Los sueños se cumplen, sobre todo si los acompañas de trabajo, pasión y creatividad, en definitiva, de talento, y te rodeas de los mejores compañeros de viaje. Teresa Helbig, con el apoyo de Iberia, hizo realidad el suyo recientemente: desfilar en París. La capital francesa acogió la presentación de su última colección, ‘1832 Sur Mer’, inspirada en ‘Los miserables’, de Victor Hugo, y enriquecida por la exquisita y sofisticada cultura gala.
El pasado 7 de marzo, la moda de Teresa Helbig (Barcelona, 1963) aterrizó por primera vez en París. Y lo hizo de la mano de Iberia, compañía a la que le une, desde hace varios años, un sólido vínculo. La diseñadora es, de hecho, la creadora de los actuales uniformes de los empleados de vuelo y de aeropuertos de la compañía. El emblemático barrio parisino de Le Marais, concretamente la Galerie Joseph —antiguo Museo Pierre Cardin—, acogió la presentación de su nueva colección, 1832 Sur Mer (Otoño-Invierno 24/25), inspirada en la obra de Victor Hugo: Los miserables. Un homenaje a la lucha que, alentada por las ansias de libertad y la búsqueda de justicia de un pueblo, impulsó la insurrección de junio de 1832 en París. Enmarcada en el proyecto Talento a Bordo, que tiene por objetivo apoyar el talento español y hacerlo traspasar fronteras gracias a la presencia de Iberia en 48 países, la acción se alinea con el propósito de la aerolínea: generar prosperidad conectando personas y culturas.
Teresa Helbig renunció a participar en la última edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid para centrarse en su desfile en París, la capital de la moda. Un hito en la carrera de una diseñadora que ha hecho del talento, construido a base de trabajo, pasión, creatividad y mucho rock & roll, su seña de identidad. “Al final, el trabajo duro, el día a día en el atelier, alimenta el talento. No hay truco”, confesó en una charla con Talento a bordo. Paso a paso, la hija de una costurera que se crio entretelas y despegó en el mundo de la moda gracias a un vestido de plumas ha ido labrándose una sólida trayectoria que alcanza ahora, con su aterrizaje en París a bordo de un avión con su nombre —el A350 Next de Iberia—, su punto culminante. “París pone siempre en valor el arte, la cultura y la moda. Es un sueño estar aquí, siempre ha estado en mi imaginario”, reconocía Helbig momentos antes del desfile. Un sueño cumplido para una creadora que, pese a mantener siempre los pies en el suelo, vuela cada vez más alto: ha logrado vestir a grandes estrellas de Hollywood y en 2023 recibió el Premio Nacional de Diseño de Moda.
“París pone siempre en valor el arte, la cultura y la moda. Es un sueño estar aquí, siempre ha estado en mi imaginario” — Teresa Helbig
Los blancos, azules y rojos, colores de la bandera francesa, junto a un tejido tan vinculado al país como el grosgrain, fueron los grandes protagonistas de un desfile que duró el doble —30 minutos— de lo habitual y que recibió los aplausos de un público entregado. Entre los asistentes se encontraban figuras como la actriz Macarena Gómez, la cantante Luz Casal, el actor Gorka Otxoa, la escritora Elvira Lindo, el artista Pedro Paricio, la taekwondista Adriana Cerezo o la directora de cine Clara Roquet, entre otros. Helbig quiso compartir la ovación con su madre, Teresa Blasco. Antes del pase, los alrededor de 240 asistentes —entre los que también se encontraban periodistas e influencers vinculados al mundo de la moda— recibieron un ejemplar de Los miserables junto a un marcapáginas que daba acceso a un dossier sobre la colección y, una vez finalizado, disfrutaron de un animado cocktail.
Teresa Helbig agradece los aplausos al cierre del desfile ‘1832 Sur Mer’ en la capital francesa. © Gaspar Ruiz Lindberg
Una gran bandera francesa coronando una barricada en tono blanco presidió la presentación de la colección ‘1832 Sur Mer’. © Gaspar Ruiz Lindberg
Numerosos rostros conocidos, como la actriz Macarena Gómez, la cantante Luz Casal o la escritora Elvira Lindo, quisieron apoyar a Teresa Helbig. © Gaspar Ruiz Lindberg
La entrada al desfile estaba presidida por una maqueta del avión ‘A350 Next Teresa Helbig’ de Iberia. © Gaspar Ruiz Lindberg
Volviendo al desfile, Helbig cuidó hasta el último detalle la puesta en escena. En el centro de la sala, una barricada construida con elementos en tono blanco —sillas, ruedas de carro, toneles, cajas, sacos, etc.— que remitían a ese 1832 y, colgando del techo, una bandera francesa de varios metros de longitud. A su alrededor, desfilaron las modelos mostrando una colección que aunó tradición y modernidad, y que hizo gala de un romanticismo y una sensibilidad arrolladoras. Con raíces historicistas y un componente de agudeza y frescura, la pasarela se fue llenando de minifaldas mezcladas con abrigos sastrería, microvestidos acolchados o chaquetas de punto bordadas con pololos de piqué. Una nueva muestra del gusto exquisito por la técnica y el respeto por lo artesanal que caracteriza las colecciones de Helbig. Dicen que una mujer Helbig nunca pasa desapercibida, algo que en París volvió a quedar demostrado.
La alianza de Iberia y Teresa Helbig
Como comentábamos en el arranque, la catalana es la creadora de los uniformes que visten en la actualidad 6.500 empleados de Iberia. Antes lo hicieron diseñadores como Pedro Rodríguez, Pertegaz, Elio Berhanyer, Alfredo Caral y Adolfo Domínguez, lo que convierte a Helbig en la primera mujer. En total, 56 estilismos para hombre y mujer junto a una veintena de prendas y complementos que incluyen vestidos (también premamá), faldas, pantalones, blusas, camisas, abrigos, bolsos, guantes, cárdigans, blazers, chalecos, bufandas, jerseys, polos o corbatas. En ellos predominan los tonos azules, rojos, amarillos y crudos. Además, desde este verano, los clientes de la clase Business y Turista Premium de los vuelos de largo radio disfrutarán de unos nuevos neceseres, también creados por Helbig, inspirados en los uniformes, los cuales incluirán productos de cosmética natural y vegana elaborados en España con el excedente de la recolección de uvas de los vinos a bordo. Un neceser que los invitados al desfile de Teresa Helbig recibieron durante el vuelo que les trasladó a la capital francesa. ¡Qué mejor recuerdo!
