Inma Bermúdez
La luz del diseño
Cuando era niña, Inma Bermúdez no sabía lo que era el diseño, pero ya era diseñadora. Hoy, con el Premio Nacional de Diseño 2022 en el bolsillo —la mujer más joven en conseguirlo—, continúa creando objetos que iluminan nuestro día a día. Y es que su principal objetivo, reconoce, es que la comunicación entre el objeto y la persona que lo usa sea lo más perfecta posible, haciendo la vida un poco más fácil.
Inma Bermúdez (Murcia, 1977) fue una niña curiosa por naturaleza y se pasaba todo el día imaginando y dibujando, con todo lujo de detalles, el cuarto de sus sueños. Por aquel entonces, recuerda, “yo no sabía que aquello que me gustaba hacer se llamaba diseño, pero cuando crecí y llegó la hora de elegir una carrera no se me ocurrió otra cosa”. Lo que aquella niña tampoco sabía era que sería la primera mujer española en diseñar para IKEA o que se convertiría en la mujer más joven en lograr el Premio Nacional de Diseño (2022), otorgado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. También es la creadora de la que, en pocos años, se ha convertido en todo un clásico de la iluminación, la lámpara transportable con batería recargable FollowMe.
¿Qué es para ti el diseño? ¿Cómo lo concibes?
Como una especie de psicología, una disciplina que también me gusta mucho. Hay un libro que se llama La psicología de los objetos cotidianos, de Donald Norman, que es muy interesante y que habla, precisamente, de este tema. Creo que, al final, los objetos se comunican con las personas y el diseñador tiene que conseguir que esa comunicación sea lo más perfecta posible para no crear confusión. Nuestra labor es intentar que las cosas, además de ser bonitas y estar bien producidas, tengan un lenguaje que el usuario entienda, es decir, que sean fácilmente usables.
Tú, cuyo talento para el diseño despertó muy pronto, ¿qué le dirías a alguien que se esté planteando seguir tus pasos?
Para dedicarte a este mundo y crear algo es imprescindible ser curioso. Nuestra profesión es muy amplia y, si tienes suerte, te puedes dedicar a muchas áreas. En todas ellas tienes que aprender, porque no es lo mismo diseñar un cubo de plástico que una lámpara LED. Aspectos como la tecnología o los procesos de producción son algo que no aprendes en la carrera, sino trabajando en proyectos reales. Es una profesión en la que nunca paras de aprender.
“Los objetos se comunican con las personas y el diseñador tiene que conseguir que esa comunicación sea lo más perfecta posible”
Tu talento ha llamado la atención en países como Suecia, Alemania o Francia. ¿En España estamos haciendo las cosas bien?
Aunque siempre haya que mejorar, creo que lo estamos haciendo muy bien. Es cierto que España no es un país escandinavo, donde parece que el diseño forma parte de su ADN. No tenemos ese estilo tan reconocible, pero, sin embargo, nos mostramos al mundo con productos muy competitivos y de muy buena calidad. Exportamos mucho, lo que significa que se tiene una buena impresión de nuestro trabajo, y es relevante el hecho de que haya muchos diseñadores extranjeros que trabajan con empresas españolas.
¿Qué supuso para ti ser la primera diseñadora española en trabajar para IKEA?
Cuando empecé a trabajar para ellos nadie lo sabía, ni siquiera IKEA España, porque yo trabajaba para la central en Suecia. Cuando se hizo público fue una sorpresa y resultó un bombazo, ya que a nivel mediático yo era el perfil perfecto: mujer, joven y la única española. Hizo que muchas marcas me conocieran y me permitió trabajar para otras empresas nacionales. Además de visibilidad, trabajar en IKEA ha sido para mí como un máster porque es una empresa que tiene muchos tipos de productos y te ofrece encargos muy diferentes. Todo lo que he aprendido lo he podido aplicar en otros proyectos.
Recientemente te convertiste en la diseñadora más joven en conquistar el Premio Nacional de Diseño. ¿Qué significó para ti?
Es un reconocimiento a una carrera profesional y yo me considero joven aún; de hecho, soy la tercera mujer y la más joven en recibirlo. Confieso que no me iba a presentar porque nunca pensé que fuera un galardón al que pudiera optar, pero mi círculo más cercano me animó a hacerlo. Cuál fue mi sorpresa cuando me llamó la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, para comunicarme que había ganado. Creo que este premio es para que las mujeres nos lo creamos más, muchas veces pecamos de tener poco ego. Está bien que haya más mujeres que se animen a trabajar en el mundo del diseño porque faltan referentes femeninos.
Y hablando de referentes, ¿quiénes han sido los tuyos?
Sin duda, Dieter Rams, el diseñador de Braun y toda una leyenda viva. Hace 50 años ideó un decálogo del buen diseño que hoy continúa vigente. También Patricia Urquiola, porque me parece bestial lo que ha conseguido. No me identifico con ella en cuanto a sus diseños, pero la admiro mucho.
El jurado del Premio Nacional de Diseño destacó tu “compromiso con la sostenibilidad medioambiental y social”. ¿Es un factor que cada vez se tiene más en cuenta?
Me gustaría pensar que la sostenibilidad es importante en todos los sectores, no solo en el mío. Poco a poco, las personas, las marcas y los políticos son más conscientes, pero todavía falta muchísimo. Cada uno de nosotros deberíamos pensar en nuestro comportamiento y consumir menos. Hace unos años había una necesidad imperiosa de sacar producto nuevo constantemente y, cuando ibas a una feria, veías una gran cantidad de producto que no estaba bien hecho. Ahora empieza a haber una mayor conciencia por parte de las marcas. Y creo que los políticos deberían continuar trabajando en una normativa que haga que evolucionemos porque, desgraciadamente, si no tenemos normas, no cambiamos.
“Está bien que haya más mujeres que se animen a trabajar en el mundo del diseño porque faltan referentes femeninos”
De hecho, vives en una casa construida bajo criterios sostenibles, ¿cuáles son las piezas más especiales que conservas en ella?
Las que conservo de la familia de mis suegros y de mi abuela. Me gusta que la casa guarde mi historia y la de mi familia, y me apasionan esas piezas que cuentan un relato; a lo mejor pueden resultar feas para los demás, pero para mí son preciosas. Por supuesto, también tengo prototipos que nos quedamos y que son únicos.
¿Cuál de tus trabajos te hace sentir más orgullosa?
La lámpara FollowMe ha sido un gran éxito a muchos niveles y, en menos de diez años, se ha convertido en todo un clásico. La lanzamos en 2014 y no solo innovamos con su diseño, sino que creamos una nueva tipología: las lámparas autónomas. A los pocos meses otras marcas la lanzaron, pero nosotros fuimos los primeros.