Aina Ayuso

La garra de la selección

18 Junio 2025 Por Roberto C. Rascón
Aina Ayuso
La jugadora Aina Ayuso sueña con conquistar el quinto Eurobasket para España. © FEB – Edu Candel

La selección española de baloncesto femenino acude al Eurobasket (19-29 junio) con muchas caras nuevas, una de ellas es la de Aina Ayuso, recientemente elegida mejor jugadora nacional de la Liga Femenina. Pese a las bajas de María Conde, Laura Quevedo, Nerea Hermosa, Megan Gustafson o Maite Cazorla, la base catalana confía en el sempiterno gen competitivo de España para subirse al escalón más alto del podio.

En lo que llevamos de siglo, la selección española de baloncesto femenino se ha subido al podio en diez de los doce Eurobasket disputados —tres oros (2013, 2017, 2019), dos platas (2007, 2023) y cinco bronces (2001, 2003, 2005, 2009, 2015)— y ni se plantea bajarse de ahí en el próximo, que se disputa del 19 al 29 de junio en República Checa, Alemania, Grecia e Italia. Palabra de Aina Ayuso (Sant Just Desvern, 1999): “España es una selección que siempre aspira a lo más alto, aunque estemos en pleno cambio generacional y vayamos con muchas caras nuevas. El objetivo siempre es el mismo, ganar todos los partidos”. Algo que han logrado durante la gira de preparación tras doblegar a Grecia (64-40), Italia (57-42), Portugal (68-59) y Suiza (94-64). Las jóvenes comparten, según Aina, dos aspectos claves con las veteranas: la garra y el talento. “La garra va en el ADN del baloncesto español. Somos capaces de agarrarnos siempre a los partidos y luchar hasta el final. Aparte de eso, hay mucho talento, gente con el descaro suficiente para competir contra cualquiera. Aunamos juventud y experiencia, una mezcla muy positiva”.

Un gen competitivo que en la Federación Española de Baloncesto (FEB), una entidad apoyada por Iberia, trabajan desde las categorías inferiores y que, Aina reconoce, se hereda de generación en generación. “La clave es llegar siempre al final de los partidos con opciones de ganar. Saber competir va implícito en el carácter de la selección y se refleja tanto en los años de formación como en la absoluta. Es algo que reconocen también fuera de España”. A ese gen competitivo, Aina le suma otro intangible que no se refleja en las estadísticas: “Mi mayor satisfacción es que el equipo funcione y siempre intento conocer y entender mejor a cada una de mis compañeras porque somos muy diferentes entre nosotras. Es un trabajo que no se ve, pero cuando llegan los momentos importantes da resultados. Me gusta que la gente se sienta bien y, estadísticas aparte, eso es lo más importante”.

“España es una selección que siempre aspira a lo más alto, aunque estemos en pleno cambio generacional y vayamos con muchas caras nuevas”

Aina es una base capaz de hacer muchísimas cosas sobre la pista, desde las que se la presuponen por su posición —anotar, asistir o recuperar— a otras más propias de un pívot, como rebotear. De hecho, la temporada pasada fue la segunda máxima reboteadora de su equipo, el Hozono Global Jairis, promediando 5,4 capturas. Y es que, en lo individual, Aina viene de firmar una temporada espectacular: MVP de la Copa de la Reina, mejor jugadora nacional de la Liga Femenina —superando a sus compañeras de selección Iyana Martín y Awa Fam— y miembro del Quinteto Ideal. Por eso, le preguntamos si siente la presión de tener que asumir mayor responsabilidad en este Eurobasket: “Creo que una cosa es la temporada y otra es la selección... Yo no siento presión, al contrario, disfruto muchísimo. Tengo muchas ganas de que empiece la competición y lo que venga lo recibiré con los brazos abiertos”.

La forja de un talento
Dicen que “de tal palo, tal astilla” y, en el caso de Aina, es cierto porque esto del baloncesto le viene de familia. Su padre, Josep María Ayuso, también fue base y jugó en equipos como el TDK Manresa a finales de los 80. “Me encanta que me digan que nos parecemos —confiesa Aina—. Cuando mi padre me habla de su carrera lo hace desde la normalidad y el cero ego. Lo mejor que me ha transmitido es la tranquilidad de hacer lo que a mí me guste, como a mí me guste y cuando a mí me guste. Mi madre también. Ambos me conocen bien y saben que soy una persona muy competitiva, muy exigente, y han sabido darme ese equilibrio”. Cuando hablamos de su talento, Aina se resta méritos para concedérselos a sus padres: “Creo que el talento es algo innato y que se lo debo a la vida, a mis padres. Pero es el trabajo, tanto físico como mental a lo largo del tiempo, el que te permite desarrollarlo”.

“Creo que el talento es algo innato y que se lo debo a la vida, a mis padres. Pero es el trabajo, tanto físico como mental a lo largo del tiempo, el que te permite desarrollarlo”

Donde también aprendió mucho Aina fue en Siglo XXI [Segle XXI], la gran fábrica de talento del baloncesto español. Por allí también pasaron algunas de sus compañeras de selección, como Alba Torrens, Paula Ginzo o Andrea Vilaró. Cuando le preguntamos qué hacen bien, Aina lo tiene claro: “Muchísimas cosas”. Y añade: “Lo primero que hacen muy bien es seleccionar a las jugadoras que van. Escogen solo a cuatro, cinco o seis por generación y yo fui una de ellas. Cuando me seleccionaron, aún no despuntaba demasiado y fue Ramón Jordana el que vino a por mí. Allí creces y forjas el carácter. También me inculcaron un autoconocimiento del cuerpo, el saber escucharte, entenderte y trabajarte a nivel físico. Y me enseñaron a disfrutar, porque al final el baloncesto se trata de eso”.

Conocer tan bien su cuerpo, le ha ayudado a Aina a alcanzar un nivel físico que ahora, en la madurez, le permite marcar diferencias. “Llevo años trabajando mucho mi cuerpo y ahora lo empiezo a notar bastante”, confirma. A alcanzar ese conocimiento, admite, le ha ayudado su formación como fisioterapeuta —la especialidad de su madre—: “Cuando haces tanto deporte es inevitable tener molestias y hay que saber dónde está el límite. La fisioterapia me ayuda a entenderlas mejor”. Otro aspecto que también hizo crecer a Aina fueron sus viajes fuera de España, primero a Estados Unidos para jugar en los Oregon Ducks (2017) y después a Grecia para recalar en el Olympiacos (2022). “Irme a jugar fuera es algo que siempre había querido hacer y creo que todo el mundo debería ser extranjera en un equipo alguna vez. La presión y las responsabilidades son distintas y me aportó un punto de madurez. Grecia fue una experiencia muy positiva”. De la mano de esa madurez, Aina está lista para dar un paso al frente con la selección.