El baloncesto femenino español prolonga su reinado en Europa
Las estrellas femeninas del baloncesto español abrieron una página en el libro de historia para rubricar con letras de oro un hito más: arrollaron a Francia en la final para revalidar un Eurobasket que ya habían obtenido en 2017, haciéndose con el tercer oro en los últimos cuatro campeonatos consecutivos de Europa disputados. Las chicas dirigidas por Lucas Mondelo completaron un torneo fantástico en el que fueron de menos a más y acabaron demostrando por qué ya son consideradas una generación de leyenda.
Otro hito más para el baloncesto femenino español. La selección volvió a conquistar Europa y no cedió el trono continental que ya había ocupado por méritos propios en el Eurobasket de 2017. El combinado nacional barrió en la final al potente equipo francés y sumó el cuarto oro a nuestro palmarés tras un torneo que han acabado invictas y en el que, a pesar de comenzar con alguna duda, han demostrado porque están consideradas ya un equipo de leyenda.
La aplastante victoria en la final frente Francia fue la confirmación de que, a pesar de las sensibles bajas de estrellas como Alba Torrens o Sancho Lyttle, las chicas de Lucas Mondelo siguen yendo un paso por delante. Astou Ndour, MVP del torneo, y Marta Xargay, que se empeñó en demostrar que el punto débil de esta selección no era el tiro exterior (5/8 en triples en la final), fueron las líderes a nivel anotador durante la competición. A ellas se sumó la experiencia de veteranas como la capitana Laia Palau o Silvia Domínguez y el excelente desempeño defensivo de Laura Gil, además de la aportación de otras menos habituales en la pista pero que han sabido acompañar para volver a tocar el cielo.
Hacía 28 años que nadie repetía un título continental
La final fue una confirmación de la meteórica progresión que siguió el combinado español a lo largo del Eurobasket de Serbia y Letonia. Las dudas aterrizaron con las nuestras en un inicio en el que se sufrió más de lo esperado frente a Ucrania, Gran Bretaña y Letonia. Sin embargo, fue plantarse en cuartos de final frente a las otras candidatas y las nuestras se soltaron la melena. Apabullante victoria frente a la, a priori, temible Rusia (78-54) y demostración de carácter y de gestión del juego y el tiempo frente otra de las favoritas y anfitriona como era Serbia (71-66). Francia, como en los otros tres Eurobaskets que ya teníamos en la vitrina, esperaba en la final y el desenlace fue idéntico (86-66).
Hacía 28 años que nadie repetía un título continental desde que la todopoderosa URSS lo lograra allá por 1991. Para repetir semejante hazaña han tenido que llegar las Astou Ndour, Marta Xargay (ambas en el quinteto ideal), Laia Palau, Anna Cruz, Tamara Abalde y compañía, quienes han reclamado su sitio en la memoria histórica del baloncesto femenino revalidando el título que ya conquistaron en 2017 y sumándolo a los que ya consiguieron sus antecesoras tanto en 2013 como en 1993.
El palmarés de la selección femenina de baloncesto padece de alguna enfermedad por la cual no deja de engordar. Pero, bendita enfermedad. Este cuarto Eurobasket (el tercero de los últimos cuatro que se han disputado) es la séptima medalla consecutiva que consiguen las chicas entre campeonatos continentales, mundiales y JJ.OO. y supone el metal número 13 de los 18 que se podían haber logrado en lo que llevamos de siglo XXI.
Y si hablamos de coleccionar títulos, el seleccionador Lucas Mondelo puede impartir un curso de cómo hacerlo, ya que acaba de sumar su séptima medalla en los siete campeonatos en los que ha puesto su pizarra al servicio del combinado nacional.
El partido de baloncesto femenino más visto de la historia
Por otro lado, la final del domingo 7 de julio no solo supuso un momento histórico a nivel de títulos. Las chicas de la selección lograron que cerca de 1,9 millones de espectadores se sentaran frente al televisor para apoyarlas, consiguiendo un 15,5% de cuota de pantalla y convirtiendo el encuentro frente a las francesas en el más visto en la historia del baloncesto femenino en nuestro país. De hecho, el minuto de oro llegó a juntar a más de tres millones de personas, lo que supone un 21% de cuota de pantalla.