Laura Meseguer

El poder de la tipografía

21 Diciembre 2022 Por Rosario Fernández
Laura Meseguer ha dedicado 30 años de su vida al diseño de tipografías
Laura Meseguer ha dedicado 30 años de su vida al diseño de tipografías. © Norman Posselt

¿Alguna vez te has parado a pensar en el tipo de letra que eliges para escribir y qué estás expresando con él? Laura Meseguer se hizo esa pregunta siendo una niña y con el tiempo el diseño tipográfico se convirtió en su vida. Con la misma pasión con la que ejerce su profesión, reivindica el valor de las tipografías para comunicar y para transmitir, y el talento que reside detrás de quienes las crean.

Usamos letras para comunicarnos. Pero según qué tipo de letra utilicemos podemos expresar pensamientos o sentimientos muy diferentes. De hecho, es casi seguro que este texto no te transmitiría lo mismo si estuviera escrito con la Bradley Hand o con la Algerian, radicalmente diferentes. Porque la tipografía, además de facilitar la comunicación, transmite emociones por sí misma. Eso lo sabe bien la diseñadora tipográfica Laura Meseguer (Barcelona, 1968), todo un referente en este campo tras 30 años creando originales soluciones gráficas para cada letra. Además del Premio Gràffica 2018 “por —según el jurado— abrir un camino en el mundo tipográfico en España”, sus diseños han sido reconocidos en los Laus, galardones creados en 1964 para reconocer el talento en Diseño Gráfico y Comunicación Visual, y por el Type Directors Club de Nueva York, que promueve la excelencia en la tipografía.

El arte de la tipografía, aunque la mayoría lo asociemos a lo mecánico, concretamente al nacimiento de la imprenta en 1440, nace mucho antes y lo manual, lo artesanal —aspecto que gusta destacar a Laura—, siempre estuvo presente. Los monjes de la Edad Media, a los que la nobleza o el propio clero encargaban copiar ejemplares, se especializaron en la tipografía manuscrita. El mayor exponente quizás sea el Libro de Kells, realizado por monjes celtas alrededor del año 800, y sus decoradísimas letras. Un estilo que incluso hoy asociamos con la cultura irlandesa. En España, sin ir más lejos, tenemos otro ejemplo de tipografía, la Euskal, asociada a un territorio: el vasco. El poder de la tipografía para cohesionar a un pueblo —otra de las virtudes que Laura le atribuye— y otorgarle identidad. Casi nada. ¿Pero cómo surge la pasión de Laura por las letras?

Su padre y su abuelo eran impresores, por lo que, en cierta forma, la tipografía siempre estuvo presente en su casa. “Desde muy temprano —recuerda— desarrollé un gusto por la tipografía. Fue un acercamiento muy pasional y dibujaba letras por placer”. Lo que Laura no sabía en ese momento es que esa pasión se acabaría convirtiendo en su profesión. Un máster especializado en diseño de tipografía en la prestigiosa Academia Real de Bellas Artes de La Haya supuso un antes y un después en su carrera. Desde entonces, compagina su labor educativa en su propia escuela de tipografía (Barcelona Tipo-g) con sus proyectos personales, centrados en la investigación de soluciones tipográficas y en el diseño para marcas nacionales e internacionales en el campo del branding.

¿Qué es para ti la tipografía? ¿Cómo la entiendes tú?
Además de ser mi profesión, mi pasión y mi vocación, la concibo como el pilar del diseño. Usamos la tipografía para comunicarnos y, a la vez, a través de ella cubrimos dos necesidades: la funcional, porque ha de ser práctica; y la expresiva, ya que gracias a ella las marcas pueden manifestar una serie de connotaciones y atributos. La tipografía es capaz de transmitir y de comunicar por sí sola.

“Mis referentes son aquellas personas que supieron poner su propia identidad en las letras que dibujaban”

De las fuentes qué has creado, ¿cuál es tu favorita?
Lo romántico sería decir que es una que aún está por diseñar. Sin embargo, destacaría Qandus, la cual creé gracias al Typographic Matchmaking in the Maghrib, un proyecto que llevé a cabo en 2015 y que consistía en desarrollar un alfabeto que sirviera para la escritura latina, árabe y tifinag, que es la que usa la comunidad nómada de los países del norte de África. Fue muy especial y supuso un reto apasionante.

¿Y alguna que no usarías nunca?
Mi primera tipografía fue Cortada. Es muy naíf y le tengo mucho cariño, pero no la uso nunca.

¿Hay referentes en este mundo? ¿Quiénes son los tuyos?
Tengo muchos. Si miro atrás, tras 30 años dedicándome a esto, me doy cuenta de que me han influenciado diseñadores muy expresivos como Herb Lubalin o Ed Benguiat, también la escuela americana de los años 70 y de ahora citaría a House Industries. Por otro lado, al haberme formado en los Países Bajos tengo referentes como Fred Smeijers, que fue profesor mío. Mis referentes son aquellas personas que supieron poner su propia identidad en las letras que dibujaban.

¿Crees que en España se le da a la tipografía la importancia que merece?
Hasta hace 30 años no se enseñaba tipografía desde un lado conceptual y vertebrador, sino como una mera herramienta para el diseño gráfico. Ahora todo el mundo entiende que la tipografía es imprescindible y un pilar básico del diseño. A medida que más personas nos dedicamos a esto, la cultura tipográfica va creciendo, pero aún queda mucho por hacer.

“Ahora todo el mundo entiende que la tipografía es imprescindible y un pilar básico del diseño”

Que el diseño de tipografías requiere talento está claro, ¿pero es algo innato o se puede aprender?
El diseño de tipos se puede aprender, no es necesario nacer con ese talento para dedicarte a ello. Lo que sí se necesita es pasión y curiosidad, en el sentido de que la tipografía te llame la atención y te impulse a saber, a profundizar y a desarrollar un gusto por ella.

¿El talento de los diseñadores de tipografías se respeta o vuestras creaciones se copian?
El remix está a la orden del día, pero la cuestión está en cómo alguien hace suya una tipografía, en cómo le otorga una personalidad. No es lo mismo tomar un catálogo de tipografías y aplicarlo que calcarlo. Eso no se tiene que hacer y, además, demuestra que la persona no tiene ni respeto, ni talento, ni nada que decir. La tipografía es un campo de expresión y convendría dedicarse a esta profesión cuando se tiene algo que aportar.

Para finalizar, vamos a aprovecharnos un poco de tus conocimientos. ¿Podrías decirnos qué te sugiere la tipografía de Iberia?
Iberia tiene una tipografía muy marcada y le otorga mucha entidad. Es de palo seco, pero con formas muy cuadráticas y redondas que juegan con lo aerodinámico y con el diseño industrial.