Timpers

Cuando lo normal es único

5 Enero 2023 Por Javi de Munck
Aitor, Diego y Roberto son los fundadores de la marca de zapatillas Timpers
Aitor, Diego y Roberto son los fundadores de la marca de zapatillas Timpers © Cortesía de Timpers.

La inspiradora historia de Aitor, Diego y Roberto es la de tres amigos que decidieron crear “las zapatillas más normales del mundo” y, al mismo tiempo, hacer algo único y extraordinario. Con esa idea nació Timpers, una marca que aúna moda, diversidad e inclusión poniendo en valor el talento de las personas con discapacidad. Para conocer mejor su origen, su motivación y su forma de trabajo charlamos con sus fundadores.

Año 2018. Aitor Carratalá y Roberto Mohedano ya habían intentado en varias ocasiones vivir del sector del calzado sin éxito. “Un último intento”, pensaron. Cogieron sus prototipos y se fueron al entrenamiento del equipo de fútbol para ciegos de Alicante, ciudad donde vivían. Allí estaba Diego Soliveres, afectado de ceguera por desprendimiento de retina, quien, al palpar las zapatillas, sintió que estas le contaban una historia. Así surgió un inspirador proyecto (Timpers) que no solo busca revolucionar el mundo de la moda, sino darle un sentido y trasladar un mensaje a través de la inclusión y la diversidad.

Como prueba, un dato: el 100% de sus empleados tiene algún tipo de discapacidad. Un compromiso que, defiende Roberto, ha de ser honesto: “Creo que, en muchos casos, la diversidad y la inclusión se han convertido en una moda sin un trasfondo social de peso; detrás solo hay motivos económicos o de posicionamiento de marca”. El ahora CEO de la compañía no se queda ahí y añade: “Creo que nosotros somos un claro ejemplo de cómo con un propósito claro y real cualquier compañía puede convertirse en una que de verdad aporte algo a la sociedad”.

“Ayudamos a gente con discapacidad a recuperar la autoestima que muchas veces pierden por verse excluidos del mercado laboral” — Diego

Diego, actual director de Comunicación y Recursos Humanos, se sumó al equipo tras aquel encuentro en Alicante y recuerda con cariño el arranque del proyecto: “Al principio, participaba muchísimo en los procesos de diseño y era muy divertido. Conseguíamos las muestras de materiales y las tirábamos sobre la mesa de trabajo. Íbamos tocando y seleccionando las que más nos gustaban, y luego las combinábamos para dotar a cada zapatilla de un mensaje, de una historia”. Y cita un ejemplo: “Mi zapatilla preferida es una que hicimos con fieltro verde y corcho, materiales que al tacto recordaban al césped y al tronco de un árbol. A mí me trasladaba al pueblo de mis abuelos”.

El motor del talento
Los tres amigos se enorgullecen del ADN inclusivo y diverso que han impreso a Timpers, una seña de identidad que va bordada en braille en todos sus modelos. “Creo que —apunta Diego— ayudamos a la gente con discapacidad a recuperar la confianza y la autoestima que muchas veces pierden por verse excluidos del mercado laboral. A la sociedad le planteamos que hay una empresa que tiene otro modo de ver la vida, que consiste en derribar barreras y no ponerse límites. Y al mundo empresarial nos gustaría demostrarle que contratar a una persona con discapacidad no es un número, no es una subvención, no es una ayuda, sino que la diversidad enriquece”.

“El talento es compromiso, ambición e inquietud, curiosidad por saber más y no estar parado, ser humilde y saber reconocer los errores” — Roberto

En este punto, Aitor —director de Marketing— interviene y deja una frase que da que pensar: “Importan más nuestras capacidades que nuestras discapacidades”. Y ese leitmotiv es, precisamente, el motor del talento para Aitor: “Al final, tienes que ver en qué es buena cada persona y potenciarlo, no centrarte en sus defectos”. “El talento es compromiso, ambición e inquietud, curiosidad por saber más y no estar parado, ser humilde y saber reconocer los errores”, enumera Roberto. Y apunta a la importancia del liderazgo a la hora de potenciarlo: “Si alguien está liderado por la persona correcta, puede desarrollar más talento que nadie”. Diego se suma a este brainstorming sobre el talento y añade: “Es el motor y la pieza clave para que un equipo pueda desarrollarse y formar un engranaje que le lleve por el buen camino”.

Un proyecto que cambia vidas
Más allá de las repercusiones empresariales, Timpers ha tenido un gran impacto en las vidas personales de sus fundadores. “El simple hecho de apostarlo todo a este proyecto y sentir que tiene vida, que estás alcanzando un propósito y ver felices a las personas con discapacidad que trabajan con nosotros te llena por dentro”, comenta Aitor. Para Diego fue un salvavidas: “Tras 16 años tocando la batería, se frustró el último proyecto que había creado y ya estaba un poco cansado. Así que me metí a vender cupones en la ONCE”. Ahora, con el tiempo, reconoce: “Me ha permitido salir un poco del bucle en el que vivía y avanzar en muchos aspectos personales”.

Roberto va un poco más allá y señala cómo su experiencia con el colectivo de personas con discapacidad le cambió la mirada: “Para mí fue un antes y un después. Por supuesto, supuso independizarme por primera vez, cambiarme de ciudad [Timpers cambió Alicante por Valencia en 2019] y separarme de amigos y familia; pero, sobre todo, me mostró cómo las personas con discapacidad viven, disfrutan y se ríen igual que nosotros. Te cambia la perspectiva de la vida y de lo que son las cosas realmente importantes”.

El secreto del éxito
“Creo que hay bastantes razones para explicar el éxito de la compañía —continúa Aitor—, pero destacaría tres. La primera es que es algo novedoso, que rompe esquemas. Luego está el carácter humano que hemos impreso a la marca porque no queríamos que fuera solo un producto. Y, finalmente, está el tono de humor canalla con el que tratamos el tema de la discapacidad. Simplemente hemos querido darle la vuelta y tratarlo con normalidad. Creemos que así, en un futuro, quizás consigamos normalizarlo”. Diego y Roberto suscriben las palabras de su compañero, pero añaden un par de conceptos más: transparencia y honestidad.

“Tratamos el tema de la discapacidad con humor. Simplemente hemos querido darle la vuelta y tratarlo con normalidad” — Aitor

La empresa sigue creciendo y Aitor da una de las las claves: la calidad. “Te puede convencer el mensaje social que tenemos, pero si compras las zapatillas una vez y no te gustan te olvidas de la marca. Creo que hacemos un producto muy bueno y lo elaboramos en Alicante —de donde somos—, una ciudad que es un estandarte en el mercado del calzado. Quien compra unas Timpers repite y habla bien de ellas porque el producto es de diez”, afirma orgulloso.

Roberto marca uno de los objetivos más inmediatos de la compañía: “Creo que tenemos algo muy potente y debemos aprovecharlo. Soñamos con llegar a la oficina y contar con 100 personas que coman de lo que Timpers es capaz de generar. Tenemos que ir poco a poco y no perder el foco. A corto plazo, diversificaremos producto [de momento, solo venden zapatillas], abriremos alguna tienda física, haremos ventas a tiendas multimarca y, a partir de 2024, buscaremos nuevos mercados”.