Los Estanques & Anni B Sweet
Burbuja cómoda y elefante inesperado
El talento musical, cuando mezcla bien, alumbra auténticas joyas. El último ejemplo es el disco 'Burbuja cómoda y elefante inesperado', fruto de la colaboración entre Los Estanques y Anni B Sweet. Para conocer la génesis de este trabajo, ante el que crítica y público han caído rendidos y que seguirán presentando durante los próximos meses, charlamos con Íñigo Bregel, líder de Los Estanques.
Lo primero que llama la atención del disco creado por Los Estanques y Anni B Sweet es su título: Burbuja cómoda y elefante inesperado. Un título que Íñigo Bregel, líder de Los Estanques y principal artífice del LP junto a Anni, reconoce surgió de forma espontánea: “Jugamos con la espontaneidad porque creemos que ahí reside parte de la frescura”. La montaña rusa sonora compuesta por Íñigo y guiada por la voz de Anni invita a viajar, de la mano de la psicodelia y sin renunciar a otros estilos, a los coloridos años 70. El álbum se cierra con la canción Vuelve a oscurecer y así sucede realmente porque durante 37 minutos los talentos de ambos artistas iluminan nuestro presente, haciéndonos sentir tan ligeros como un elefante dormido plácidamente en el interior de una burbuja. Lo bueno: que podemos volver a escucharlo otra vez… y del tirón.
¿Cómo se cruzan los caminos de Anni B Sweet y Los Estanques?
A Marcos García de Ayuken [mánager de Los Estanques] le llegó que Anni nos andaba escuchando y que se había quedado bastante pillada. Ella siempre ha tenido influencia de los años 70, pero nunca había podido alcanzar ese sonido. Al descubrirnos vio la posibilidad. Nosotros vamos un poco por libre y no la teníamos muy fichada. ¿Cúal fue la sorpresa cuando la escuchamos? Que descubrimos un talentazo impresionante. No solo su voz, una de las mejores de España, también su música y sus letras.
¿Y cómo fue el proceso de creación del disco?
Empezamos a hablar y ella me mandó un tema: Tu pelo de flores. Yo me permití la licencia de cambiarlo entero y a ella le flipó. Luego me envió otros, como He bebido tanto (que) o Caballitos de mar, y a partir de ahí todo empezó a fluir. Íbamos a hacer un tema juntos y cayó un disco con trece, así que fíjate. La grabación del disco la hicimos ambos, yo me encargué de todos los instrumentos y ella de las voces y de alguna guitarra. Unas canciones las trabajamos a distancia y otras las hicimos casi juntos, como Bla, bla, bla. Luego hay temas que yo ya tenía grabados, como No te preocupes o Yo me voy de aquí, a los que sumamos la voz de Anni y pegaron un salto cualitativo. ¡Dios le da voz a algunos y a otros no [risas]!
“Es un disco que no ha salido a base de talonario, sino gracias a nuestro sudor. Por eso decidimos autoeditarlo”
Habéis autoeditado el disco, ¿hasta qué punto era importante para vosotros mantener la libertad creativa?
La libertad creativa la hemos tenido siempre. El álbum lo empezamos a trabajar ella y yo sin nadie más en el mundo, y lo sacamos adelante con mucho curro y mucha ilusión. Es un disco que no ha salido a base de talonario, sino gracias a nuestro sudor y, llegados a ese punto, lo último que queríamos era que acabara en una discográfica. Por eso decidimos autoeditarlo.
Es un disco ambicioso y complejo, conceptual y repleto de arreglos, pero al mismo tiempo resulta ligero y nada pretencioso. ¿Cómo se alcanza ese equilibrio?
Yo no hago otra cosa en mi vida que música: la estudio, la aprendo, la compongo… Siempre quiero saber más. En Los Estanques llevamos tiempo pensando que para no pasarnos de refinados hay que mantener un equilibrio. Hacer concesiones. Una voz y unos temas como los de Anni, incluso una imagen como la suya, nos vienen muy bien para hacer nuestra música más digerible.
El disco suena muy setentero, ¿qué referentes os influyeron?
Los referentes se cuelan por cualquier resquicio y si me pongo a pensar te digo 800 grupos [risas], pero puedo citarte un disco en concreto: Philwit and Pegasus, de Mark Wirtz. Es una especie de ópera-rock y de ahí han salido las dobles baterías que hay en algún tema. Otra referencia directa es la canción A Day In The Life Of A Tree (The Beach Boys) en Tampoco estoy tan lejos. También hay mucha influencia de la música clásica, por ejemplo a la hora de entretejer los arreglos de los coros para no hacerlos lineales, sino que haya contrapuntos.
“La complicidad es lo mínimo para sacar un disco así adelante. Si no, por mucho talento que hubiéramos tenido, no habría funcionado”
Hay otros grupos españoles, como Rufus T. Firefly, Derby Motoreta’s Burrito Kachima, Califato ¾ o Alien Tango, rescatando la psicodelia. En el caso de Los Estanques, ¿de dónde viene esa pasión?
Viene de muy atrás… De cuando mi padre me ponía sus discos o de cuando el padre de Conti [batería] le ponía los suyos de progresivo y psicodelia italianos. Pero también están ahí los álbumes de jazz del padre de Germán [guitarra] o los estudios de jazz de Dani [bajista]. De alguna manera es nuestro lenguaje, más para comunicarnos que para reivindicar. Aunque cuando haces algo que no es lo que está de moda siempre hay un matiz reivindicativo.
En vuestro primer concierto juntos, en Noches del Botánico, se palpaba la complicidad entre Los Estanques y Anni B Sweet. ¿Ha sido ese el secreto del éxito en esta colaboración?
La complicidad es lo mínimo para sacar un disco así adelante, el entenderse con la otra persona y el compadreo. Si no, por mucho talento que hubiéramos tenido Los Estanques y Anni B Sweet, no habría funcionado. Si no nos llevásemos bien o no creyésemos que lo que tenemos es bueno, no tendríamos tanta ilusión. Nuestras únicas discusiones han sido por poner o no el aire acondicionado en la furgo de camino a un bolo [risas].
En los directos estáis tocando el disco del tirón y en orden, ¿por qué?
La razón es muy sencilla: hemos intentado hacer un disco para escuchar de principio a fin. Darle un hilo conductor y que una canción entre bien respecto a la anterior. Ahora mucha gente nos habla de las transiciones entre canciones y yo pienso: ¡Qué bien! Reivindicamos que dediques 40 minutos de tu vida a ti mismo, ni siquiera a nosotros. Ahora en los conciertos nos toca sufrir y estar esos 40 minutos casi sin beber agua, incluso tenemos apuntado en el repertorio cuando podemos hacerlo [risas].
En este disco se han mezclado los talentos de Anni B Sweet y Los Estanques. ¿Qué habéis aprendido de la experiencia?
Bastantes cosas. Quién me iba a decir a mí, que además soy productor, que iba a venir Anni B Sweet, la tía que mejor canta de este país, a enseñarme arreglos. Y ella no va dando lecciones. También hemos aprendido a montar un repertorio en directo integrando todo lo que se grabó en el estudio y conseguir que suene como un cañón. ¡A mí solo me falta llevar un bombo a la espalda [risas]!
“El talento es una especie de intuición en un ámbito que puede dar ventaja a unos seres humanos respecto a otros”
Ya que hablamos de talento: ¿qué significa para ti esa palabra?
El talento es una especie de intuición en un ámbito que puede dar ventaja a unos seres humanos respecto a otros. Pero, cuidado, porque ese talento si no se trabaja puede ser incluso contraproducente. Es como tomar la salida con un par de metros de ventaja, pero eso no quiere decir que llegues el primero a la meta si durante la carrera no te esfuerzas.
¿Esta colaboración es algo puntual o se alargará en el tiempo?
No sé si saldrá otro disco o no, pero tenemos cinco temas. Ahí lo dejo. La vida da muchas vueltas y tanto a Anni como a nosotros nos van saliendo cosas y estamos muy liados. Los Estanques sacaremos otro disco en breve. Pero lo que hablábamos, mientras haya buen rollo y la gente responda hemos venido para quedarnos. Los conciertos están yendo muy bien [el 29 de septiembre actúan en Madrid, donde colgaron el sold out con un mes de antelación, el 8 de octubre en Lugo, el 14 o 15 de octubre en Valencia dentro del Festival Love To Rock, el 29 de octubre en Vigo o el 9 de diciembre en Sevilla].