Cherry Massia
Heroica ‘underground’
Los diseños de Cherry Massia hilvanan el espectro emocional de la propia diseñadora con escenarios históricos o mitológicos, siempre —y aunque ella no utilice el término— desde el empoderamiento femenino. Una complejidad traducida en realismo urbano porque, según sus propias palabras, “la moda es un reflejo del instante que vivimos, como sociedad y como individuos”.
Irene Romero Massia (Sevilla, 1995) siempre quiso narrar lo que acontecía a su alrededor y el vehículo que encontró para hacerlo fue la moda. Su fuerte determinación la llevó a estudiar la carrera de moda y a desfilar en EGO, dentro de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, nada más terminarla. A partir de ahí, Cherry Massia fue tomando forma. Su particular talento para hacer tangibles las emociones o para reinterpretar la alta moda desde una estética underground la han convertido en una de las marcas españolas a no perder de vista. Nathy Peluso, La Zowi o Milena Smit ya han vestido sus poliédricas colecciones.
¿Cómo descubriste tu talento para la moda?
Desde pequeña me encantaba crear personajes y contar su mundo a través de la ropa que usaban, y mi familia siempre me ayudó a desarrollar esa creatividad. Así que es algo que tuve muy claro desde la infancia.
¿Es el empoderamiento femenino una de las piedras angulares de Cherry Massia?
En realidad nunca he usado ese término, pero me gusta mucho porque es lo que siempre me han dicho desde fuera. Siempre supe que quería vestir a una mujer heroica, que abrazara su feminidad con sus fortalezas y sus debilidades. La mujer es el por qué de Cherry Massia: me interesa, la conozco y creo que hay mucha injusticia en torno a ella.
“Siempre supe que quería vestir a una mujer heroica, que abrazara su feminidad con sus fortalezas y sus debilidades”
¿Podrías hablarme de otros aspectos esenciales ligados al ADN de la firma?
Lo que hago a través de ella es expresar mis propias emociones. Además, intento reinterpretar los códigos de la alta moda desde una estética underground y con un concepto fuerte detrás. Hay mucha influencia del mundo de la noche, de la rave. Me gusta mucho crear total looks, jugar con las siluetas y las metáforas.
¿Qué te mueve a la hora de crear? ¿Cuáles son tus inspiraciones?
Lo que me mueve es la necesidad de concretar mis propias emociones y me inspiran muchísimas cosas. Pueden ser mis sentimientos, las injusticias del mundo, una luz que se refleja con un tono de naranja… También la sociología, la historia, la filosofía, la obra de algunos artistas… Igual puedo hacer una colección sobre las heroínas del anime como una sobre una masacre de la Guerra Civil Española.
Has tratado el tema de la salud mental, ¿crees que la moda es un vehículo para visibilizar narrativas?
Todo lo que nos ponemos comunica. La ropa tiene mucha importancia a la hora de transmitir el espíritu del momento y la realidad del mundo que nos rodea. Ya que tiene ese poder, ¿por qué no usarlo para visibilizar algo importante?
¿Cómo es el proceso creativo para convertir en ropa este tipo de discursos?
Es mi parte favorita. Cuando sé de lo que quiero hablar, leo mucho sobre el tema y voy buscando analogías que hayan ocurrido a lo largo de la historia o en la mitología. Esto me permite traducir mis sentimientos a algo con lo que la gente pueda conectar. Este proceso es como un puzle, hay un momento en el que todo empieza a encajar y cuando llega ya sé qué gama de color es la que quiero, qué tipo de silueta, qué actitud…
¿De qué nos hablas en tu última colección: Zenith?
Es la que cierra toda la historia. Empecé narrando el camino del arquetipo del héroe y Nadir, mi anterior colección, aludía a su momento de flaqueza, cuando percibe que no puede luchar. En Zenith hablo de todo lo contrario, ha cumplido su misión y puede volver a casa. La utilicé para reincidir en la figura de la heroína, quería lanzar ese mensaje de misión cumplida y de que ya está todo bien. Para jugar con estos conceptos recurrí a los Tartessos, una civilización de Andalucía occidental. Me imaginaba a esas personas reemergiendo como la civilización brillante que fueron para hacer una analogía con el mundo actual. Hemos vivido en un entorno un poco apocalíptico y parece que se empieza a ver la luz.
“La moda es el reflejo del instante presente, pero también habla de algo que ha existido y de lo que está por venir”
¿Crees que se están reescribiendo los códigos de la moda en estos momentos o que hay más que rescatar del pasado?
Creo que siempre hay una mezcla. Es obvio que hay una mirada al futuro —hoy existe una corriente hacia la sostenibilidad o las nuevas tecnologías—, pero siempre queda algo del pasado. La moda es el reflejo del instante presente, pero también habla de algo que ha existido y de lo que está por venir, aunque no sea de forma intencional.
¿Qué es lo que más te enriquece de hacer moda?
Me gusta mucho convertir las ideas en algo palpable. Es una gran satisfacción porque parten de una vivencia personal y es muy emocionante verlas traducidas en una prenda. También me ofrece la oportunidad de conocer a gente muy interesante y creativa, algo muy enriquecedor.
Tus piezas tienen un estilo muy marcado, ¿cómo es el proceso cuándo vistes a famosas que poseen su propio carácter?
Lo bonito es que, cuando te llaman, la persona de por sí ya encaja bien con tu firma. Se suelen llevar algún traje de colección porque entienden mi visión y se sienten identificadas. Es un poco mutuo, porque yo cuando diseño también pienso en algunas de ellas.
“La ropa que nos ponemos comunica. Ya que tiene ese poder, ¿por qué no usarlo para visibilizar algo importante?”
¿Cómo se posiciona Cherry Massia en cuanto a la sostenibilidad?
La sostenibilidad es un pilar fundamental de la marca. Todas mis prendas se producen de manera local y, en la mayoría de los casos, hago piezas únicas controlando todos los procesos. Es importante que todo el equipo pueda trabajar de forma ética y no utilizo nada que provenga de animales.
¿Hasta dónde te gustaría llevar la marca?
Empecé con Cherry Massia muy pronto y he ido creciendo junto a ella. La época de la pandemia me afectó creativamente, necesité tiempo para entender el mundo en el que vivimos ahora. Desde ese momento, aprendí a no meterme presión. Así que ya no me planteo ese tipo de preguntas. Lo más importante es vivir de lo que me gusta, seguir expresándome y estar tranquila. Esas son mis metas. Obviamente, me encantaría llevarla fuera, pero voy con calma. Quiero hacer las cosas bien y despacito.