Greta Fernández
De tal palo
Concha de Plata en el Festival de San Sebastián y candidata al Goya por su papel protagonista en ‘La hija de un ladrón’, Greta Fernández es la actriz revelación de 2019. Hija de la escritora Esmeralda Berbel y el actor Eduard Fernández, con quien comparte créditos en la cinta, estaba claro que lo suyo no serían las matemáticas.
Greta Fernández (Barcelona, 1995) no para. Galas, promoción, entrevistas, producciones de moda… La hija de un ladrón tampoco para de darle alegrías. En la pequeña pantalla podemos disfrutar de ella en Foodie Love, la serie de Isabel Coixet, y muy pronto en 30 monedas, pendiente de estreno, a las órdenes de Álex de la Iglesia.
Su papel protagonista en la ópera prima de Belén Funes le ha hecho alzarse con la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián y estar nominada a los Premios Gaudí, José María Forqué, Feroz y a los Goya, donde competirá por la estatuilla a la Mejor actriz con Penélope Cruz, Marta Nieto y Belén Cuesta, tres actrices a las que admira y que, asegura, “han hecho un trabajo maravilloso”. Unos reconocimientos que abruman a la artista, que reconoce sentirse “muy contenta porque no esperaba que esta película pequeña, con poco presupuesto y que no fue fácil de levantar, tuviera este recibimiento. Ver que este tipo de proyectos no pasan desapercibidos da esperanza”, destaca.
A pesar de tanto aplauso siendo tan joven, Greta Fernández vive con los pies en la tierra. “Los premios no te aseguran el futuro ni son garantía de nada. Lo realmente importante y positivo es la visibilidad que te dan. A mí, por ejemplo, la Concha de Plata me ha puesto en el mapa”, dice. Una lección que ha aprendido de su padre, el también actor Eduard Fernández, con quien comparte cartel en La hija de un ladrón, y que ha estado nominado a los Goya en diez ocasiones —llevándose el cabezón a casa en dos ocasiones—, en los que repite este año como Mejor Actor de Reparto en Mientras dure la guerra. “Mi papá me ha enseñado a tener paciencia y a saber que las cosas cuestan. También que, en esta profesión, no debes relajarte nunca y que hay que saber relativizar a veces”. Pero, sobre todo, le ha transmitido lo que para Greta es hoy clave en esta profesión: “no perder nunca la esencia de lo que hago, ya que a veces el glamour te puede despistar. Él es el encargado de recordarme que si me dedico a esto sea únicamente por la interpretación”, recalca.
Estos consejos son los mismos que le han ayudado a la hora de rodar juntos. “Ha sido muy bonito el hecho de poder trabajar juntos. Además, hemos conseguido mantener una relación muy profesional en todo momento, mucho más de lo que esperábamos. Nos hemos entendido muy bien, pendientes en todo momento de la directora en una película nada fácil, una historia que da libertad al espectador y que, sinceramente, no esperaba que fuera a gustar tanto”. Un rodaje y un papel, el de Sara, en el que la actriz se metió a fondo. “Cuando estoy en pleno rodaje me cuesta estar en otra cosa. Los fines de semana que tenía libres me encontraba en un lugar distinto al mío, agotada y con la energía de mi personaje”, recuerda y añade: “Eso sí, una vez que finaliza el rodaje digo adiós a mi personaje”.
Greta Fernández hace memoria, pero no recuerda el momento exacto en el que decidió que quería dedicarse a la interpretación. “Cuando tenía 13 o 14 años, la representante de mi padre me preguntó si me apetecía ir a algún cásting. Era algo que no me volvía loca, hasta que más adelante empecé a verlo como una opción y hace unos dos años lo tuve claro. Y es que, sin la posibilidad de enseñar lo que puedes hacer o la oportunidad para demostrar lo que vales es difícil convencerse”, explica.
En apenas tres años, la actriz barcelonesa ha tenido la oportunidad de llevar su talento al teatro, con Amanda T, de Àlex Mañas; a series televisivas como Matar al padre o Cuéntame cómo pasó, y al cine, en títulos como La próxima piel o Lisa y Marcela, la cinta de Isabel Coixet que protagoniza. De momento, cine y televisión son los formatos en los que asegura sentirse “más cómoda”, aunque no descarta nada para un futuro. “Si el proyecto es bueno y tiene calidad, no me importa que el formato sea cine, televisión o teatro”, asegura.
Y si de casta le viene al galgo, la actriz tampoco descarta en ningún momento dedicarse a la profesión de su madre, la escritora Esmeralda Berbel. “Desde pequeña y durante seis años he escrito diarios. Me encanta escribir, aunque aún no tengo claro si me inclinaré más hacia la literatura o a la escritura de guiones. Todavía desconozco qué es lo que quiero contar, pero lo que sí sé es que no tardaré mucho en hacerlo. Escribir es un arte maravilloso y libre”.
Además de la interpretación y la escritura, otras disciplinas que apasionan a la actriz son el montaje cinematográfico, la fotografía, la cocina y la moda. Confiesa que, por ahora, no se ve haciendo otra cosa que no sea actuar. Sin embargo, no excluye que algunas de estas aficiones puedan acabar en un futuro convirtiéndose en un plan B profesional. “La moda me gusta desde que era pequeña y el hecho de vestirme es algo que disfruto, sobre todo en este momento, en el que tengo que asistir a muchas galas y eventos. Para mí la moda es importante, aunque en su justa medida. En cuanto a la fotografía, es un hobby que me entretiene; me encanta hacer fotos de mis amigas y de los lugares a los que viajo”.
Precisamente, esa pasión por la fotografía es una de las razones que explican su gran actividad en redes sociales. En su opinión, son un instrumento eficaz que ayuda a visibilizar su trabajo. Así, en Instagram Greta Fernández combina, con un sentido estético más que coherente, trabajos cinematográficos, producciones de moda y colaboraciones. Al cierre de estas líneas cuenta con 122,5k seguidores. Ahí es nada.
Tanto las redes sociales como los premios contribuyen a que, cada vez más, su rostro sea familiar para muchos. Pero su ambición no queda ahí. Greta piensa en grande y confiesa que uno de sus planes si todo sale como hasta ahora sería irse a probar suerte al otro lado del charco. “Por el momento estoy en fase de espera y viendo hacia dónde dirigirme, pero abierta a escuchar ofertas”. Hagan apuestas.