Kiki Morente

Kiki Morente (Granada, 1989) creció rodeado de talento y eso, reconoce, “es lo mejor que he tenido en mi vida”. Su padre, Enrique Morente, fue el gran renovador del cante flamenco y su madre, Aurora Carbonell, bailó durante años sobre los tablaos. Un ambiente creativo que influyó enormemente en el joven José Enrique —nombre de Kiki—: “Ver el trabajo, la creación, la inspiración y la investigación del cante tan de cerca me hizo desarrollar mi amor por ese arte muy pronto”, asegura. Un amor que también heredaron sus hermanas, Estrella y Soleá, que como cantantes se han acercado al flamenco desde distintas perspectivas. “Me tocó dedicarme al oficio de la casa, pero surgió de manera natural, nunca me obligaron —explica—. De hecho, me dieron la opción de hacer otras cosas porque, ante todo, querían que preservara mi libertad”.

El tercer disco de Kiki, titulado Azabache, verá la luz este año y el cantaor confiesa que, inevitablemente, siempre se hace una pregunta: “¿Cómo lo haría él?” Ese “él” es su padre, Enrique Morente. “Eso sí —aclara—, manteniendo siempre mi libertad creativa y artística. Influyó en mí como padre, pero también como compañero y, en mi día a día, convivo con esa dualidad. No deja de ser una influencia en cuanto a gustos y enfoques, pero sobre todo a forma de trabajar, que consiste en ser un poco más exigente cada día”. Entonces, ¿qué podemos esperar de su nuevo trabajo? “Azabache es un disco flamenco en el que se homenajea al cante clásico, a sus cimientos, pero vamos más allá incluyendo destellos de sonidos y tendencias más actuales. Estamos aquí para recordar cómo se hacían las cosas antes y evolucionar”.

“Me tocó dedicarme al oficio de la casa, pero surgió de manera natural. Mi padre me dio la opción de hacer otras cosas porque, ante todo, quería que preservara mi libertad”

El pasado 13 de abril Kiki presentó su nuevo disco en casa, en Granada, concretamente en un abarrotado Auditorio Manuel de Falla. “La conexión con el público fue un pasito más allá —rememora—. Sentir el cariño de tu tierra es indescriptible, notas la afición por el cante, que la gente sabe lo que está viendo y valora el esfuerzo realizado”. Para una ocasión tan especial, se rodeó de sus hermanas, Estrella y Soleá, de su madre Aurora y de un elenco de artistas al que ha incorporado al guitarrista Carlos de Jacoba y al bailaor El Tete. Para Kiki, que el pasado 22 de abril recibió el Premio Talía al Joven Talento patrocinado por Iberia, “el escenario es mi zona de confort, el sitio donde puedo ser yo mismo y volcar todo lo que soy”. Antes del lanzamiento del álbum, Kiki ofrecerá un concierto más: el 18 de junio en el Teatro Albéniz de Madrid, dentro del Universal Music Festival.

El revisionismo por el que apuesta Kiki, encarado siempre desde el respeto, se aprecia ya en el primer single del disco, Alegrías de Cádiz. Kiki ha aislado la guitarra de una grabación original de 1971 en la que su padre interpretaba esa canción popular junto al guitarrista Parrilla de Jerez para reinterpretarla al más puro estilo tradicional gaditano. “Hemos recuperado el flamenco antiguo de las cavernas, esa naturalidad que tenían los aficionados al flamenco cuando llegaban a una caverna y cantaban por alegrías. Además, hemos hecho un videoclip precioso recreando ese ambiente, ese aroma antiguo, para contar de dónde venimos”.

“El talento hay que buscarlo y, si le pones empeño, acabas encontrándolo. Porque puedes tener facultades, pero solo el trabajo duro las saca a la luz”

Kiki aborda el flamenco como una búsqueda, algo que entronca con su visión del talento. “El talento hay que buscarlo y, si le pones empeño, acabas encontrándolo. Porque puedes tener facultades, pero solo el trabajo duro las saca a la luz. A alguien talentoso se le presupone facilidad a la hora de ejecutar algo y eso es maravilloso, pero también tiene que trabajarlo. Por ello, ha de gustarte aquello para lo que tienes talento, valorar ese don y estar motivado para desarrollarlo. Hay que estar atentos e indagar porque el mundo está lleno de talento”. Un talento que crece cuando se encuentra, cuando conecta en lugares como la Fundación Enrique Morente Casa de la Tradición y la Traducción, que Kiki presentó a junto a sus hermanas a finales de 2023. “La Fundación está hecha con todo el cariño del mundo y el objetivo es que no se pierda de dónde venimos, preservar la música, pero también la cultura y el arte en general. Es la mejor herramienta para difundir el legado de mi padre. Por eso estamos trabajando en una agenda muy completa y pronto empezaremos a realizar actividades”. Con pasión, respeto y sensibilidad, Kiki honra el linaje flamenco al que pertenece y ha convertido el cante en su vía de expresión.