Julieta Venegas y Judeline
Música más allá de generaciones
Julieta Venegas y Judeline pertenecen a diferentes generaciones, pero se profesan admiración mutua. Algo que pudieron comprobar en primera persona las decenas de ‘fans’ que asistieron a su encuentro en Espacio Iberia. Siempre atenta a las propuestas musicales de los nuevos artistas, Julieta confesó tener muchas ganas de escuchar el primer disco de Judeline, la cual compone teniéndola a ella como referente.
Julieta Venegas lanzó su primer trabajo, Aquí, en 1998. Después vinieron Bueninvento (2000), Si (2003) y Limón y sal (2006), el álbum que la convirtió en una estrella a nivel mundial. Quién no ha cantado alguna vez esta desgarradora estrofa: “Me voy, ¡que lástima pero adiós!”. A punto de dar por finalizada la gira de su último disco (Tu historia, 2022) y solo unos días después de triunfar en Noches del Botánico, la mexicana visitó Espacio Iberia para charlar sobre música con uno de los talentos emergentes de la música española, Judeline. La gaditana, que lanzará su primer disco en octubre, cuenta ya con más de un millón de oyentes en Spotify y ha colaborado con artistas como Dellafuente, Oddliquor, Tainy, Alizzz o Mahmood. “He podido conocer a algunos de mis ídolos y la imagen que tenía de ellos ha salido reforzada”, reconoció Judeline. Para Julieta, que recientemente ha colaborado con jóvenes artistas, como Sen Senra o Rigoberta Bandini, estos encuentros sirven para estrechar lazos: “Lo más importante es que nos escribamos, que nos sentemos, en definitiva, que nos conozcamos”.
Julieta, al igual que Judeline, colaboró con Tainy en su último disco, DATA (2023). En su caso, lo hizo cantando Lo siento BB :/ junto a uno de los grandes referentes de la música latina actual, Bad Bunny. La canción se convirtió en uno de los éxitos de 2023. Otra prueba de que Julieta no pierde de vista a las nuevas generaciones es que, pese a no haberse visto nunca en persona, ya conocía la música de Judeline. “Me gusta la delicadeza de su voz, frágil pero repleta de fuerza, y me intrigan las historias que cuenta. ¡Tengo muchas ganas de escuchar su nuevo disco!”, confesó Julieta. A lo que Judeline respondió reconociendo que Julieta formó parte de la banda sonora de su infancia: “Gracias a ella, y a Jorge Drexler, entendí lo que eran los cantautores. Sus letras contaban historias y eran muy visuales, me permitían imaginar a las personas de las que hablaban, pero también me transmitían sensaciones, ¡incluso olores! Julieta ha influido en mi manera de componer, de crear historias para que el oyente las imagine”.
“Me gusta la delicadeza de su voz, frágil pero repleta de fuerza, y me intrigan las historias que cuenta” — Julieta Venegas
Julieta alimentó una pasión por la música, la de Judeline, que siempre estuvo ahí. “La musica era algo que me movía desde la tripa de mi madre —aseguró Judeline—. En mi casa siempre se ha escuchado musica y yo tenía claro que quería ser artista. Nací en un pueblo pequeño y me sentía incomprendida, se podría decir que era la pringada. Y sigo siendo la rara del pueblo [risas]. La musica se convirtió en mi motor para salir de allí y cumplir mis sueños. Yo ya vivía en el futuro, me imaginaba lejos haciendo musica y dando conciertos”. La música, reconoció Julieta, también fue una vía de escape para ella y, poco a poco, sin pretenderlo, se convirtió en su vida: “Mis padres nos apuntaban a muchas actividades para entretenernos y así empece a dar clases de piano. Yo misma me di cuenta de que tenía facilidad para la música y mi maestra también supo verlo. Al principio quería ser directora de orquesta, pero luego me obsesioné con tener una banda [Julieta formó parte de Tijuana No! y de La Milagrosa]. Aún así, en paralelo, escribía mis propias canciones al piano. Por aquella época ni siquiera me visualizaba como música, pero realmente ya lo era”.
La realidad como fuente de inspiración
A la hora de componer, tanto Julieta como Judeline aseguran partir de la realidad para, después, echar a volar la imaginación. “Yo —afirmó Judeline— idealizo o romantizo situaciones que me han ocurrido. Cualquier pequeño detalle me sirve para montarme mis propias historias y luego, cuando me pongo a escribir, se me vienen a la cabeza y tiro de ellas. Fantasear con la realidad es muy estimulante y me da libertad”. De sobra conocida es la pasión de Julieta por la literatura, la cual, confesó, le sirve de inspiración: “Me gusta mucho leer y amo las palabras. Yo puedo partir de cosas personales, de momentos que despiertan en mí alegría, tristeza o enfado, pero no diría que hago autoficción; más bien visualizo escenas e imagino que haría o diría yo en esa situación. Dicho esto, cada vez que escribes cuentas, aunque sea inconscientemente, algo sobre ti”.
Y, si hablamos de inspiración, no podemos obviar las tierras a las que pertenecen cada una. El acordeón, que junto al piano se ha convertido en un instrumento inseparable para Julieta, es típico del norte de México, región en la que se crió la artista. “Cuando empecé a tocar el acordeón —rememoró Julieta—, no lo asociaba tanto a lo folklórico, pensaba en algo más teatral, algo estilo Tom Waits. Pero con el tiempo he ido descubriendo su lado más mexicano, más festivo y más vinculado a los recuerdos de mi infancia”. Como andaluza, Judeline ha crecido escuchando flamenco y, aunque no sea de forma intencionada, algo se trasluce en su música: “Yo no siento que haga flamenco porque no tengo los conocimientos, pero me he criado escuchándolo y algunas influencias están ahí. Lole Montoya, del dúo Lole y Manuel, pero también Camarón o el rock psicodélico andaluz; gente que experimentó y que en su momento se llevó un montón de guantazos por ello. Los haters siempre están en contra de lo nuevo”.
“Julieta ha influido en mi manera de componer, de crear historias para que el oyente las imagine” — Judeline
Para soportar a los haters de ayer y de hoy es muy importante rodearse del mejor equipo. “La trayectoria que he desarrollado como artista me ha llevado a elegir la gente con la que trabajo —reconoció Julieta—. He aprendido a construir un equipo y a delegar, aunque me encanta estar presente en todos los procesos. Antes, para sacar un disco, tenías que estar sí o sí con una multinacional; ahora no es imprescindible y eso te permite construirte como artista. Aunque requiera más atención, quiero hacer las cosas como a mí me gustan”. Judeline, que en breve se enfrentará al lanzamiento de su primer disco, siente algo de vértigo: “Siempre he tenido claros los pasos que quiero dar en mi carrera, pero todo lo que no es hacer música es difícil de gestionar. Hasta hace poco lo delegaba y no sabía muy bien lo que estaba pasando, ahora estoy en el punto de aprender a organizarme”.
Mientras Julieta afronta el final de su última gran gira reconociendo sus ganas de parar y dedicarse a escribir, Judeline sueña con su primera: “Necesito reconectar con la música porque, aunque el proceso de creación del disco ha sido superbonito, también ha sido agotador y he terminado quemada. No sabía lo estresante que era… He llorado, he reído, he amado la música más que nunca y también he querido dejarla [risas]. Ha sido un terremoto de emociones, pero estoy muy feliz y enamorada de mi bebé”. Con ganas de escuchar el debut de Judeline y, cómo no, de seguir disfrutando con Julieta se marcharon las decenas de amantes de la música que asistieron al encuentro en Espacio Iberia.