Isaac Sánchez
Amor al dibujo
Isaac Sánchez se hizo famoso como Loulogio. Hoy, aquel youtuber se dedica a lo que realmente ama, el dibujo, y es el autor del cartel de la Feria del Libro de Madrid 2022. De las casetas del Retiro y las sensaciones que despiertan entre los amantes a la literatura, viajamos al lugar en el que comenzó a dibujar, Baños Pleamar, el restaurante que regentaban sus padres y que protagoniza su próximo cómic.
Isaac Sánchez (Badalona, 1981) es el autor del cartel de la Feria del Libro 2022. También lanzará próximamente un nuevo cómic, Baños Pleamar. Con el anterior, El Don, recibió el premio Libro del Año del Gremio de Librerías de Madrid. Y es que si algo ha sido siempre Isaac es dibujante, por mucho que su “paréntesis” como exitoso youtuber (Loulogio) aún ejerza una alargada sombra. Sobre presente, pasado e, incluso, futuro —confiesa lo que hará cuando tenga 80 años— charlamos con él.
Eres el autor del cartel de la Feria del Libro de Madrid 2022, ¿qué has querido plasmar?
El cartel de este año tenía un propósito concreto, el viaje. Pero más allá de eso quería reflejar optimismo y diversión, que no se viera ni demasiado melancólico ni demasiado clásico. Simplemente quería transmitir la alegría que supone coger un libro o un cómic, leerlo y trasladarte a otro lugar. Mas que algo grandilocuente, la propia energía que se genera cuando estás dentro de una historia.
¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con la literatura y qué obras han marcado tu vida?
Creo que aprendí a leer con Mortadelo y Filemón, de Ibáñez. Me flipaba ese cómic y quería saber qué decían esos personajes. Era un absoluto devorador de cómics. Me han marcado mucho otros autores españoles como Giménez (Paracuellos), Azpiri (Lorna) o Jan (Superlópez). Y la literatura clásica. Por ejemplo: mis libros favoritos son Historias de cronopios y de famas, de Cortázar, o La montaña mágica, de Mann.
“Con el cartel quería transmitir la alegría que supone coger un libro o un cómic, leerlo y trasladarte a otro lugar”
Viajemos al pasado, ¿cómo empiezas a dibujar?
Mis padres tenían un restaurante, Baños Pleamar, junto a la playa y yo era un chavalín que pasaba muchas horas allí, así que empecé a dibujar historietas sobre lo que veía por entretenerme. De hecho, mi primer sueldo fue una vez que retraté a un cliente y le hizo tanta gracia que me dio diez pesetas o algo así. Me dijo: “Toma, tu primer sueldo como dibujante”.
Precisamente, tu próximo cómic, que presentarás en la Feria del Libro, se titula Baños Pleamar y trata sobre aquel lugar, ¿qué más puedes contarnos?
Para mí va a ser súper especial estar en la Feria con el cartel y con un cómic que llevo dos años preparando y que es muy importante para mí. No es un cómic que hable de mi niñez, sino que más bien es la biografía del lugar donde crecí. Un restaurante de playa en los años 90 y un niño que apenas conoce la vicisitudes de la vida, pero está expuesto a muchas historias, algunas alegres, otras tristes. Baños Pleamar era un lugar con mucha personalidad y mucha identidad, y quería narrar su historia como si fuera una vida, con su inicio y su final. El protagonista es el restaurante, pero es una historia coral que va saltando por las diferentes personas que lo habitamos.
¿Cómo animarías a los visitantes a la Feria del Libro a comprar un cómic?
Lo primero es pasear y dejarse llevar por el ambiente. Luego, si te interesan los cómics, te acercas a un puesto especializado y le dices al librero: “Me gusta esto, ¿qué me recomiendas?" Y los libreros tienen tanta experiencia en encontrar el cómic adecuado para ti que acertarán. Si te gusta el drama, te dirán uno, si te gusta la fantasía, otro, y si tienen mucho criterio te dirán: “Cómprate el nuevo cómic de Isaac Sánchez” (risas).
¿Crees que el talento español para el cómic tiene el reconocimiento que merece?
En España hay muchísimo talento, en concreto el artístico desborda. Si miramos, por ejemplo, los dibujantes españoles que trabajan para Estados Unidos, Marvel o DC, son muchos. La gente se piensa que son cuatro o cinco y quizás sean 50 o 60. Desgraciadamente, en España hay mas talento para el cómic que industria y por eso muchos tienen que salir fuera.
Por seguir hablando de talento, ¿cómo lo definirías?
Para mí el talento es una pulsión, algo irrefrenable. No es una habilidad que tengas porque sí, sino que es algo que no para de incitarte a que repitas una y otra vez esa técnica o esa disciplina. No para de llamar a tu puerta y decirte: “Haz esto, insiste, hazlo de nuevo”.
“En España hay mas talento para el cómic que industria y por eso muchos tienen que salir fuera”
Estamos hablando con Isaac Sánchez, pero seguramente la gente te siga conociendo más como Loulogio, ¿echas de menos tu etapa como youtuber?
No. Cuando uno decide algo tiene que ser consecuente y es verdad que podría haber sido un error, pero sabía que no iba a ser así porque mi intuición me decía que tenía que dedicarme a lo que realmente amaba. Hay momentos en los que me viene algún recuerdo y pienso: “Estaba muy guay”. Pero en absoluto volvería. De hecho, recuerdo toda esa etapa como si hubieran cambiado al guionista de mi vida. Era muy divertido, muy goloso y muy lucrativo, pero no era yo. Fue un paréntesis entrañable, del que tengo mil anécdotas, y estaré siempre agradecido al cariño de la gente, pero ya pasó.
Tu éxito en YouTube hizo que aparcaras tu faceta como dibujante, pero ¿realmente llegaste a dejar de dibujar durante esos años?
Dejé de dibujar en serio. Podía dibujar algo de vez en cuando, la pulsión que te decía antes, pero para mí dibujar de verdad es acostarte y levantarte pensando en ello, y eso no lo hacía. No estaba sumergido en un proceso creativo con todo lo que conlleva. Lo abandoné lo suficiente como para que me dé rabia.
¿Queda algo de Loulogio en el Isaac Sánchez ilustrador?
Al final cada uno acumula experiencias y no puede ser ajeno a lo que ha vivido, más aún a la hora de dibujar una obra. Incluso en algunos momentos he incluido guiños en mis cómics a aquella etapa. Cuando uno está sumido en ese mundo del faranduleo puede perder la perspectiva de sí mismo y, aunque sí me quedan cosas, a veces miro atrás y veo a Loulogio como un personaje con el que me identifico menos de lo que me gustaría. Estos cuatro o cinco años que llevo dibujando más en serio me han servido para encontrar mi identidad. La evolución personal es algo que al final se transmite mucho en el dibujo.
“A veces miro atrás y veo a Loulogio como un personaje con el que me identifico menos de lo que me gustaría”
La historia de Loulogio tiene mucho potencial, ¿daría para un cómic?
Se me ha pasado por la cabeza... He vivido cosas realmente extraordinarias. Quién me iba a decir a mí que iba a llenar teatros de toda España y que fuera a haber gente gritando y pidiéndome fotos. Tengo aventuras e historias de absoluto desmadre, de absoluta fantasía. ¿Las podría contar? Sí, pero lo haré cuando tenga 80 años, me dé igual todo y no tenga que callarme nada (risas).
Triunfaste como youtuber antes de que la palabra existiera siquiera, ¿te sientes un pionero?
No me siento especialmente pionero. Hacía vídeos en mi casa para mis amigos y se los daba en DVD, luego pasé a subirlos a YouTube. Lo hacía por pura diversión, por hacer el tonto, y sin la expectativa de hacerme rico y famoso, así que no puedo ponerme muchas medallas. En su momento subestimé la necesidad de tontería que tenía este país. Yo le ofrecí toda la que pude (risas). Decía muchas burradas, pero siempre lo hacía desde la parodia. El humor siempre parte de una intención y la mía nunca fue ni provocar, ni faltar, era hacer reír.