Lita Cabellut
La fuerza del arte
La artista española viva más cotizada a nivel internacional representa la búsqueda incansable de la belleza en cualquiera de sus apariencias, dramas humanos incluidos. Su arte exhibe, con una destreza innata, un torrente de fuerza que plasma un mundo de claroscuros casi indescriptibles. Afincada en La Haya desde los 19 años, desde allí nos atiende para abrirnos su alma artística.
Artista: persona dotada de la capacidad o habilidad necesarias para alguna de las bellas artes (RAE). En el caso de Lita Cabellut (Sariñena, 1961) sus habilidades artísticas son numerosas y van más allá de la pintura sobre lienzo. Cada rama del arte en la que trabaja siempre extrae lo mismo de su interior: “El mismo sentimiento, la misma pasión, el mismo miedo, el mismo cansancio; lo único que cambian son los materiales. Unos los conozco mejor que otros, pero es exactamente lo mismo. El arte está por encima de cualquier descripción matérica”.
Algunos la definen como la retratista de las almas perdidas, un concepto que la propia Lita matiza porque no comulga con lo de perder o ganar. “Algunas experiencias son placenteras y otras traumáticas, pero siempre son una ganancia en la vida”. Más allá de cotizaciones —una venta por más de 150.000 dólares— y reconocimientos —mejor artista de los Países Bajos 2021—, su victoria personal pasa por trabajar sin límites establecidos. “La vida me ha dado la flexibilidad de la imaginación para poder doblarme con cada pliegue de mis obras”, dice en referencia al proceso de deconstrucción con el que rompe, retuerce y transforma sus propios lienzos una vez acabados. Dejar de ser para ser.
¿Se puede definir el arte de Lita Cabellut?
“No es importante lo que piensen, lo importante es encontrar lo que busco”. Lo definiría así. Muchas veces me comparo con una científica de investigación. Mi arte tiene mucho de eso.
¿Por qué retratas personajes que hablan de lo inhumano y lo heroico a la vez?
Quizás porque mi manera de percibir a las personas es hiperrealista. El contraste de lo oscuro y lo claro, de lo divino y lo catastrófico, es lo que perfila al ser humano. Como animales inteligentes padecemos las consecuencias de lo racional, que no siempre es lo más indulgente en la vida.
“El contraste de lo oscuro y lo claro, de lo divino y lo catastrófico, es lo que perfila al ser humano”
Algunos de tus últimos retratos parecen menos dramáticos. ¿Hay una evolución hacia el optimismo?
Yo siempre he retratado de forma optimista, lo que ocurre es que mi reto es no juzgar lo desgarrador o lo que nos confronta. Es la intuición con la que observo a la gente que me voy encontrando la que decide quién va a ser retratado en mi lienzo.
¿Tus obras lo son más por el proceso creativo en sí?
Sí, porque mi manera de trabajar es como escribir una novela. Empiezo con un capítulo, y los siguientes se van manifestando y exigiéndome diferentes formas, colores, líneas o manchas que se convierten en autorretratos universales. El proceso es algo que el artista no debe controlar ni puede, y cuando se controla no estamos hablando de esa verdad que exige el arte.
Tus modelos, como los de la serie Bodas de Sangre, aparecen salpicados de pintura, mostrando una acción llena de pasión e intensidad previas. ¿Siempre es así?
Sí, antes de meterme en un lienzo, perderme en sus grietas y encontrarme en cada esquina de él, necesito conocer y tocar el modelo y ver ya un resultado en el proceso. Son como “bocetos corporales”.
¿Hay una parte mística en tu apuesta por deconstruir físicamente las obras para transformarlas en otra cosa?
Si, esa fue la filosofía y la fuerza del concepto para lanzarme a ello. La deconstrucción implicaba un gran riesgo y un viaje a lo desconocido. Teniendo en cuenta esa parte mística que comentas, si queremos aprender debemos olvidar lo que ya sabemos. Si queremos vivir, debemos dejar el pasado a un lado porque ya no nos sirve y el futuro a otro porque son promesas de las que nadie puede dar garantías. Así, al final solamente queda el “tú” y el “ahora”. Para mí son ejercicios para acercarse a la libertad y convertirse en mejor persona.
¿La belleza puede ser insoportable?
Insoportable y dolorosa porque no tenemos ninguna defensa ante ella. Cuando nos toca solo podemos hacerle una gran reverencia. En los últimos siglos nos hemos empeñado en darle otra esencia, lo que era bello lo hemos llamado kitsch, lo que era brutal lo hemos llamado “sentimiento puro”. Ahora estamos entrando otra vez en la tendencia de ser humildes y dejar a la gran belleza con sus formas y su nombre.
“La belleza puede ser insoportable porque no tenemos ninguna defensa ante ella y solo podemos hacerle una gran reverencia”
Dices que la observación y la intuición son los dos motores de tu talento y tu proceso creativo. ¿El tercero podría ser la inspiración que tu obra aporta al mundo?
¡Cómo me gustaría que lo fuera! Me gustaría inspirar amor, compasión e indulgencia hacia uno mismo; fuerza para entender lo que se hace extraño; determinación para defender los derechos humanos; ganas de reír a pesar de que la luz a veces se apague; ímpetu para andar aunque los terrenos sean peligrosos; ganas de besar con los pies la tierra que pisamos. Todo esto y mucho más. Me sentiría muy útil si fuera así.
Como artista, ¿crees que es una obligación ser voz para otros?
Sí, lo creo al cien por cien. Un artista posee libertad, material y, con un poco de suerte, voz. Sería un escándalo y una traición no usarla para fines como intentar mejorar la humanidad y conectarnos universalmente.
El talento español a veces tiene problemas para ser reconocido fuera. No es tu caso. ¿Qué supuso para ti el reconocimiento como mejor artista de Países Bajos en 2021?
No te puedes imaginar la sorpresa e ilusión que me hizo recibir esa nominación. Fue un honor porque es el país donde vivo desde hace muchos años. Además son muy exigentes y grandes amantes de la cultura.
“Un artista posee libertad, material y, con un poco de suerte, voz. Sería una traición no usarla para intentar mejorar la humanidad”
¿La Lita Cabellut artista siempre está en acción?
Sí, pero mi acción también es pasiva. Está en el silencio, en la reflexión, en profundizar en un título y en entender la composición de una obra o de la próxima serie. La acción puede ser muda, sorda, ciega y hasta estar paralizada. Y fuera de esa acción pasiva mi estudio es una gran performance, te lo aseguro.
¿Y la acción no pasiva con qué proyectos está ahora?
El más inmediato es una película sobre Charles Chaplin (Un hombre del mundo), dirigida por su nieta, en la que cobra especial protagonismo la madre de él, Hannah Chaplin. Estoy realizando una serie de animaciones para recrear momentos cruciales de su infancia. Para mí es todo un reto y el proyecto me ilusiona mucho. Simultáneamente estoy con Mujeres de la noche, una colección de obras sobre las prostitutas a lo largo de la historia y de la pintura con la que quiero plasmar de qué manera los artistas las han reflejado: desde la pobreza, la sordidez, el dolor, la marginalidad... Pero también quiero mostrar su condición de madres, esposas e hijas y con ello compartir mi compromiso.
En tu perfil de Instagram dices que eres “más que una pintora”, que eres “una contadora de historias”. ¿Cuántas historias te quedan por contar?
Ojalá que muchas, y ojalá que valga la pena escucharlas. Las historias serán siempre las mismas: sobre las catástrofes del cielo y las virtudes del ser humano.