Adriana Cerezo

Una fuerza de la naturaleza

14 Julio 2023 Por Roberto C. Rascón
Adriana Cerezo, deportista del Equipo Iberia Talento a bordo
Adriana Cerezo, deportista del Equipo Iberia Talento a bordo.

Un torbellino. A ese fenómeno natural se asemeja Adriana Cerezo tanto dentro como fuera del tatami. Y esa fuerza es la que lleva en volandas a la taekwondista en cada campeonato y en cada entrenamiento. Tras conquistar la medalla de bronce en el Mundial de Bakú a finales de mayo, afronta el verano con los Juegos de París en mente y los preparará junto a su gran rival: la tailandesa Wongpattanakit.

La fuerza que transmite Adriana Cerezo (Alcalá de Henares, 2003), incluso a través del hilo telefónico, resulta arrolladora. La misma, aunque acrecentada por la experiencia adquirida a posteriori, que en el verano de 2021 la llevó a conquistar la medalla de plata en los Juegos de Tokio. Pasado aquel boom, la taekwondista regresó a su día a día en el Hankuk, su club, con un objetivo: convertirse en la mejor de la historia. Y eso pasa, entre otros hitos, por colgarse el oro en París. “La sensación que tengo ahora mismo es que podemos conseguir todo lo que nos propongamos”, confiesa la propia Adriana, que viene de ganar el bronce en el Mundial de Bakú. Durante el verano, anuncia, compartirá entrenamientos con una de sus grandes rivales, la tailandesa Wongpattanakit —su verdugo en Tokio— con la intención de seguir aprendiendo y mejorando.

Ganaste la plata en Tokio y pasaste de ser una desconocida a un fenómeno mediático. Ahora, que ya ha pasado el tiempo, ¿cómo recuerdas aquellos días?
Cuanto más miro atrás, más me doy cuenta de que pasé los primeros días en shock. Estaba flipando y, prácticamente, ni dormí. No era consciente de la repercusión que iba a tener. Aunque a veces se den situaciones un poco surrealistas, es muy guay que la gente te conozca.

Cito palabras de tu entrenador: “Veo a Adriana mejor que nunca, muy concentrada y más asentada”. Desde Tokio hasta aquí, ¿en qué crees que has mejorado?
Ahora tengo más experiencia. Cuando llegué a Tokio había disputado muy pocas competiciones en categoría absoluta, pero después he participado en campeonatos de muchísimo nivel. Tener la opción de competir asiduamente contra las mejores del mundo te da un plus, te permite ir aprendiendo y corrigiendo.

“El mayor talento que puedes tener es la capacidad de trabajo. Venir todos los días a entrenar y dar siempre un poquito más es lo que marca la diferencia”

A finales de mayo te colgaste el bronce en el Mundial de Bakú. ¿Sientes que te has asentado entre las mejores taekwondistas del mundo?
Creo que sí, ahora mismo estamos en los primeros puestos del ranking mundial. Por delante tengo a mis rivales a batir, la tailandesa Wongpattanakit, que ya me ganó en la final de los Juegos, y la turca Dinçel. Las últimas veces mis combates con ellas se han decidido por pequeños detalles, algo que me pica pero también me motiva a dar un poco más. Quiero ganarlas y alcanzar el número uno.

Tu compañera de club, Luana Márton, se llevó el oro en su categoría con solo 17 años en Bakú. ¿Qué tiene el Hankuk para fabricar campeonas tan jóvenes?
Lo que tenemos es una forma de entender el taekwondo basada en la intensidad y el trabajo diario. A Luana, de hecho, la tengo justo al lado ahora [Adriana responde a la entrevista en plena sesión con el fisio]. Te lo prometo [risas]. Ella se lo ha trabajado una barbaridad y todavía ni es consciente de lo que ha conseguido. En el Hankuk tenemos los medios y un equipo de trabajo espectacular que nos ayuda a dar el máximo.

¿Y entrenar al lado de Luana, y del resto de tus compañeras, te hace mejor? Es decir, ¿crees que el talento crece cuando conecta?
Creo que hay muchos tipos de talento dentro del taekwondo, desde controlar muy bien las distancias a gozar de una técnica espectacular, pero el mayor talento que puedes tener es la capacidad de trabajo. Venir todos los días a entrenar junto a tus compañeros y dar siempre un poquito más es lo que marca la diferencia.

“Tienes que ser capaz de ganar un gran campeonato y no conformarte, pero también tienes que ser capaz de no frustrarte cuando te derrotan”

Alguna vez has dicho que tu objetivo es ser la mejor taekwondista de la historia. ¿Qué talentos hay que tener para hacer realidad ese sueño?
Uno de ellos, que es el que más trabajo me está costando adquirir, es el equilibrio. Tienes que ser capaz de ganar un gran campeonato y no conformarte, pero también tienes que ser capaz de no frustrarte cuando te derrotan y no alcanzas el objetivo. Luego todo depende, como decía, de tu trabajo diario. Y ahí no hay problema porque a mí me encanta venir todos los días a entrenar. Mi objetivo, obviamente, es ser la número uno, pero lo que más me gustaría es llegar al final de mi carrera, mirar atrás y sentir no solo que lo he conseguido, sino, sobre todo, que lo he merecido.

Ser la mejor taekwondista de la historia pasa, entre otras cosas, por ganar el oro en los Juegos de París. A poco más de un año, ¿cuáles son tus sensaciones?
La sensación que tengo ahora mismo es que podemos conseguir todo lo que nos propongamos. Así que lo que quiero es seguir en esta línea, incluso potenciarla, de cara a los Juegos. En los últimos campeonatos me he visto muy bien, aunque soy consciente de que a la hora de la verdad puede pasar cualquier cosa.

“En el momento en el que tú crees que estás sacrificando cosas, todo se te va a hacer cuesta arriba. La vida son elecciones”

¿Cómo gestiona la frustración ante las derrotas una persona tan competitiva y tan exigente consigo misma como tú?
Las derrotas me pican y eso es algo que tengo que mejorar. Pero yo lo tengo muy fácil porque a todo le pongo solución entrenando. Cuando pierdo, al día siguiente vengo aún más motivada a entrenar porque quiero mejorar. Evidentemente, ese día no voy a poder corregir todos los detalles que me han llevado a la derrota, pero mentalmente siento que estoy haciendo todo lo posible para que no vuelva a ocurrir. Eso me da tranquilidad. La mentalidad es: a los problemas, soluciones.

Eres una de las mejores taekwondistas del mundo y, además de eso, estudias Criminalística. ¿Cómo es eso de viajar por medio mundo cargada con los apuntes?
Como es algo que llevo haciendo desde pequeña, para mí es algo normal. Estoy acostumbrada a estudiar en los aviones o en los hoteles. Cumplir en el colegio siempre fue una condición para poder venir a entrenar y eso es algo que tengo que agradecerle a mis padres. El deporte espero que sea mi vida, pero quiero tener un plan B; me parece imprescindible. Además, estudiar me ayuda a que mi mente no esté enfocada únicamente en el taekwondo.

Solo tienes 19 años, ¿a veces envidias algo de la vida que llevan tus amigas, que no se dedican al deporte de élite?
No te lo vas a creer, pero de verdad que no. Tengo la suerte de poder vivir experiencias increíbles vinculadas al deporte. Ahora, por ejemplo, me iré todo el verano a Tailandia, a China y a Corea. Siempre lo he llevado muy bien. De hecho, creo que en el momento en el que tú crees que estás sacrificando cosas, todo se te va a hacer cuesta arriba. La vida son elecciones.