Cecilia Roth
Platino de Honor
El rostro de Cecilia Roth está vinculado a algunas de las mejores películas que ha dado el cine iberoamericano (‘Todo sobre mi madre’, ‘Martín (Hache)’, ‘Arrebato’...) y su trayectoria, levantada a base de talento y trabajo entre Argentina y España, ejemplifica la excelencia que Latinoamérica y España alcanzan cuando conectan sus almas artísticas. En reconocimiento a ello, este año recibirá el Platino de Honor.
Desde su creación en 2014, el Platino de Honor ha recaído en artistas de la talla de Antonio Banderas, Sônia Braga, Ricardo Darín, Adriana Barraza, Diego Luna, Carmen Maura o Benicio del Toro, entre otros. Este año, la galardonada será Cecilia Roth (Buenos Aires, 1956) por, en palabras del jurado, “su significativa contribución y representación en la historia del cine iberoamericano a nivel mundial”. Una sobresaliente trayectoria que atesora joyas del séptimo arte como Todo sobre mi madre —que este año, nos recuerda la propia Cecilia, cumple 25 años—, Un lugar en el mundo, Kamchatka, Arrebato, Martín (Hache), Cenizas del paraíso, El nido vacío… Construida a caballo entre Argentina y España, donde aterrizó en 1976 huyendo de la dictadura militar argentina, su carrera —palabra que confiesa aborrecer— ejemplifica como pocas el espíritu de los Platino, que reivindican la excelencia del cine iberoamericano y ponen en valor los vínculos entre los países que lo nutren. Abrumada por este reconocimiento, nos atiende a escasos días de subir al escenario del Parque Xcaret de Riviera Maya (México), donde se celebra la XI edición de los Premios Platino, patrocinados por Iberia.
Cecilia Roth, Premio Platino de Honor 2024, ¿qué significa para ti este reconocimiento?
Es fuerte. A mí los premios me dan algo de pudor y me quedé muda cuando me lo dijeron. No sabía si se habían equivocado. Estoy sumamente agradecida y me da mucha alegría, pero me gustaría que se quedara ahí porque todo lo que rodea a los premios me genera algo de incomodidad, por timidez.
Tras casi 50 años dedicados a la interpretación, ¿qué sientes cuando miras atrás?
No pienso mucho en ello [risas]. Pero, ahora que me lo preguntas, pienso en lo rápido que pasa el tiempo. Hace 25 años que hicimos Todo sobre mi madre… ¡Imagínate! Las películas que he rodado forman parte del tejido de mi vida porque han ido en paralelo al resto de cosas que me han pasado. Los rodajes siempre me han generado un enorme placer lúdico, los vivo con euforia.
“Las películas que he rodado forman parte del tejido de mi vida porque han ido en paralelo al resto de cosas que me han pasado”
¿Hubo alguna persona que fuera especialmente importante en tus inicios y que, ahora que recibes el Platino de Honor, te venga a la cabeza?
Adolfo Aristarain. Era asistente de dirección en mi primera película (No toquen a la nena, 1976) y fue quien me hizo la audición. De hecho, él quería que fuera la protagonista. Al final no lo fui, pero lo que deseaba era estar en la película y me daba igual dónde. Estudiaba actuación y quería ponerlo en práctica. Adolfo me tranquilizó y me transmitió confianza, además me dio consejos respecto a la cámara en mi primera escena, sobre lo que significaba actuar en cine. Este año va a recibir la Medalla de Oro de la Academia del Cine Español y estoy muy contenta. Es una persona fundamental en mi vida, somos muy amigos y estaré allí con él.
Eres una actriz icónica, un referente. Si tuvieras delante a una joven que sueña con seguir tus pasos, ¿qué interpretaciones tuyas le recomendarías?
Nunca le diría a una chica que mirara trabajos míos para aprender tal y tal cosa. No, no, no… [risas]. Hay trabajos más conocidos, como los de Todo sobre mi madre o Martín (Hache), que fueron de tirarse a la pileta [piscina en Argentina] y de los que estoy muy orgullosa. Luego hay películas más chiquitas, como Otros días vendrán o Matrimonio. También una de las últimas que he hecho, Conversaciones sobre el odio, con un personaje que me permitió transitar lugares que no había recorrido antes. Y recuerdo con profundo amor y compromiso películas como Un lugar en el mundo o Kamchatka.
Los Platino nacieron hace 11 años y se han convertido en la gran fiesta del cine iberoamericano. ¿Crees que eran necesarios y que han reforzado a la industria?
Creo que sí. Y más aún porque, lamentablemente, los Premios Fénix, que tenían un planteamiento similar, desaparecieron en 2019. Los Platino proyectan una industria en crecimiento y eso le hace muy bien al cine, que es alimento para cualquier país. En Argentina, pese a realizarse extraordinarias películas, estamos pasando un mal momento. Se ha desguazado el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) y se ha retirado el apoyo al icónico Festival de Cine de Mar del Plata, entre otras cosas. Se palpa una animadversión hacia el mundo de la cultura, pero saldremos de esta.
“Tanto Latinoamérica como España son grandes productores de talento y nos potenciamos cuando conectamos. Separados no tenemos tanta fuerza”
Los Platino conectan a productores, directores e intérpretes de ambos lados del océano. Algo que tiene mucho que ver con tu propia trayectoria. ¿Hasta qué punto es importante esa conexión?
Es fundamental. Tanto Latinoamérica como España son grandes productores de talento y nos potenciamos cuando conectamos. Separados no tenemos tanta fuerza. Se está haciendo un cine excelente en Iberoamérica y puede competir con el europeo o el norteamericano, que están más instalados. Ahora los trabajadores del mundo del cine cruzamos fronteras con muchísima facilidad y cada uno mantiene su identidad. Eso es maravilloso. Cuando yo llegué a España tenía que hablar como si fuera de Valladolid [risas].
En La Mesías, uno de tus últimos trabajos, has colaborado con los Javis [Javier Calvo y Javier Ambrossi]. ¿Cómo ha sido trabajar con estos dos jóvenes talentos?
La Mesías es una serie extraordinaria y me pregunté mucho por qué no tuvo más nominaciones en los Platino [solo mejor actriz, Lola Dueñas, y mejor actriz secundaria, Carmen Machi]. Creo que fue porque en Latinoamérica no se ha visto aún. Solo la votaron los españoles. Respecto a los Javis, son unos genios, dos seres iluminados con un imaginario muy rico y único. Ambos se potencian y fue un placer trabajar con ellos. ¡Lo tienen tan claro! Son jóvenes, pero trabajan como si fueran veteranos. A mí me encanta trabajar con talento joven y formar parte de esa nueva mirada al cine.
“El talento se puede construir. Es un compendio de mucho trabajo, mucho estudio y, por supuesto, mucha capacidad”
Para terminar, ¿qué es el talento para ti?
No todos tienen el don, el genio, el duende… como quieras llamarlo. Algo que es intrínseco a la persona, que es único y no es copiable. Y muchas veces la persona que lo tiene ni lo percibe, lo hacemos los demás. El talento, en cambio, se puede construir. Es un compendio de mucho trabajo, mucho estudio y, por supuesto, mucha capacidad. Por ejemplo, Pedro [Almodóvar] no es que sea talentoso, que también, es que tiene algo que trasciende al talento. Para dedicarte a cualquier arte, el talento es imprescindible.