Silvia Navarro y Carmen Martín
Las chicas son Guerreras
En los años 80, al tiempo que ‘Las chicas son guerreras’ se convertía en un hit, una jovencísima Silvia Navarro miraba ensimismada por televisión los partidos de Lorenzo Rico, mítico portero de balonmano, soñando con emularlo. Ahora, décadas después, es Silvia Navarro la que marca el camino a miles de chicas que sueñan con jugar al balonmano. Y no está sola, Carmen Martín, la otra capitana de ‘Las Guerreras’, como se conoce a la selección española de balonmano femenino, la acompaña.
Para Silvia Navarro (Valencia, 1979) y Carmen Martín (Roquetas de Mar, 1988) ser las capitanas de la selección española de balonmano es un privilegio, hasta el punto de que, cuando a la almeriense se le pregunta por el sueño que le falta por cumplir con la selección, suelta sin pensarlo: “No retirarnos, tener la posibilidad de estar siempre aquí”. Quizás, atendiendo a su trayectoria, su talento y su compromiso, el privilegio sea mutuo.
Ellas han liderado la edad de oro del balonmano femenino español y, aún así, derrochan humildad y agradecimiento por todas aquellas jugadoras que abrieron camino. “Qué pena —apunta, Silvia— que las jugadoras de antaño no pudieran disfrutar de los momentos gloriosos que hemos vivido porque ha sido una lucha constante para posicionar la mujer en el deporte. Y seguimos dando pasitos, no muy grandes, pero pasitos pequeñitos para ojalá colocarnos algún día a la par con los chicos”.
“Qué pena que las jugadoras de antaño no pudieran disfrutar de los momentos gloriosos que hemos vivido”, Silvia Navarro
Ahora Silvia y Carmen son referentes para miles de chicas que anhelan dedicarse al balonmano, algo de lo que ellas carecieron. “No tuve ningún referente femenino porque no había balonmano femenino en la televisión, pero si lo tenía masculino: Juanín García”, apunta Carmen. Lo mismo le ocurre a Silvia, que cita al portero Lorenzo Rico y se felicita, al tiempo que se asombra, por el hecho de que ambas se hayan convertido en el espejo en el que se miran las jugadoras más jóvenes, algo que considera fundamental en cualquier carrera deportiva y en cualquier ámbito de la vida.
El espíritu de ‘Las Guerreras’
En el Europeo de 2008 celebrado en Macedonia, España subió por primera vez al podio en un campeonato internacional. Durante aquellos días se empezó a conocer a la selección femenina de balonmano como Las Guerreras, un apelativo que a día de hoy siguen luciendo con orgullo. Cuando se les pregunta sobre ello, Silvia se arranca: “Para nosotras Guerreras es lucha, entrega, constancia, trabajo…” Y Carmen remata: “Sacrificio, humildad, tener los pies en el suelo, saber de dónde venimos, qué valores tenemos que transmitir a las personas que nos siguen”.
Las Guerreras tienen un nuevo objetivo, tocar medalla en el Mundial de balonmano que se disputa en casa, en España, entre los días 1 y 19 de diciembre. “Cambia muchísimo el ambiente —señala Carmen—, tener la oportunidad de jugar alrededor de nuestra familia, de nuestros amigos, de toda la gente que es fanática nuestra. Tenemos muchísimas ganas de hacer disfrutar a la afición con Las Guerreras e intentar llegar lo más lejos posible”.
“El sueño que nos falta por alcanzar con la selección es no retirarnos, tener la posibilidad de estar siempre aquí”, Carmen Martín
Cuando Carmen, que juega en el CSM București (Rumanía), regresa a España para enfundarse la camiseta de la selección y jugar con Las Guerreras reconoce que se le dibuja una sonrisa en la cara. Una sonrisa que no es incompatible con el mayor de los compromisos: “Una vez llegas aquí y te cambias de ropa, estás en modo concentración, no hay absolutamente nada más que no sean Las Guerreras. Todo es por y para el equipo, hasta alcanzar el máximo nivel anímica y físicamente para conseguir lo máximo posible”.
Capitanas y cómplices
Cuando están juntas, Silvia y Carmen desprenden complicidad en forma de gestos, miradas, sonrisas, lo que se ratifica cuando cada una habla de la otra. “Silvia aporta al equipo madurez y humildad —señala Carmen—. A pesar de que venga gente nueva, con una gran diferencia de edad, ella sigue estando ahí, echando una mano y siendo comprometida con la selección y con su día a día como profesional del balonmano”. Silvia, a su vez, se rinde ante su compañera: “Carmen es nuestra brújula y sus ausencias siempre se han notado muchísimo. Para mí es un referente”.
“Silvia aporta al equipo madurez y humildad. A pesar de que venga gente nueva, ella sigue estando ahí”, Carmen Martín
Una especial admiración se capta en la mirada de Carmen cuando su compañera Silvia habla de su día a día como madre y jugadora de balonmano. “Si me dan opción de pedir un deseo pido que mi día tenga 36 horas porque con 24 no doy abasto. Tengo un niño de ocho años y le llevo y le recojo del cole todos los días, voy a los entrenamientos, hago de ama de casa y cuesta, es una vida vertiginosa. Además, ya va notando las ausencias en estos campeonatos y me deshace la maleta a la hora de viajar”.
Cuando toca hablar del talento, cada una cita aptitudes tan diferentes como complementarias, ambas fundamentales a la hora de construir equipo. Mientras que Silvia habla de “pasión”, Carmen apunta a la capacidad para “empatizar”. Quizás sean, precisamente, la pasión de una y la empatía de la otra las claves del éxito de la selección durante los últimos años, así que solo podemos finalizar deseando una larga vida a las capitanas al mando de Las Guerreras. Tienen cuerda para rato.