición es conmigo misma. A las redes sociales las tienes que controlar tú, ya que apuntar sobre seguro puede ir en detrimento de tu evolución como artista”
La colaboración con marcas tan diferentes como Sony Music o Kenzo, además de la ONG Malala Fund o la plataforma Lenny letter, de Lena Dunham, es otra de las facetas de María Herreros. “Puede parecer algo esnob en el mundo del arte; sin embargo, trabajar con ellas es todo un reto si sabes mantener la calidad de lo que quieres contar. Sinceramente, a mí no me constriñe; al tener mi propio estilo, ya entienden lo que voy a hacer. Mi experiencia con ellas siempre ha sido positiva”, afirma.
Porque el lenguaje de esta artista valenciana residente en Barcelona e basa en “un estilo empático, ya que trato de empaparme y aprender sobre el tema o sobre el personaje que vaya a dibujar, además de hacerlo de una forma sincera. Además, diría que mi trazo es nervioso, reflejo de mi carácter, al que añado un toque inquietante con el que procuro hacer reflexionar o romper un cliché”. En su obra expresa lo más instintivo del ser humano, con un lenguaje propio y muy reconocible que se mueve entre lo bello y lo grotesco.
El cine, la pintura o la música son fuentes de inspiración para María Herreros, aunque reconoce que cada vez hace más trabajos con la mirada puesta en la sociedad. Le gusta sacar a relucir las contradicciones actuales, en temas como la inmigración o la mujer. “En Europa nos creemos que somos muy progresistas, pero lo cierto es que la inmigración no está integrada en absoluto. Me gusta sacar a relucir ese tipo de contradicciones. Llevo muchos años haciéndolo, al principio sin intención, pero ahora ya sí”. Y añade: “Me gusta tumbar prejuicios, porque creo que esto ayuda a defender los derechos que se vulneran. Ya que son temas que me inquietan, mostrarlos y expresarlos a través del arte me parece un privilegio”. Una forma de ver el mundo a través de su obra y un estilo personal que la artista comparte con sus cerca de 63.000 seguidores en Instagram. En su opinión, las redes son un arma de doble filo. “A veces te comparan en un afán de triunfalismo. Tengo la suerte de que mi competición es conmigo misma porque no tiendo a compararme con nadie. Creo que esa es la peor parte de las redes sociales, pero afortunadamente no la sufro. Tienes que controlarlas tú y no dejar que los likes te controlen a ti, ya que muchas veces apuntar sobre seguro puede ir en detrimento de tu evolución como artista”.
Es la visión de alguien que lleva el arte en sus venas y que, desde muy pequeña, cuando no hacía otra cosa que dibujar y dibujar, supo que quería dedicarse a esto. “El arte ha significado todo y ha marcado mi vida desde siempre. A mi pareja —el también artista Ricardo Cavolo—, la conocí gracias a esta profesión que también me ha permitido viajar por todo el mundo. Siempre he sabido que solo sería feliz dedicándome a esto”.