Amaia Arrieta

En la corte de los Windsor

21 Octubre 2022 Por Rosario Fernández
Amaia Arrieta, al frente de Amaia Kids, posa a la entrada de Buckingham Palace
Amaia Arrieta, al frente de Amaia Kids, posa a la entrada de Buckingham Palace. © Cortesía de Amaia Arrieta

Amaia Arrieta cambió la City por Chelsea y la banca de inversión por la moda infantil. La decisión no le pudo salir mejor: Amaia Kids es hoy un referente que engalana a los infantes de la corona británica. Su apuesta por lo clásico, sin renunciar a lo moderno, y por lo artesanal ha llamado la atención de decenas de ‘celebrities’ que no dudan en cruzar el umbral de su tienda para vestir a sus retoños.

Cuando aterrizó hace 22 años en Londres para trabajar en la City, poco se podía imaginar la guipuzcoana Amaia Arrieta que acabaría convirtiéndose en la diseñadora de moda infantil que Kate Middleton, Sienna Miller, Claudia Schiffer, Adele, Liv Tyler, Naomi Campbell, Victoria Beckham o Meghan Markle elegirían para vestir a sus hijos. Y mucho menos que algún día recibiría de manos del rey Carlos III el premio Queen's Award Enterprise 2022 que le concede el privilegio a su marca, Amaia Kids, de usar el sello real en sus productos y etiquetas durante cinco años. Sus colecciones se diseñan en Londres, se fabrican en España —en talleres de Bilbao, Madrid y Andalucía— y se venden por todo el mundo: cuenta con tiendas en Londres, Japón y China. Recientemente, ha comenzado a vender en España a través de unos célebres grandes almacenes.

¿Cómo se pasa de la banca de inversión al diseño de moda infantil?
Ocurrió un poco al azar. Cuando me quedé embarazada de mi primer hijo empecé a fijarme en la ropa de bebé y me di cuenta de que lo que encontraba en el centro de Londres no tenía nada que ver con lo que podía comprar en San Sebastián, donde la ropa era más mona y a mejor precio. Además, fue entonces cuando decidí dejar la banca de inversión porque mi trabajo, al que le dedicaba muchas horas, no era compatible con tener un hijo. Durante esos primeros meses compraba toda la ropa de bebé en San Sebastián y cuando volvía a Londres mis amigas me decían que les gustaba mucho. Así fue como empecé vendiendo ropa infantil de otras marcas en una tienda hasta que empecé a crear mis propios diseños.

Eres un ejemplo de que el talento español se valora no solo en Reino Unido, sino en todo el mundo. ¿Qué crees que ven en tu marca?
En Londres hay gente de todas las nacionalidades, lo que te ofrece un escaparate al mundo entero y una visión de lo que a la gente le gusta. Hacemos ropa clásica, con toques más modernos en colores y hechuras, que no pasa de moda, a lo que se suman factores como el diseño y la calidad de los tejidos.

“La industria textil de nuestro país debería estar orgullosa porque sí hay talento, pero no se exporta y no hay razón para no hacerlo”

¿Y qué tiene tu marca que la diferencie de otras?
Sin duda, la apuesta por el made in Spain y la producción artesanal. La industria textil en España ha sufrido mucho porque hace unos años las empresas se pusieron a fabricar en Asia, ya que era más barato y los márgenes mayores. Cuando llevas más años fuera de España que en tu propio país, te entra una especie de patriotismo. Te das cuenta de que somos muy buenos, pero no sabemos vendernos. La industria textil de nuestro país debería estar orgullosa porque sí hay talento, pero no se exporta y no hay razón para no hacerlo.

Me imagino que, a pesar del éxito y el reconocimiento, en estos casi veinte años no todo ha sido un camino de rosas.
Nos va bien, pero tampoco me retiro mañana [risas]. Este trabajo es duro y el que diga lo contrario miente, ya que siempre hay imprevistos o factores externos, como el Brexit, la Covid o ahora los precios de la energía, que no se pueden controlar. Si me pongo a comparar, creo que es más duro que la banca de inversión porque todo el día tienes que estar apagando fuegos; pero tiene otras satisfacciones, es menos agresivo, más humano y soy mi propia jefa. A veces me gustaría quitarme esa mochila, pero es imposible porque hay que estar siempre al pie del cañón. No hay otro secreto.

¿Cuáles son tus principales mercados? ¿Qué lugar ocupa España?
Nuestros mercados más importantes son Inglaterra y Estados Unidos. En Asia, sobre todo en Japón, se aprecian nuestros diseños sobrios, elegantes y los buenos materiales. Tener presencia en España era una asignatura pendiente. Hemos abierto dos puntos en unos grandes almacenes en Madrid, uno en Goya y otro en Pozuelo de Alarcón. Estoy muy contenta y espero que la respuesta sea buena.

¿Por qué crees que la moda infantil española es un referente internacional?
Tiene muy buena reputación. En la actualidad, el made in Spain está en auge y con toda la razón, ya que hay multitud de marcas con distintos estilos, precios y gamas. Pero no solo eso. También es una cuestión de cómo vestimos a nuestros pequeños. Es cierto que, aunque los extranjeros compren moda infantil española, no visten a sus hijos como lo hacemos nosotros. El estilismo, como se concibe en España, no saben replicarlo. Nuestro país sigue siendo la referencia.

¿Qué significó para ti recibir el Queen's Award Enterprise 2022 de manos del ahora rey Carlos III?
Sentí mucho orgullo y satisfacción por mí y por todo el equipo. Tras tantos años de trabajo somos casi familia y ha sido un reconocimiento a nuestro esfuerzo y dedicación, en definitiva, al trabajo bien hecho. Entre todos hemos superado numerosas dificultades y hemos salido airosos.

¿Cómo comenzó tu relación con los Windsor?
La relación es muy buena y comenzó en 2013, cuando nació el príncipe Jorge. Por aquel entonces, una parte de la familia más lejana visitó la tienda para hacerle un regalo al hijo de Kate Middleton. Unas semanas más tarde, la propia duquesa de Cambridge apareció por la tienda con su madre. Y desde entonces. A ello hay que sumarle que la niñera es española y que todos barremos para casa.

“Nuestra tienda lleva abierta 17 años y hay pocos negocios en la zona tan longevos. Somos una especie de institución en Chelsea”

Los Windsor no son las únicas celebridades que visten a sus hijos en tu tienda. ¿Por qué esa legión de fans?
Estamos en Chelsea, una zona a la que viene gente muy conocida. A ello se suma que nuestra tienda lleva abierta 17 años y hay pocos negocios en la zona tan longevos. Somos una especie de institución en el barrio y todo el mundo nos conoce. También ayuda que nos desvivimos por nuestros clientes. Tenemos mucha flexibilidad con los talleres y hacemos lo que los clientes nos piden, algo que se valora y que hace que vuelvan. Es un servicio a la carta que otras empresas no ofrecen o no se pueden permitir.

¿Alguna vez imaginaste este éxito? ¿Cómo se alcanza?
Nunca me lo imaginé. Tras estudiar Empresariales y un máster en Finanzas, pensaba que mis derroteros irían por ahí. Creo que ha sido una combinación de suerte, trabajo y circunstancias de la vida. Es un trabajo que he ido aprendiendo sobre la marcha y que me ha permitido estar cerca de mis hijos.