Núria Madrid

La vida en tres dimensiones

24 Octubre 2019 Por Carmen R. Cuesta
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Ilustración de Núria Madrid. © Cortesía Núria Madrid

La obra de esta ilustradora barcelonesa es una explosión de colores, texturas y volúmenes, todo un juego de movimientos y engranajes. Núria Madrid dota de personalidad y carácter a todos sus trabajos, en los que presenta, afirma, conceptos complejos “de una forma divertida a través de la ilustración”. Se autodefine como diseñadora y sus obras tienen diseño a raudales, sí, pero también mucho arte.

Núria Madrid (Barcelona, 1986) estudió Producción Audiovisual y Publicidad y pasó cinco años como directora de arte en varias agencias. Unos años, asegura, “muy divertidos”, durante los que aprendió mucho, hasta el momento en que decidió dar un giro y establecerse por su cuenta. Ha pasado casi un lustro desde entonces y el cambio ha sido notable: ha dejado atrás las horas de reuniones y campañas para enfocar su creatividad y su talento desde su luminoso estudio barcelonés.

¿Cómo se conjuga el ser ilustradora sin tener un ‘background’ artístico?

No tengo formación artística, aunque el interés por el arte sí que ha llegado después. Vengo del diseño gráfico, un campo en el que es muy importante tener un buen cacao de referencias en tu cabeza, sobre todo de fotografía, tipografía, color… Me encanta la estética colorida de los 90, pero realmente cualquier cosa ahí fuera me inspira: arquitectura, diseño de producto o fotografía. También otros artistas y diseñadores digitales que sigo principalmente en Instagram son una fuente de inspiración para mí.

Inspiración y talento, entonces.

Supongo que existe el talento innato y el que te vas construyendo. El primero es como un don y el segundo es más mundano, tienes que trabajarlo día a día. A los que no tenemos talento innato no nos queda más remedio que dedicarle horas y horas.

En diseño e ilustración, como en todo, hay modas. ¿Cómo se mantiene un ilustrador fiel a su estilo?

Soy una esclava de las modas [ríe]. Estoy influida por las tendencias, pero no me obsesiona mantenerme fiel a ningún estilo. Como diseñadora tienes que adaptarte, pero siempre puedes trasladar tu personalidad a lo que haces. En mi caso intento que sea a través del color.

“Como diseñadora tienes que adaptarte, pero siempre puedes trasladar tu personalidad a lo que haces”

Viniendo del mundo de la publicidad, has entrado de lleno en la ilustración editorial, área en la que dices encontrarte más cómoda. ¿Cuál es tu proceso a la hora de crear?

Mi proceso creativo es ensayo y error, ensayo y error. Culpo a mis años en publicidad por ir siempre con un ritmo un poco acelerado; no tengo paciencia e intento ir deprisa, aunque siempre planifico al inicio. Es cierto que casi nunca dispongo de mucho tiempo para hacer las cosas cuando hay un cliente de por medio. Primero hago un moodboard con ideas, conceptos y algunas referencias. Luego paso directamente a lo digital.

Cuando diste el salto y te estableciste por tu cuenta, ¿tenías claros los pasos a seguir?

No tenía nada claro. No sé dibujar, soy terrible. ¡Jamás pensé que me dedicaría a la ilustración! Tras dejar la publicidad y hacerme free lance seguí trabajando para agencias durante un par de años; tenía que pagar las facturas. A la vez fui intentando entrar en la ilustración 3D a ver qué pasaba y los encargos empezaron a venir.

¿Por qué ilustración editorial?

Supongo que trabajar para el sector editorial era como un dream job tras pasar unos cuantos años intensos en publicidad. Me encanta porque te da mucha libertad y el tema es siempre muy diverso: ciencia, viajes, tecnología… Cada vez que recibo un artículo es una oportunidad de saber un poco más de un tema que en principio es totalmente ajeno a lo que hago. Me gusta trabajar con conceptos, mostrar procesos complicados y hacerlos mas divertidos a través de la ilustración. Por ello disfruto mucho también trabajando con empresas tecnológicas aparte del sector editorial.

Has afirmado que tu proceso es totalmente digital, sin papel, pero ¿estás siempre al día en el uso de las herramientas digitales? ¿Crees que existe la “tiranía del software”?

¡Necesito estarlo! Todo cambia constantemente y tienes que mejorar tus habilidades. El mundo 3D es enorme y siempre hay algo que aprender o mejorar, cosa que es fascinante y algo frustrante a la vez. Cada vez es más exigente y sientes que nunca estás al nivel. Eso es algo que puede hacerte sentirte peor de lo que eres, pero también lo veo como algo positivo porque estás constantemente motivado. Es un reto constante tratar de seguir siendo relevante cuando hay tantísima gente haciendo lo mismo que tú con las mismas herramientas.

“Hay gente con muchísimo talento haciendo cosas increíbles en todo el mundo y yo no quiero perdérmelo”

En una profesión en la que esas herramientas evolucionan rápidamente, ¿el poder compartir tu trabajo en redes ha sido algo positivo?

Ha sido clave. Existe una gran comunidad en las redes donde constantemente recibes feedback, ves lo que hacen otros y aprendes muchísimo. Para mí el gran cambio fue compartir mi trabajo, aunque al principio era algo aterrador. Otros diseñadores o artistas dicen que prefieren no ver lo que hacen otros para no tener influencias. Hay gente con muchísimo talento haciendo cosas increíbles en todo el mundo y yo no quiero perdérmelo.

Trabajas habitualmente con publicaciones y marcas de todo tipo. ¿Cómo llegan hasta ti? ¿Puede Núria Madrid crear con libertad para sus clientes?

Habitualmente llegan por recomendación de otro cliente o directamente porque han visto mi trabajo. ¿Con total libertad? Cuando hago proyectos personales sí, pero me considero una diseñadora, no una artista. Así que tengo bastante libertad, pero también tengo un briefing que cumplir.