Xoel López

Hombre de todos los lugares

14 Octubre 2022 Por Roberto C. Rascón
Xoel López, músico
Xoel López echa la vista atrás en esta entrevista coincidiendo con el décimo aniversario de ‘Atlántico’. © Mónica Figueras

“La luna asoma un rostro diferente a este lado del mundo / Y la gente asoma un tono diferente a este lado del mar”. Xoel López tuvo que viajar lejos, muy lejos, para reencontrarse. El resultado de ese viaje de tres años fue ‘Atlántico’, un disco que pocos entendieron pero que hoy, coincidiendo con su décimo aniversario, se alza incólume. Y su autor, en su mejor momento, se reivindica como un hombre de todos los lugares.

El 17 de abril de 2012 Xoel López (A Coruña, 1977), tras dejar atrás Deluxe, lanzaba nuevo disco: Atlántico. La recepción de aquel trabajo, que se alejaba del sonido que le había caracterizado hasta entonces, fue dispar. El periodista Javier Becerra, en el libro Atlántico. El disco de la liberación de Xoel López, recuerda la exclamación surgida de entre el público durante la presentación en Riazor: “¡Esto parece Juan Luis Guerra!”. Y, en este caso, el comentario no pretendía ser un halago. El paso de los años situó Atlántico en el lugar que merecía y con motivo de su décimo aniversario charlamos con su artífice. Como se trata de repasar esta etapa, le proponemos un juego —colar títulos de sus canciones en las preguntas— que acepta encantado.

Antes de lanzar Atlántico, tu primer disco como Xoel López, pasaste tres años lejos de tu Tierra. ¿Qué te impulsó a tomar esa decisión?
La respuesta es compleja porque hubo muchos motivos y con el tiempo he redescubierto otros. Básicamente, sentí que necesitaba un cambio de aires que tenía que ver con lo artístico. Tenía ganas de desarrollar mi música en otro lugar, lejos de los oídos de mi público y con la libertad que te da viajar. De repente puedes hacer lo que quieras. También que solo podía hacerlo en ese momento y no ahora que tengo una vida muy diferente. Fue mi gran aventura vital hasta la fecha.

Tu estancia fuera de España dio Buenos Aires a tu música, ¿qué influencias te trajiste en la maleta?
Me encontré muchas cosas: gentes, paisajes y ritmos que fui añadiendo a mi vida y a mi música, y que me enriquecieron hasta hacer una nueva versión de mí mismo. Pasear por Buenos Aires y comprar un libro de tango que lees en sus calles o escuchar la música de Río de Janeiro mientras vives sus temperaturas, sus olores, sus comidas... Es una experiencia completamente diferente. Conocer la esencia de las músicas de otros lugares fue clave. Me traje libertad, enriquecimiento y una visión nueva.

Por lo que venimos hablando, ¿te sientes hoy un Hombre de Ninguna Parte o, como buen gallego, la morriña siempre está presente?
Te voy a responder un poco a la gallega [risas]. La morriña siempre tira, eso es así y no lo puedo evitar, pero yo juego mucho al baloncesto y hay un movimiento que se llama pivotar y que representa lo que siento. Tengo un pie en el lugar al que pertenezco, donde nací y me crié, pero el otro se mueve hacia todos lados. Así que, al contrario que la canción, me siento más un hombre de todos los lugares. Siento que a medida que he ido conociendo más sitios los he ido queriendo. Conocer es querer y querer es sentirse parte, así que ahora mismo yo soy algo más complejo que un tío que nació en A Coruña.

“Conocer es querer y querer es sentirse parte, así que ahora mismo yo soy algo más complejo que un tío que nació en A Coruña”

Hubo gente que no entendió Atlántico en su momento. ¿En esa época aprendiste a esquivar las Balas en forma de críticas?
Sí. Además entendí que eran inevitables. Creo que la crítica es necesaria y constructiva, pero siempre hay gente que intenta fastidiar con un comentario agresivo. Yo, por suerte, no las he sufrido mucho y una vez que pasas cierta edad aprendes a darles la importancia justa. Lo crucial es que no te quiten la libertad de hacer lo que deseas. Si me he dedicado a la música es para sentir esa libertad. Si tuviera un jefe que me obligara a hacer ciertas cosas no me quedaría otra, pero mi público me demanda que siga haciendo lo que siento y en lo que creo.

Desde tu ya dilatada experiencia, ¿es el camino hacia el éxito un Laberinto repleto de recovecos y caminos sin salida?
Sí, pero lo primero que habría que hacer es definir el éxito. Para mí el éxito es estar donde estoy porque es donde quería estar. En su momento fue irme a América y dejarlo todo, algo que parecía condenado al fracaso pero que para mí resultó ser un camino hacia el éxito. En Buenos Aires cantaba “aposté por el caballo perdedor” y es que a veces perdiendo se gana más. Hay un éxito que tiene que ver con la fama que está muy aceptado y que yo, por ejemplo, lo considero fracaso total. En resumen: sea cuál sea el concepto del éxito, siempre es complejo llegar a él.

¿Sientes que ahora estás recogiendo los Frutos tras tantos años de carrera?
Siendo gallego, y quizás un poco supersticioso, me da miedo decirte que sí [risas]; pero siendo realista y consecuente te diría que sí y que dure. También estoy en un momento de mi vida bastante equilibrado y prefiero mi carrera de ahora a la de hace 15 años.

¿Y qué queda de aquel Joven Poeta que arrancó su carrera con Deluxe y Lovely Luna hace ya dos décadas?
Más de lo que esperaba... El pelo negro se va yendo [risas], pero la ilusión, las ganas y la pasión por la música no. En algún momento puedo estar más o menos cansado, pero no es por la edad. De hecho, disfruto ahora incluso más que antes, siento que tengo más control sobre lo que hago, que sé lo que quiero y cómo llevarlo a cabo. Tengo la misma ilusión, pero con un poso que hace que lo disfrute de otra manera.

En el último DCODE tocaste el mismo día como Xoel López y como Deluxe, algo que era la primera vez que ocurría. ¿Supuso una Catarata de emociones para ti?
Sí, y lo fue toda esa semana con los ensayos de Deluxe. Cuando preparaba los repertorios pensaba: “Me apetece un montón”. Deluxe, aunque sea anterior, me da un aire fresco. Solemos tocar canciones como Reconstrucción o El amor valiente, pero esto fue un repertorio de hora y cuarto. No sé si podría hacerlo todas las semanas, pero encantado de hacer un par de conciertos de vez en cuando. Sin machacarlo. Tengo ganas de hacer un concierto de Deluxe en una sala y que todo el público conozca el repertorio. Nos daríamos un capricho y yo me quitaría una espinita.

“El talento es, en gran medida, trabajo. Es estar con la caña siempre puesta y al tiempo poseer cualidades para pescar bien”

Complétame esta frase: las canciones de Xoel López son un Antídoto contra…
La soledad.

Hablando de tu proceso creativo, ¿dónde encuentras El Destello de inspiración que te impulsa a escribir y componer canciones?
Dentro de mí. Siempre hay una ventana hacia algún lugar emocional, muchas veces inconsciente. No sé muy bien por qué un día me sale una canción entera y al otro soy incapaz de escribir un verso. Por esa ventana entra toda la música y la poesía, pero luego se cierra. Supongo que ocurre porque no se puede vivir siempre así. Me inspiran las emociones y los sentimientos que surgen de las relaciones con personas cercanas, del amor que siento por ellos, pero también del desánimo o de la puñalada por la espalda. A mí, quizás por sensibilidad, me ha tocado vivirlo más a flor de piel y por placer, vocación y oficio me ha tocado no dejarlo pasar.

Si yo pienso en talento me viene a la cabeza la letra de tu canción Patagonia. Si ese mismo ejercicio lo haces tú, ¿qué ocurre?
Para mí el talento es, en gran medida, trabajo. Es estar con la caña siempre puesta y al tiempo poseer cualidades para pescar bien. Por tanto, tiene que ver con estar y con tener ciertas aptitudes y, sobre todo, ciertas actitudes. Volviendo a tu pregunta, me cuesta decirte algo concreto porque el talento lo veo en muchos sitios, pero últimamente estoy escuchando mucho a Bon Iver y Phoebe Bridgers. Y podría decirte un millón de canciones, pero te diré una: Garden Song de Phoebe Bridgers.