Antonio Marcial
Puntadas sin género
Tres de tres. Tres colecciones a sus espaldas y las tres presentadas en el certamen de moda digital 080 Barcelona Fashion. La última, el pasado mes de abril, se suma, como si de un capítulo más se tratara, a una breve pero intensa autobiografía (textil) resuelta a romper con los códigos de género tradicionales —siluetas, líneas, colores— y a cortar con el hilo invisible que aún separa lo masculino de lo femenino.
Antonio Viéitez (Talavera de la Reina, 1993) fue una de esas personas a las que el confinamiento le cundió y mucho. Mientras la inmensa mayoría no sabíamos qué hacer con tanta hora idéntica a la anterior y a la siguiente, en el verano de 2020 él creó su propia firma de ropa y se convirtió en director creativo de Antonio Marcial. ¿Y por qué Marcial y no Viéitez? “Porque es el nombre de mi padre, una forma de homenajearle y agradecerle”.
Y es que el modisto es lo contrario a parco a la hora de expresar sus sentimientos. En su primera colección, Fresh and Bloody (abril, 2021), hurgó en el drama de esconder las heridas y en la necesidad de aceptarlas para sanarlas. En su segunda, Cruel and Soft (octubre, 2021), reflexionó sobre la violencia que nos autoinfligimos y también sobre la que volcamos en los demás. Y en su tercera, Strangers and Rogues, recientemente presentada en el MACBA dentro de la 29ª edición de la 080 Barcelona Fashion, exploró la ansiedad de pertenencia y de aceptación, inspirándose en la moda de los 90 y en las múltiples subculturas juveniles. Una trayectoria creativa con un gran poso social y un discurso personal (e intransferible) que solo acaba de empezar.
Terminaste la carrera de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, pero luego viraste hacia la moda. ¿Sentiste de pronto la llamada?
La moda siempre estuvo ahí, pero yo de pequeño era un niño con alma de artista, así que quise explorar las artes clásicas antes de embarcarme en esta disciplina. Quise probar el dibujo, la escultura y descubrirme en el plano creativo. Cuando terminé supe que debía centrarme en la moda para expresarme artísticamente.
“Cuando el mundo se paró durante el confinamiento me di cuenta de que era el momento. Tenía el tiempo, el nombre, el concepto, la filosofía…”
Tras dos años como modisto y asistente de diseñador para la firma Santiago Bandrés, creaste tu propia marca en plena pandemia. ¿Qué hiciste con los miedos y las dudas?
Cuando el mundo se paró durante el confinamiento me di cuenta de que era el momento. Tenía el tiempo y tenía el nombre, además ya trabajaba en el concepto, en la filosofía y en los primeros diseños de la firma, y había adquirido algo de experiencia en el taller. Los miedos y las dudas estaban —y siguen estando—, pero había que intentarlo y seguir. Fui más fuerte que esas voces que me desalentaban y lo conseguí gracias al trabajo duro y al apoyo de mi familia y amigos, que fue fundamental.
Y así te convertiste en el director creativo de Antonio Marcial. Háblanos de tus funciones.
Básicamente, determinar hacia dónde quiero que se dirija la firma. Me encargo del diseño y del patronaje, de decidir la imagen en redes y en los desfiles… También cuento con un equipo de prensa, de estilistas y de taller, y me coordino con todos para hacerles llegar mis ideas y materializarlas.
Tus tres colecciones hablan de emociones y de realidades que nos sacuden como individuos y como sociedad. ¿Entiendes la moda como un medio narrativo?
En parte, sí. Con el devenir de las colecciones, se percibe en cualquier diseñador una evolución y un aprendizaje. Los conceptos y las historias maduran, y la propia firma se expande y se relaciona con lo anterior. No es necesario que el trabajo de alguien siga un mismo hilo argumental, pero sí que es inevitable percibir un relato personal.
Entonces, ¿una prenda puede contar una historia?
Creo que la clave es trasladar conceptos a una forma física y eso se consigue de múltiples maneras: con el patrón, con el tejido, con los acabados... En mi caso, procuro utilizar elementos de patronaje y otros medios (cordones y cintas, por ejemplo) como herramientas para materializar esos conceptos. A estos recursos les doy un nuevo significado que considero propio y los empleo para crear una historia. Procuro también ser coherente y respetar estos códigos para que luego todas las piezas conecten.
Antonio Marcial es una firma genderless. Explícanos por qué te parece tan importante ese concepto.
Soy consciente de que existen muchas realidades de personas que se han visto obligadas y constreñidas en muchos ámbitos de sus vidas, también en la moda. Y la moda, como medio de expresión que es, debería ser libre e inclusiva y ofrecer la oportunidad a todo el mundo de ser y sentirse como quieran, de poder expresarse como deseen y de lanzar el mensaje con el que se sientan más a gusto. Esto se consigue diseñando para todos los tipos de cuerpo, para gente diversa.
Ayúdanos a adivinar que estamos delante de un diseño tuyo sin saberlo.
Ante todo, y esto es algo que me dicen bastante, los cordones. Tiro mucho de ellos a nivel decorativo y conceptual. Son un elemento que creo que ya me representa y adoro usarlos. Estableciendo un símil con la pintura, serían un recurso pictórico, como el trazo característico de un dibujante. También cintas y cuerdas.
“La moda debería ser libre e inclusiva y ofrecer la oportunidad a todo el mundo de lanzar el mensaje con el que se sientan más a gusto”
Mójate, ¿crees que el talento viene de serie?
Creo que el talento es algo con lo que naces, pero también he visto a gente trabajar muy duro durante años y desarrollarlo. O más que desarrollarlo, descubrirlo y dirigirlo hacia donde soñaban.
La moda española actual destila talento, ¿cómo definirías tú su mood actual?
La moda española hoy es diversa y esto es algo enriquecedor. El concepto de género está evolucionando y se está reflejando cada vez más. Antes era masculino, femenino y ya.
Nómbranos algunos diseñadores contemporáneos que inspiren tu talento.
Me inspira mucho Jacquemus. Sus líneas, su filosofía, sus colores... Es un referente para mí. También Masha Popova es una inspiración. Sobre todo, la forma en la que deconstruye los patrones, los tejidos y cómo experimenta con la moda.
Y, para finalizar, ¿hacia dónde sueñas que vaya tu proyecto?
Quiero crecer, quiero comercializar, quiero seguir trabajando y ver mis diseños en la calle. Lo que me depara el futuro, no lo sé. Los proyectos que me esperan, los desconozco. Pero tampoco sabía qué hacer cuando empecé ni el camino que tenía ante mí. Seguir adelante, ver adonde me lleva mi trabajo y, algún día, vestir a Hunter Schafer, coprotagonista de Euphoria. Me encanta su trabajo y me encanta ella.