Eleonora Viezzer

El mundo necesita mentes brillantes que alumbren nuestro presente y, sobre todo, nuestro futuro. El cambio climático es una amenaza real para la humanidad y en una de sus posibles soluciones trabaja la física Eleonora Viezzer (Viena, 1986), que colidera el Plasma Science and Fusion Technology Group de la Universidad de Sevilla. “La fusión nuclear tiene el potencial de resolver la demanda energética mundial y, a la vez, acabar con el cambio climático y la dependencia energética”, asegura Eleonora. Actualmente, el equipo trabaja en el diseño y construcción de un reactor de fusión tipo tokamak, el SMART (SMall Aspect Ratio Tokamak). De hacerlo realidad, se convertiría en un reactor único en el mundo por su flexibilidad para generar y estudiar plasmas —el cuarto estado de la materia—. Hija de un italiano y una filipina, se mudó a España hace siete años, emprendiendo el camino inverso al de decenas de investigadores españoles, y reivindica a su región de acogida, Andalucía, como un lugar ideal para la investigación: “Tenemos playas tan bonitas como las de California, ahora solo nos falta nuestro Silicon Valley para convertirnos en una zona puntera también en investigación”. Galardonada en 2022 con el Premio Princesa de Girona de Investigación Científica, acaba de recibir el Premio Mujeres a Seguir 2023 en la categoría de Ciencia. Pero su mayor premio es su hijo, nacido el pasado mes de julio y al que confía en legar un planeta habitable.

Que una joven se apasione por la física no es lo habitual. En tu caso, ¿cómo se produjo ese flechazo?
Descubrí mi pasión por la ciencia en el instituto. Me interesaban mucho la física, las matemáticas, la química… Y se me daban bien. Siempre fui muy curiosa y me hacía muchas preguntas. Durante el último año, mi profesora de física me animó a ir a un curso de invierno en la Facultad de Física de la Universidad de Innsbruck (Austria). Durante una semana me enseñaron cómo era su trabajo diario y para mí fue una experiencia muy impactante. Me animó a decantarme por este campo.

¿Dirías que la física ha cambiado tu forma de ver el mundo?
Sí, me ha abierto los ojos. Me ha permitido entender mejor cómo funciona la naturaleza y, aún hoy, me queda mucho por aprender. Lo bonito de la física es que siempre hay algo por descubrir. También me ha ayudado a ser más crítica y a cuestionármelo todo.

Alguna vez has confesado que te gustaría legar una fuente de energía limpia, segura e inagotable a las próximas generaciones. ¿Cómo pretendes lograrlo?
A través de la fusión nuclear, la fuente de energía de las estrellas. ¿Cómo se logra? Fusionando dos isótopos del hidrógeno, el deuterio (se extrae del agua del mar) y el tritio (se obtiene del litio, presente en la corteza terrestre), para dar lugar a una partícula alfa de helio. Durante el proceso, se libera una gran cantidad de energía: 17,6 mega-electrón voltios [MeV]. Te lo traduzco. Si fusionáramos el deuterio y el tritio que caben en una cucharilla (2,5 gramos) podríamos crear la energía equivalente a un campo de fútbol repleto de carbón (28 toneladas). Otro ejemplo: si llenáramos un vaso de agua, generaríamos energía suficiente para abastecer a una familia de cuatro miembros durante 80 años.

“La fusión nuclear tiene el potencial de resolver la demanda energética mundial y, a la vez, acabar con el cambio climático y la dependencia energética”

Los combustibles fósiles se van a agotar en las próximas décadas. ¿La fusión nuclear acabará con la crisis energética global que se avecina?
Totalmente. La fusión nuclear tiene el potencial de resolver la demanda energética mundial y, a la vez, acabar con el cambio climático y la dependencia energética. Ahora tenemos una situación geopolítica muy tensionada que afecta a los suministros de energía. La fusión nuclear puede afianzar un futuro seguro para las próximas generaciones.

Eleonora Viezzer, junto a sus compañeros, delante del reactor SMART (SMall Aspect Ratio Tokamak). © Cedida por Eleonora Viezzer

Optaste por compaginar docencia e investigación. ¿Cuál es la lección principal que te gusta transmitir a tus alumnos?
El mensaje principal es que encuentren algo que les guste y que luchen por dedicarse a ello. Al final, lo más bonito del mundo es trabajar en algo que sea tu hobby. Te levantas por la mañana y tienes ganas de comerte el mundo. También les digo que no dejen que nadie les diga que no pueden lograrlo. Por supuesto que hay barreras, pero estamos aquí para superarlas.

Siempre estudiaste rodeada de hombres. Desde tu experiencia, ¿cómo se pueden impulsar las vocaciones científicas entre las más jóvenes?
Creo que es superimportante impulsar las vocaciones STEM [Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas] entre las chicas porque ellas son la próxima generación y tienen que tomar el relevo. Las mujeres valemos para la ciencia, igual que los hombres. Tenemos que transmitir este mensaje a las más jovenes porque es ahí donde empieza a producirse la brecha. Los profesores, los padres y la sociedad en general jugamos un papel clave a la hora de potenciar el interés de las niñas por esas asignaturas. También es importante desmitificar la figura del investigador o investigadora como una especie de bicho raro. Los avances científicos los hacemos personas normales con vidas normales.

¿Cuál te gustaría que fuera el rol de la mujer en la ciencia en las próximas décadas?
La mujer tiene que jugar un rol fundamental. Las mujeres somos el 50%, algo más de hecho, de la humanidad. Si somos la mitad de la población, ¿por qué no ocupamos ese mismo espacio en la ciencia? Tenemos que contar con el talento de todos y todas, por eso es importante que haya más mujeres en nuestro ámbito.

“El talento significa curiosidad y creatividad, pero también perseverancia y esfuerzo. También es importante no tener miedo a fallar”

¿Crees que el problema de la falta de vocaciones radica en que la sociedad vive desconectada de la ciencia?
Es muy importante acercar la ciencia a la sociedad y, también, acercar la sociedad a la ciencia. La ciencia juega un papel clave en nuestra sociedad y lo vimos, y vivimos, durante la pandemia. Sin el desarrollo de las vacunas, ¿dónde estaríamos ahora? Yo, como investigadora, creo que es fundamental presentar nuestro trabajo, enseñar nuestros laboratorios y mostrar que somos gente normal. La gente piensa que la física es muy difícil, pero no es así; simplemente implica trabajar duro, pero no más que si te dedicaras a otra cosa. La perseverancia es clave.

Se habla mucho de la fuga de cerebros españoles al extranjero, pero tú realizaste el viaje inverso. Tras varios años aquí, ¿cuánto talento científico dirías que hay en España?
Muchísimo. Y me siento afortunada por estar rodeada de tanto talento. Pero hay que invertir más, especialmente entre los jóvenes investigadores; no solo para retener a los que se educan aquí, también para atraer a los de fuera. Si no invertimos más, el talento español se marchará a Estados Unidos, Alemania o Inglaterra. Salir de tu país está bien porque te permite vivir experiencias y salir de tu zona de confort, pero siempre tiene que haber incentivos para volver. En el equipo que tenemos en la Universidad de Sevilla la mayoría son españoles, pero también hay personas de Estados Unidos, Sudáfrica, China, Inglaterra... El talento está en todos los rincones del mundo y España tiene grandes reclamos para atraerlo.

Y, ¿qué es el talento para ti?
Es una pregunta difícil, pero para mí el talento significa curiosidad y creatividad, pero también perseverancia y esfuerzo. También es importante no tener miedo a fallar porque todos cometemos errores, simplemente hay que volver a intentarlo y seguir adelante.