Patricia Urquiola

La arquitecta curiosa

1 Febrero 2020 Por Rosa Alvares
patricia urquiola apertura
Patricia Urquiola presenta estos días en Madrid su exposición ‘Nature Morte Vivante’. © Nicola Carignani

Su talento es universal. Porque la creatividad y el buen gusto no entienden de fronteras. Ahora la arquitecta y diseñadora Patricia Urquiola regresa a la capital para inaugurar 'Nature Morte Vivante': una muestra en el marco del Madrid Design Festival donde descubrir su personalísimo universo. 

Cuando Patricia Urquiola (Oviedo, 1961) era pequeña, su madre la llamaba “manos de pinza” por tantas cosas que rompía. Bien mirado, no es de extrañar: aquella niña era tan curiosa que necesitaba desentrañarlas para ver qué había dentro. Con 18 años, decidió marcharse de su Oviedo natal para estudiar Arquitectura en Milán y, poco a poco, hizo crecer su talento para revelar el alma de las cosas y plasmarla en edificios, lámparas, sillones, alfombras y un montón de objetos maravillosos capaces de hacernos la vida más fácil, cómoda y bella. Hoy es una de las diseñadoras y arquitectas más premiadas y apreciadas del mundo, aunque ella se empeñe en no darle demasiada importancia a este asunto: “El que corre tras esas etiquetas está perdido”.

Con una trayectoria brillante, la diseñadora afincada en Milán inicia el año con Nature Morte Vivante: una amplia exposición dedicada a su trabajo y organizada por el Madrid Design Festival 2020, que podrá verse en el Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa hasta el 1 de marzo. Comisariada por Ana Domínguez Siemens, la muestra que reúne una serie de piezas realizadas para la producción industrial, la producción artesanal y la intersección entre ambas, agrupando sus creaciones alrededor de seis bodegones o naturalezas muertas que exploran temas recurrentes en la línea de trabajo y pensamiento de Urquiola.

¿Qué hace que un diseño revolucionario nunca pase de moda?

Achille Castiglioni fue un gran diseñador y un gran hombre, y uno de mis maestros. Me enseñó a observar, curiosear y dar el tiempo justo a cada cosa; pero sobre todo a buscar siempre el aspecto lúdico y emotivo en cada proyecto. Recuerdo que Castiglioni decía siempre que cuando se proyecta es necesario pensar en quién utilizará tu creación; él adoraba este aspecto poético de pensar en los espacios o en los objetos en relación con las personas. “El elemento fundamental” —como él lo llamaba— es la base sobre la cual se funda el proyecto. Sus palabras están siempre presentes en mi mente y son el punto de partida para conseguir crear una conexión empática y emotiva con quien utilizará mis proyectos, sean estos de arquitectura u objetos.

Como creadora, ¿qué importancia le das al pasado y al futuro?

Creo que proyectar es un proceso complejo y no superficial. El pasado es el que nos ha llevado a ser como somos y, por lo tanto, no se puede ignorar. Este representa nuestras raíces, nuestra historia; es importante saber de dónde venimos y las cosas que han ocurrido. Mirar al pasado nos ayuda a entender el presente, a evitar los errores o a restablecer el equilibrio; pero un diseñador debe mirar al futuro y proyectarse en él, intentando adelantarse a individualizar los cambios en la sociedad, y a leer las exigencias y necesidades del futuro.

“Mirar al pasado nos ayuda a entender el presente, a evitar los errores o a restablecer el equilibrio; pero un diseñador debe mirar al futuro”

¿Cómo ha cambiado la forma de entender actos tan cotidianos como iluminar una habitación, sentarse o habitar un espacio?

Hoy en día, no podemos prescindir de la tecnología que ha entrado a formar parte de nuestra vida cotidiana, y es un aspecto que un diseñador debe tener cada vez más en consideración. La iluminación de un espacio, así como algunas funciones y hábitos, vienen unidos a la presencia cada vez más intrusiva de las nuevas tecnologías. Todo se está convirtiendo en smart. El smart working permite trabajar desde casa. Para quien es necesario tener un lugar en casa dedicado al home working, un cambio en el tipo de mobiliario y de iluminación lo hace posible.

Detrás de cada diseño hay una narración. ¿Qué cuentan las piezas y lugares que creas?

Mi inspiración nace de todo y desde cualquier lugar, calle, ciudad, gente y objeto. Soy curiosa, me gusta observar todo lo que me rodea, es mi mayor fuente de inspiración. Las cosas inesperadas habitualmente son las que me llaman más la atención. Me gusta muchísimo también coleccionar objetos, la mayor parte de los cuales parecen de poco valor o sin sentido. Pero muy a menudo encuentran la manera de llamar mi atención incluso después de pasado el tiempo, necesitan madurar.

En tu trabajo como diseñadora para una firma, ¿qué margen de libertad tienes?

Cuando una empresa me llama, intento siempre entender la realidad e interpretar la identidad de esa marca y el deseo del cliente final. Creo mucho en el trabajo de equipo, se proyecta siempre en grupo a cuatro manos. Quien me llama sabe que empujaré en la búsqueda de distintas posibilidades y nuevas tecnologías más allá del límite propio del proyecto, para llegar a un resultado innovador que supere las expectativas. Este desafío es un aspecto fundamental de mi trabajo. Pero el resultado debe ser siempre coherente con la identidad del cliente, de otra manera no se puede considerar un buen resultado.

¿Hasta qué punto conviven artesanía y tecnología en tus trabajos?

Los objetos creados por un artesano encuentran su manera de expresión a través del valor del material y del trabajo manual. Aunque no se resuelvan en una simple función, se convierten en “seres que hablan”, sensuales, icónicos, que recogen todos los valores de la tradición, empujándolos a la contemporaneidad. La tecnología, por su lado, forma parte de nuestra contemporaneidad, y nos permite habitualmente obtener materiales o resultados inesperados y difíciles de obtener de otra manera. Me gusta mucho la combinación de técnica y artificio, entre manualidad y desarrollo tecnológico. Me ha ocurrido varias veces el querer elaborar formas totalmente digitales y dárselas al artesano para que las realizara a mano; como por ejemplo el vaso de Albura diseñado para Bottega Ghianda.

En un planeta herido por el cambio climático, ¿debe ser el diseño ecofriendly?

El tema de la sostenibilidad es muy actual y es uno de nuestros deberes como proyectistas no solo ocuparnos sino también preocuparnos de esto. Actualmente, en todos nuestros proyectos estamos incrementando el trabajo con empresas italianas e internacionales para mejorar el proceso y la producción teniendo como prioridad el respeto por el medio ambiente. Esto abarca no solo la selección de materiales, sino todo el ciclo productivo y el trasporte, entre otros. Es un proceso largo.

“Solo se avanza si se rompen prejuicios”, dijiste en una ocasión. ¿Cuál es la clave para que Patricia Urquiola nunca se encasille?

Soy diseñadora y arquitecta, por lo cual todos los días me enfrento con proyectos diferentes y complicados. Para mí, el aspecto más importante de cada proyecto es el de conseguir buscar soluciones innovadoras y funcionales que, sobre todo, entren en empatía con quien los utilizará y los vivirá.