Maréh
Canto a la naturaleza
Llanura, manglar, desierto, nevado, selva… Estos paisajes, presentes en los diversos ecosistemas colombianos, pueblan el último álbum (‘Tierra de promesas’) de Maréh. Nominado a dos Latin GRAMMY™, este joven cantautor reivindica la riqueza de la naturaleza de su país a través de unas canciones, cargadas de sentimiento y compromiso, que apelan tanto al corazón como a la cabeza.
Las nominaciones a Los Latin GRAMMYs™ (mejor Nuevo Artista y mejor Álbum Cantautor por Tierra de promesas) pillaron a Maréh a punto de salir a trotar. Y es que el cantautor colombiano, confiesa, no se esperaba la noticia. El reconocimiento de la Academia Latina de la Grabación ha supuesto un espaldarazo para Federico Galvis (Cali, 1991), la persona detrás de Maréh, un proyecto independiente construido durante 11 años a base de “terquedad, insistencia y convicción”. Maréh, que además actuará en la gala de Los Latin GRAMMYs™ —evento patrocinado por Iberia (16 de noviembre en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla – FIBES)—, se muestra ilusionado. “La decisión de celebrarlos en España, la casa del idioma, es muy simbólica porque la música en español está dominando el mercado”, asegura. Antes, el artista caleño presentará su segundo disco, Tierra de promesas, un trabajo inspirado por los ricos ecosistemas colombianos, en Barcelona (Sala Nota 79 - 8 noviembre) y Madrid (Sala Vesta - 9 noviembre). “Cuando me preguntan qué música hago, yo siempre les invito a escucharla”, afirma. No lo duden y acepten su invitación.
¿Federico Galvis, la persona, y Maréh, el artista, son muy distintos?
Creo que Maréh es como un trazo de Fede, uno que se empieza a dibujar. La línea entre uno y otro es muy delgada, no siento que sean dos entes distintos, más bien siento que Maréh es una parte muy especial de Fede, una que, además, le ayuda a crecer como persona.
¿Cómo nace tu pasión por la música y quiénes fueron (o siguen siendo) tus referentes?
La pasión me viene por mis padres y por mi ciudad, Cali: somos un pueblo profundamente musical. Crecí escuchando salsa en casa, a Rubén Blades, Héctor Lavoe, Ismael Rivera o Buenavista Social Club. También a grandes cantautores, como Caetano Veloso o Chico Buarque, y rock argentino: Charly García o Fito Páez. Hasta llegar a artistas más actuales como Jorge Drexler, Natalia Lafourcade o El Kanka. Hay muchísimos referentes en la música latinoamericana.
“He tenido una conexión con el territorio durante todas las etapas de mi vida y siempre me ha conmovido esa riqueza. En Colombia se condensa el mundo”
Además de músico, eres antropólogo. ¿Cuánto de antropología, de estudio de la realidad humana, hay en tu música?
Tuve la dicha de crecer en una familia muy enfocada a las humanidades; mi padre es filósofo y mi madre es jardinera y trabajadora social. Más allá de lo que estudié, me han influido mucho las conversaciones que he tenido en casa. Charlas que duraban hasta la madrugada y que han terminado nutriendo mis canciones. La antropología me dio una nueva perspectiva, de hecho, un álbum como Tierra de promesas no sería lo que es si no hubiera conocido ese rigor científico y académico propio de la investigación. El trabajo de mi abuelo, ya fallecido, que fue el precursor de la agroecología en Colombia, también fue una gran inspiración.
Tu música está muy apegada a tus raíces. ¿La tierra y la naturaleza colombianas son una fuente de inspiración para ti?
Totalmente. En mi caso no es una decisión, forman parte de mi historia. Mi infancia la recuerdo de paseo en paseo recorriendo los diferentes ecosistemas de mi país. Después, ya como cantautor, volví a recorrerlos. He tenido una conexión con el territorio durante todas las etapas de mi vida y siempre me ha conmovido esa riqueza. En Colombia se condensa el mundo, reúne casi todos los ecosistemas: páramos, desiertos, selvas, lagunas, océanos… ¡Es una locura, una fantasía!
Siempre hay una conexión, un momento o un encuentro que nos cambia la vida. En tu caso, ¿cuál fue?
A mí me cambió la vida ir a un festival que se hace en mi ciudad, el Petronio Álvarez, siendo muy pequeño. Tendría 6 o 7 años. El festival condensa toda la africanía colombiana y en él tiene mucho protagonismo la percusión. Sentí la fuerza de los tambores africanos y no por nada me volví percusionista [risas]. Pero también el encuentro con la naturaleza, como te decía antes, las historias de mis abuelos y conocer a ciertos referentes, como el maestro Rubén Blades. El encuentro se produjo en Austin (Texas) y le gustó mi música, incluso la recomendó en sus redes. ¡Fue un sueño!
“La independencia es libertad y tener una carrera levantada a pulso, sin tener que pedir permiso, no tiene precio; jamás lo cambiaría por nada”
Tu disco Tierra de promesas sale adelante gracias a una financiación colectiva. ¿Como de difícil es empezar en esto de la música?
Tierra de promesas es mi segundo disco como Maréh y arranqué este proyecto hace 11 años, así que imagínate. Y antes estuve seis años con una banda. Labrarme una carrera como cantautor independiente ha sido una lucha con muchísimos altibajos, un camino de terquedad, insistencia y convicción. He tenido la suerte de contar con el apoyo de mi familia y mis amigos, algo fundamental, y he podido construir esto gracias a ellos. El crowdfunding no cubrió ni un 10% de lo que costó el álbum, pero lo más relevante fueron las alianzas surgidas con otros artistas, como diseñadores, pintores o cineastas, en torno a la conservación de la biodiversidad y el medio ambiente. Ese no era el objetivo incial, pero qué maravilla que ocurriera y que la gente fuera partícipe.
¿Y te esperabas las nominaciones a Los Latin GRAMMYs™?
Uno tiene sueños y ¡quién no sueña con un Latin GRAMMY™! Cuando me llegó la noticia estaba a punto de salir a trotar y fue muy conmovedor, sentí como si la balanza se equilibrara. Me alegra que me tengan en cuenta a mí, que soy un artista independiente, y a mi álbum, que es el fruto de más de tres años y medio de trabajo plenos de amor y de entrega. Creo mucho en el trabajo y ha sido un aliento para seguir adelante. La independencia es libertad y tener una carrera levantada a pulso, sin tener que pedir permiso, no tiene precio; jamás lo cambiaría por nada.
“Los Latin GRAMMYs™ han logrado un equilibrio entre industria y arte, basta con mirar la lista de nominados”
Desde su creación en el año 2000, Los Latin GRAMMYs™ se han convertido en una referencia dentro de la industria. ¿Han servido para poner en valor el talento de la música latina?
100%. La Academia, a través de Los Latin GRAMMYs™, reconoce el talento y ha dado visibilidad a proyectos que de otra forma nunca hubieran tenido esa relevancia. Mis respetos porque eso tiene un gran valor histórico. Los premios, con tanta parafernalia, a veces distorsionan el propósito del arte, son como un espejismo, pero Los Latin GRAMMYs™ han logrado un equilibrio entre industria y arte, basta con mirar la lista de nominados.
Para finalizar, ¿qué significado encierra la palabra talento para ti?
El talento es la potencia vital que cada uno tiene, el duende creativo. Y creo que nadie escapa a eso, todas las personas tenemos un talento. También tiene que ver con la capacidad para escuchar a nuestro niño interior y dejarlo salir. Lo primero es reconocer el talento y luego es fundamental trabajarlo; porque el talento no es nada sin trabajo, rigor y disciplina.