Tomás Aparicio

Con la palabra por delante

11 Octubre 2023 Por Javi de Munck
Tomás Aparicio es subcampeón de la LEDU y finalista del Mundial de Oratoria
Tomás Aparicio es subcampeón de la LEDU y finalista del Mundial de Oratoria. © Diego Andrés Balsa

Con el prestigio del que está consagrado y la ilusión del aspirante. Esa es la carta de presentación de Tomás Aparicio, debatiente y estudiante de la Universidad de Vigo, en la final del Mundial de Oratoria. Dos años de intensa carrera por el circuito español de debate le han convertido en uno de los principales candidatos a llevarse el campeonato. ¿Su pócima del éxito? No rendirse nunca. [Tomás Aparicio se proclamó campeón del Mundo de Oratoria. Actualizado: 12/10/2023].

Sonriente y sosegado. Con ilusión y ganas de contar. De contar su amor por la oratoria y su disciplina: el debate. Así transcurre esta conversación con Tomás Aparicio (Vigo, 2001), un debatiente ya consagrado que aspira al título en la final del Mundial de Oratoria, un evento patrocinado por Iberia, que se disputa el 11 de octubre. Apenas dos años en el circuito de debate le han bastado para alzarse con algunos de los galardones más preciados, además de un subcampeonato en la Liga Española de Debate Universitario (LEDU). Una carrera intensa que no se explica sin acudir a la raíz de su talento y su ambición: con la palabra por delante y sin rendirse nunca. [En la final del Mundial de Oratoria en español, Tomás Aparicio se impuso al argentino Leandro Flores, de la Universidad de Tucumán, tras un debate sobre un tema de plena actualidad: ¿seremos capaces de distinguir las noticias verdaderas de las falsas tras la irrupción de la IA? Actualizado: 12/10/2023].

Toda historia tiene un principio. ¿De dónde viene tu pasión por la oratoria?
En mi casa, desde pequeño, siempre se han puesto programas de tertulias o debates electorales. Eso despertó en mí el gusanillo de la comunicación y de hablar en público, pero hasta la universidad, cuando entré en una asociación de debate y comencé a ir a torneos, realmente no descubrí que hay algo más allá de lo que vemos en televisión, que hay otras formas de debatir y hacer oratoria.

Si tuvieras delante a alguien que no sabe a qué nos referimos cuando hablamos de debate y oratoria, ¿cómo se lo explicarías?
El debate es una forma de aplicar la oratoria. El debate trata de convencer sobre unos determinados temas razonando de forma ordenada alrededor de una idea. Por lo general, se plantea una pregunta y equipos formados por cuatro personas, que se posicionan tanto a favor como en contra, tienen que preparar razonamientos y argumentos que tengan, por un lado, un contenido bueno y original, y por otro, un mensaje entendible para convencer.

“Es esencial medir la cantidad de información que incorporamos en un mensaje y cómo la transmitimos. Menos es más”

¿Para triunfar en esto de la oratoria hace falta ser un sabelotodo?
El debate se basa en formarse de manera crítica; cuantos más conocimientos tengas, mejor, pero saber mucho de un tema no sirve de nada si no sabes transmitirlo. Es esencial medir la cantidad de información que incorporamos en un mensaje y cómo la transmitimos. Menos es más.

¿Es muy distinto debatir en competición a hacerlo en la calle?
Cuando estás en una competición es distinto porque cuentas con la imparcialidad de los jueces, pero con las personas de la calle, que no nos preguntamos la lógica, la premisa o el nexo causal de un argumento, la clave está en empatizar con el otro y saber ponerte en su situación. Cuando vivimos lo que sienten otros, somos más conscientes de por qué piensan eso.

La palabra, tan simple y tan compleja. ¿Dónde reside su poder?
El poder de la palabra reside en que es capaz de recoger diferentes ideas y plasmarlas de una manera que todos las entendamos. Es un vehículo para transmitir ideas. Y pueden ser desde cosas muy racionales y lógicas —explicar el teorema de una fórmula matemática, por ejemplo—, a otras que no sean tan racionales, como los sentimientos.

El vigente campeón, Leonel Caschetto, nos comentó que “somos seres emocionales” y que “nuestra toma de decisiones se ve muy influenciada por lo que sentimos”. ¿Estás de acuerdo?
Totalmente. La virtud de un buen orador es hacer que una idea compleja se entienda de manera sencilla y ahí la parte emocional, a través de cualquier recurso, es importante. Es cierto que en un debate se busca que lo racional, la lógica y la coherencia, ganen a lo irracional, pero la parte emocional ayuda.

“La clave está en empatizar con la otra persona y saber ponerte en su situación. Cuando vivimos lo que sienten otros, entendemos mejor lo que piensan”

¿Cuáles son las principales herramientas comunicativas que utiliza un debatiente para convencer?
Al inicio del debate suele utilizarse algo que se llama exordio, que significa “lo que va antes del discurso”, lo que lo introduce. Sirve para llamar la atención y ganarse la simpatía de la otra persona, de manera que asimile mejor el contenido que vas a transmitir. En cuanto al desarrollo argumental, es imprescindible que se entienda el orden de las ideas y que los datos sean tangibles, contextualizarlos comparándolos con cosas que podamos ver en nuestro día a día. Y al final de los discursos debemos recapitular con la idea inicial, porque eso implica que hay homogeneidad y cohesión. A un nivel más general, debe haber comunicación no verbal a lo largo de todo el proceso: mirar a los ojos, sonreír, mover las manos y los pies. Son cosas más intuitivas, pero también hay que entrenarlas.

El concepto de talento parece inabarcable, pero, teniendo la palabra el poder de acotarlo, dime qué significa para ti.
El talento es una predisposición que tenemos a hacer algo de manera natural. De todas formas, es un 1% de lo que uno es capaz de hacer. Hace un año nadie sabía quién era yo, he perdido más torneos y debates de los que he ganado [risas], pero la clave está en no rendirse, observar a la gente que hace las cosas bien y cuando estás junto a ellos tratar de aprender. Para que las cosas salgan bien el talento ayuda, pero no es diferencial.

Y, según tú, ¿qué tres talentos debe tener un experto en oratoria?
En el contexto de la oratoria, diría que hay tres ramificaciones del talento: la capacidad para conectar palabras y convertir ideas muy elaboradas en mensajes sencillos; la inteligencia emocional, que implica saber ponerte en el lugar de la otra persona; y la naturalidad, cómo comunicas y cómo te mueves.

“Tenemos una lengua muy rica, la compartimos con cientos de millones de personas de multitud de países y eso nos enriquece como comunidad”

En unos días participarás en el Mundial de Oratoria… ¿Cuáles son tus expectativas en esa gran cita? ¿Te ves ganando el título?
Llevo poco tiempo en el mundo del debate, apenas dos años, pero emocionalmente han sido intensos. En mi primer año las cosas no salieron del todo. Aun así, mis compañeros me dieron la oportunidad de ir a la LEDU y, desde ese torneo, han pasado muchas cosas, así que sería una forma bonita de cerrar el círculo. ¡Voy a intentarlo!

El Mundial de Oratoria celebra, entre otras cosas, la diversidad de la lengua española. ¿Es un privilegio hablarla?
Tenemos una lengua muy rica, no solo por tener una tradición histórica enorme, sino porque la compartimos con cientos de millones de personas de multitud de países. Tenemos muchísimas palabras y expresiones que, dependiendo del país donde te encuentres, significan una cosa u otra, incluso la sonoridad es distinta. Nos enriquece como comunidad.