Pau Gasol

El triunfo de cada día

12 Noviembre 2021 Por Redacción TAB
Pau Gasol - Talento a bordo
El deportista Pau Gasol, en el anuncio de su retirada ©Imagen cedida por PG Productions LLC

En las buenas temporadas y en las malas, en las grandes victorias y en las derrotas, en los triunfos y en los momentos de incertidumbre. Pau Gasol nos enseña en su documental Lo importante es el viaje, recién estrenado en Amazon Prime, que el talento de un gran deportista se demuestra en cada momento, que hay que aprender a disfrutar del camino y que solo hay una fórmula mágica para lograr el éxito: vivir cada día como si fuera el primero.

“Darías lo que fuera por volver a jugar. Esto ha sido único, excepcional e irrepetible. Sustituirlo es imposible, igualarlo es imposible”. Así comienza el documental Lo importante es el viaje, estrenado el 12 de noviembre en Amazon Prime, en el que Pau Gasol hace una retrospectiva de toda su carrera a partir de un momento clave que marca un antes y un después en su trayectoria profesional: la lesión que sufre a finales de 2018 y que le hace retirarse de las canchas de baloncesto sin un pronóstico claro. Sentimientos muy fuertes se adueñan del deportista en ese momento (incertidumbre, impotencia, frustración…) pero, al mismo tiempo, la superación, el trabajo y la constancia juegan un papel fundamental en su proceso de recuperación. En su horizonte, en un principio, una sola meta: volver a jugar un partido y participar en los que serían sus quintos y últimos Juegos Olímpicos.

Tal y como Pau nos va desvelando a lo largo de la cinta, en este largo proceso el objetivo fundamental pasa a ser otro: disfrutar del viaje, de cada paso del camino. Aprender de cada victoria, pero también de cada derrota, tanto dentro como fuera de la cancha de baloncesto. Ese es el verdadero talento que nos ha demostrado Pau Gasol tras 20 años de carrera: aplicar la máxima de Cada día es el primer día a todas las facetas de su vida. Hablamos de cómo una mentalidad ganadora va mucho más allá de marcar un triple con una leyenda del deporte español.

En noviembre de 2018 sufriste una lesión en el pie izquierdo que te dejó muchos meses fuera de las canchas. Este es el punto de partida del documental que estrenas ahora. ¿Cómo se vive un momento así con 38 años?
Fue un momento de incertidumbre y desconocimiento. Empezó ahí un proceso que duraría más de dos años y medio con muchos momentos de frustración al ver que mi pie no evolucionaba como yo quería. La lesión que me hizo pasar por quirófano dos veces no solo me impedía jugar al baloncesto —el deporte que he amado toda mi vida—, sino que también ponía en peligro mi calidad de vida futura, comprometiendo incluso los momentos que podía disfrutar con mi familia.

¿Cómo surgió la idea del documental?
La complejidad del momento me llevó a lanzar la idea del documental a mi equipo de comunicación y estrategia. Quería compartir esa situación difícil y mostrar cómo mi familia y yo la afrontábamos. Creo que tanto los seguidores como la prensa lo merecían y el documental me pareció una buena manera de explicar mi proceso de recuperación y también de preparación hacia el siguiente capítulo de mi vida, incluyendo la paternidad. Por otro lado, he querido hacer un poco de retrospectiva de mi trayectoria y ver el recorrido que me llevó hasta este momento.

Lo importante es el viaje también cuenta este camino entre la lesión y el objetivo de llegar a Tokio. Lo conseguiste. ¿Fueron los Juegos Olímpicos más dulces por tener la oportunidad de disfrutarlos o los más amargos por saber que representaban una despedida?
Estos Juegos han supuesto una gran mezcla de emociones. Desde su aplazamiento en 2020, que me dio más tiempo para recuperarme, aunque suponía llegar a ellos con un año más de edad, pasando por el fichaje con el Barça que me brindaba la oportunidad de prepararme para disputarlos. No diría que ha habido amargura, pero sí lágrimas cuando disputé mi último partido con La Familia. No obstante, predominan las buenas sensaciones: pude cumplir el sueño de jugar mis quintos Juegos Olímpicos y, además, en ellos salí elegido como miembro de la Comisión de Atletas del COI, lo cual abre un nuevo capítulo en mi carrera que me ilusiona mucho y que asumo con mucha responsabilidad y compromiso.

Además de los Juegos Olímpicos, nos regalaste un último baile en casa. ¿Cómo fue volver a Barcelona tantos años después?
Fue muy especial por varios motivos. Primero, por volver al club donde empecé y también a mi ciudad. Fue una pena no poder disfrutar del calor del Palau debido a las restricciones, pero noté muy de cerca el cariño de la afición en todo momento. Segundo, por pisar el parqué tras más de dos años de lesión. Juan Carlos Navarro, Sarunas Jasikevicius y el resto del equipo del Barça me brindaron una gran oportunidad al acogerme en sus filas y permitirme disfrutar de ese último baile. Por último, tuve la oportunidad de ayudar al equipo a conseguir un título y que mi hija me viera jugar. Sin duda, lo guardaré para siempre en mi corazón.

“Me gustaría que el documental inspirara a personas con el deseo de mejorar y crecer”

¿Qué supone para un jugador de tu talla retirarse del deporte profesional? Y, sobre todo, ¿cuándo sabe uno que ha llegado el momento de dar un nuevo giro a su carrera?
Confluyen varios factores en esa decisión. El estado físico y anímico, el consejo de médicos y preparadores, las prioridades familiares y la ilusión de los siguientes retos profesionales (en mi caso, tengo numerosos proyectos fuera de las pistas). Quería retirarme jugando y no que una lesión lo hiciera por mí. Lo he conseguido y estoy muy feliz por ello.

¿Qué ha pesado más en tu decisión de retirarte, tus propios intereses o los del equipo, selección, familia…? 
En este tipo de decisiones tan trascendentales tienes en cuenta la opinión de los que más quieres y cómo afectan tus decisiones a tu círculo más cercano. He valorado todo ello, en su conjunto. Pero, desde luego, el futuro del deporte español y, en concreto, del baloncesto, está más que asegurado. Los jóvenes vienen pisando fuerte y será un placer apoyarles desde una posición diferente y con mucha ilusión de verles crecer.

“A veces se gana, a veces se aprende”. Una lección que la pandemia nos ha recordado a todos. ¿Es complicado para un deportista profesional aceptar cada momento como llegue?
Sin ir más lejos, la pandemia de la COVID-19 nos ha vuelto a recordar que hay muchas cosas que no dependen de nosotros. Pero aún en los momentos más duros hemos visto que había otras que sí estaban en nuestras manos: la actitud con la que afrontamos cada situación, nuestro comportamiento y acciones hacia los demás, el trabajo en equipo que podemos construir...  En la NBA me acostumbré a lidiar con la incertidumbre (traspasos, lesiones, decisiones técnicas…) y trabajar en los principios del estoicismo o, lo que es lo mismo, en agradecer lo que venga y no dejar que lo que no depende de ti te afecte demasiado. Es algo muy útil en todas las facetas de la vida.

En todos estos años de carrera deportiva, ¿qué te ha resultado más dura: la preparación física o la psicológica?
No las calificaría como duras, ya que ambas partes son fundamentales para la preparación deportiva y, cuando te dedicas a tu pasión, cualquier esfuerzo merece la pena. Sin duda, el cuerpo te va avisando y, cuando hay alguna debilidad, la preparación física puede ser un gran reto. Pero la psicológica, a menudo menos reconocida o más invisible, es a mi juicio mucho más difícil de cuidar. Seguramente porque hay menos información y reconocimiento de la importancia que tiene. Por suerte, parece que esto está cambiando y cada vez vemos más que la salud mental está dejando de ser un tabú para tener el protagonismo que merece.

“Me guía la convicción de que todas las personas pueden conseguir grandes propósitos si se les dan la oportunidad y las herramientas para conseguirlos”

El talento de los grandes se mide no solo a la hora de ganar torneos o de competir, también en la aceptación de la derrota, en una retirada, en una despedida… ¿Qué diferencia hay entre la gestión del talento del Pau Gasol de ahora y del Pau Gasol de hace 20 años?
Aunque todavía me queda mucho que aprender —y procuro seguir haciéndolo cada día—, a lo largo de estos años he desarrollado mi capacidad de aceptación y de gestión de las dificultades y, consecuentemente, de las emociones. Y esto ha sido gracias, primero de todo, a mis padres y a mis hermanos, que me han dado la base para afrontar la vida tal y como lo hago. También estoy muy agradecido a todos los entrenadores y compañeros que he tenido, los libros que he leído y el contacto con otras personas que me he ido cruzando en el camino y de cuya sabiduría he procurado empaparme.

Presidente de la Gasol Foundation, miembro de la Comisión de Atletas del COI y Global Champion para la Nutrición y el fin de la Obesidad Infantil de UNICEF... ¿Qué te guía y motiva para seguir haciendo crecer el talento de los demás?
Me guía la convicción de que todas las personas pueden conseguir grandes propósitos si se les dan la oportunidad y las herramientas para conseguirlos. El baloncesto me ha proporcionado una plataforma fantástica que me permite tener un impacto positivo en la vida de las personas y motivarlas para que ellas mismas sean generadoras del cambio.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir con el documental?
Un mensaje de convicción, esfuerzo, constancia y trabajo en equipo. Las oportunidades que se te presentan en la vida tienen mucho que ver con tu entorno o medios que tienes, pero, sin duda, el trabajo y la dedicación tienen un papel fundamental para tener opciones de crecimiento y éxito. Me gustaría que el documental inspirara a personas con el deseo de mejorar y crecer, de vivir la vida como un viaje lleno de altos y bajos, pero con un constante espíritu de ser la mejor versión de sí mismos, con humildad y generosidad. También que anime a no tirar la toalla y a confiar en que pueden llegar más lejos de lo que creen si confían en sí mismos y actúan en consecuencia. Más allá del deportista, el documental es la historia de alguien que ama lo que hace y que lucha hasta el final para conseguir cosas de las que sentirse orgulloso, sin dejar que nadie ponga límites a sus capacidades.

Siempre hablas de la importancia de disfrutar del camino más allá del resultado final, tanto en el deporte como fuera de él, ¿por qué?
Porque la vida es un abrir y cerrar de ojos: si no prestas la suficiente atención, te pasa de largo. Si estamos distraídos por situaciones, cosas o gente que realmente no son importantes o prioritarias en nuestras vidas, nos podemos perder por el camino muchas enseñanzas, experiencias y personas que son, en realidad, las que dan sentido a nuestra existencia. Hay que disfrutar del viaje y recorrerlo siempre con los ojos bien abiertos.

¿Quién marca el nuevo rumbo de Pau Gasol?
En el ámbito personal, mi familia. Mi mujer, mi hija, mis padres, mis hermanos… Son una parte fundamental de mi vida. Siempre procuro tenerlos muy en cuenta a la hora de tomar cualquier decisión. En el lado profesional, cuento con un equipo de profesionales especializados en distintos ámbitos: inversiones financieras y empresariales, posicionamiento, asesoramiento, filantropía, deporte institucional… que me aconsejan y me ayudan a caminar hacia mis metas.

“La vida es un abrir y cerrar de ojos: si no prestas la suficiente atención, te pasa de largo”

¿Tus próximos retos? 
Mis próximos retos estarán relacionados con la filantropía (UNICEF y la Gasol Foundation), con el apoyo a los atletas (mi cargo en el COI y en el Consejo Asesor del Deporte Español, además de otros proyectos que anunciaré pronto) y con la asesoría e inversión en empresas relacionadas con el deporte y el bienestar. Es en esas áreas en las que creo que puedo aportar más valor y generar un impacto positivo.

Por último: ¿algún sueño por cumplir?
¡Muchos! Soy muy afortunado por todos los hitos deportivos que he cumplido y otros personales como el de ser padre de mi hija Ellie. Pero en los años que vienen espero celebrar muchas más victorias. Una de las más importantes sería contribuir a que un día la noticia de la erradicación de la obesidad infantil sea una realidad.