Silvia Mas y Diego Gª Carrera

A Silvia Mas (Barcelona, 1996) la afición a la vela le viene, explica, casi desde que nació: “Mis padres han estado siempre cerca del mar. Sin duda iba a tener que navegar”. Para la regatista, que pasa gran parte del año entrenando y compitiendo lejos de casa, “es superbonito que todos, mis padres y mis cuatro hermanos, naveguemos y compitamos porque contar con el apoyo de mi familia, que entiende perfectamente el deporte a este nivel, es un plus brutal”. Comprensión, y algo más. “Sí, en casa siempre ha habido mucha competitividad, pero sana. Hemos competido entre nosotros y eso nos ha hecho sacar nuestra mejor versión”, añade.

No recuerda, reconoce Silvia, la primera vez que manejó una embarcación de vela, pero sí que su primera competición debió de ser a los ocho años. De cara a los próximos Juegos, al igual que en su participación anterior en Tokio, ejercerá de patrona de la embarcación, quien lleva el timón. “Lo que siento en el barco es indescriptible, una sensación que solo me da navegar. Es una mezcla de emociones, unidas al esfuerzo físico, la fuerza del mar, el frío… Son un montón de variables que se juntan y hacen que todo lo demás se olvide. Luego, cuando paras, viene todo de golpe”.

“Lo que siento en el barco es indescriptible, una sensación que solo me da navegar” — Silvia Mas

El caso de Diego Gª Carrera (Madrid, 1996) es algo diferente. Explica, entre risas, que llegó a la marcha por casualidad, para poder tener plaza en algún equipo. Pronto se enamoró de una disciplina que es “más cerebral y estratégica, en la que hay que medirse muy bien y dosificar a lo largo de 20 kilómetros”. Una concepción que encaja bien con su trayectoria, siempre muy centrada en lo académico por influencia de sus padres. “Siempre dieron mucha importancia a los estudios porque no puedes confiar en que tu futuro dependa del atletismo”, reconoce.

Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, Diego cursó un máster en Mercados Financieros y actualmente está realizando otro en Producción Discográfica, una formación que enlaza directamente con su segunda gran pasión. “Siempre me ha gustado mucho la música —cuenta— y toco el trombón. Empecé en el conservatorio con siete años y terminé el grado profesional. La música, junto al deporte, me acompañan en mi día a día”.

Silvia Mas siempre tuvo relación con la vela y empezó a competir con solo ocho años. © J. Renedo

Diego Gª Carrera compatibilizó la marcha con su otra gran pasión: tocar el trombón. © Carmen Cuesta

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Objetivo: París
En Tokio, sus primeros Juegos, Diego Gª Carrera finalizó sexto, un diploma que le supo a poco, pero que, apunta, le permitió ganar una experiencia que no tiene precio. “París es mi gran esperanza. Llego en una buena edad para mi especialidad y espero conseguir una medalla. Los Juegos son el objetivo número uno y toda la planificación va dirigida a ese día”.

Coincide Silvia en el tema de la preparación, para quien los de París también serán sus segundos Juegos, aunque en su caso vienen con una importante novedad: un cambio en el reglamento ha hecho que el 470 se convierta en una disciplina mixta. Silvia entrena ya con el también regatista Nico Rodríguez, bronce en Tokio. “Es muy importante para nosotros haber participado ya en unos Juegos. Creo que nuestras experiencias combinadas van a ser muy positivas para el equipo”, afirma.

“París es mi gran esperanza. Llego en una buena edad y espero conseguir una medalla” — Diego Gª Carrera

El nuevo compañero de Silvia es de Vigo, razón por la cual la barcelonesa ha trasladado su lugar de entrenamiento a la ciudad gallega durante una temporada. Y hasta tan magnífico paraje, esa amplia ría con las Islas Cíes al fondo, se desplazó Diego para charlar con ella sobre sus respectivos deportes, su preparación, su trayectoria, y sobre ese objetivo común: París. También sobre los nervios y cómo combatirlos, lo que les empujó a desvelar algunos de sus secretos. ¡Descúbrelos en el vídeo!