Aleix Megías
Pasión por el espacio
No todo el mundo puede presumir de haber encontrado su primer trabajo en la Agencia Espacial Europea (ESA), ni de dejarlo para emprender y fundar su propia empresa, Open Cosmos, con tan solo 25 años. Y con ello aparecer en la lista Forbes. Aleix Megías sí podría hacerlo, aunque él de forma modesta lo atribuya a la pasión, al esfuerzo y a “estar en el lugar adecuado en el momento preciso”.
Su pasión por el espacio comenzó de bien pequeño y ya de adolescente Aleix Megías (Barcelona, 1990) descubrió que lo suyo era la ciencia, concretamente la ingeniería aeronáutica y aeroespacial. Tanta precocidad se tradujo en que, tras pasar por la ESA, en 2015 fundara Open Cosmos, una startup dedicada a la fabricación de nanosatélites de bajo coste que busca facilitar el acceso al espacio para ayudar a solucionar retos globales. Hoy, la compañía es líder en diseño, manufactura, lanzamiento y operación de nanosatélites tanto en España como en Europa. Desde esa posición privilegiada, el ingeniero asegura que la inversión a largo plazo en I+D+i es fundamental para nuestro país, ya que permitiría situarlo a la cabeza de algunos sectores, como la industria espacial, que liderarán el crecimiento económico en los próximos años.
Aleix, cuando miras al espacio, ¿qué ves?
Lo que veo son oportunidades, las que me han llevado a seguir este camino, a formarme y a trabajar en él. El espacio es un lugar que lanza muchas preguntas, pero sobre todo es un lugar en el que podemos encontrar respuestas.
¿Eras de esos niños que de mayor soñaba con ser astronauta?
Recuerdo que cuando era pequeño me apasionaba todo lo relacionado con los planetas y los cohetes. De hecho, tenía libros en casa e incluso me regalaron un Lego Space Shuttle. Pero fue en secundaria cuando descubrí que la ingeniería aeronáutica y aeroespacial era lo que me apasionaba. Todos los que amamos el espacio encontramos en la figura del astronauta un referente, pero cuando empecé mi carrera profesional ya no era lo que quería hacer.
“El espacio es un lugar que lanza muchas preguntas, pero sobre todo es un lugar en el que podemos encontrar respuestas”
Tu primer empleo fue en la ESA y con menos de 30 años estabas en la lista Forbes. Algo así se consigue con talento y ¿qué más?
Creo que siempre que hagas las cosas con pasión y esfuerzo vas a tener la oportunidad de ser bueno en lo que haces. El soporte de la familia y los amigos también ha sido fundamental, a lo que añadiría el factor suerte, lo de estar en el lugar adecuado en el momento preciso. Me salió bien la jugada porque la ESA vio mi potencial y empecé a trabajar allí al principio de mi carrera. Luego fundamos Open Cosmos y fue cuando la revista Forbes me incluyó en su lista de los jóvenes menores de 30 años más influyentes.
¿Con qué objetivo nació la compañía y hacía dónde se dirige?
Creamos Open Cosmos con el objetivo de ayudar a solucionar grandes retos globales a través de la información generada en el espacio. Con esa visión fundamos la empresa, desarrollando tecnología y servicios que simplificaran el acceso al espacio y nos permitieran extraer diferentes tipos de datos. Durante los dos últimos años hemos doblado la cantidad de contratos, con clientes tanto institucionales como comerciales, y la empresa se ha capacitado para entregar constelaciones de satélites —sistemas de varios satélites que operan de forma conjunta en órbita— en un tiempo reducido. Esta tecnología supone una gran oportunidad, ya que estos pequeños satélites ahora pueden generar datos parecidos a los que otros más grandes ofrecían hace cinco o diez años con costes de centenares de millones de euros.
“Siempre que hagas las cosas con pasión y esfuerzo vas a tener la oportunidad de ser bueno en lo que haces”
¿Cuáles son esos retos globales que intentáis solucionar?
Nuestra tecnología y servicios nos permiten desplegar infraestructura espacial de forma rápida y a bajo coste, en concreto, misiones espaciales de satélites con multitud de sensores. Gracias a ellos, podemos obtener imágenes desde satélites en variedad de bandas espectrales, tanto en el rango óptico como en el de radio, y con todos esos datos informar y ayudar a la industria. Hay una lista increíble de aplicaciones a las que nuestros datos e infraestructuras contribuyen, desde ayudar a entender la emergencia climática hasta contribuir a la monitorización de infraestructura crítica, entre otras.
Y, ¿qué beneficios aporta la industria espacial a nuestro día a día?
La industria espacial es un vehículo que permite a otras desarrollarse, operar y generar resultados. Por ejemplo, los sistemas satelitales de navegación son herramientas indispensables en nuestra vida diaria. O los sistemas de imágenes satelitales, que se utilizan en casos de emergencia y que, por ejemplo, sirvieron para monitorizar el volcán de La Palma. En el futuro, algunos de los servicios de Internet van a pasar de redes terrenales a redes satelitales y conseguir esta infraestructura requiere tiempo e inversión. Uno de los grandes retos a futuro es que todo el planeta tenga acceso a Internet y en ello la industria espacial será clave.
“Creo que nuestro país tiene un gran potencial en cuanto a talento y oportunidades de negocio”
Ya estáis en España, pero ¿por qué nace en Oxford la empresa?
Arrancamos en Reino Unido en 2015 porque encontramos una muy buena oportunidad en una incubadora de empresas, que fue la catapulta para la creación de Open Cosmos. Sin embargo, desde 2017, tan pronto como pudimos, empezamos a operar en España, tanto en Madrid como en Barcelona. Creo que nuestro país tiene un gran potencial en cuanto a talento y oportunidades de negocio, además de un tejido industrial que le va a permitir en los próximos años desarrollar actividades de mucho valor con impacto a nivel europeo e incluso mundial.
Aun así, ¿echas en falta más inversión en ciencia y tecnología en España para explotar todo el talento existente?
Creo que está mejorando mucho, ya que hay voluntad de invertir más, pero aún hay mucho por hacer. La ciencia y la tecnología han de verse como una inversión a largo plazo, por lo que tendríamos que incrementar el porcentaje de PIB dedicado a I+D+i e intentar alinearlo con otros países, como Alemania, Bélgica o Finlandia, que destinan casi el doble. Es una inversión a largo plazo que permite no solo asegurar que los grandes profesionales y científicos que tenemos en España desarrollen sus carreras con seguridad, sino también situarnos a la cabeza en algunos de los temas que van a liderar la innovación y el crecimiento económico.