Jordi Iranzo
La unión hace la fuerza
El diseño español vive un gran momento gracias a figuras como las de Jordi Iranzo, último Premio Nacional de Diseño en la categoría de Joven Talento Innovador. Junto a Àngela Montagud, es el alma de Clap Studio. Firme defensor del trabajo en equipo, valor que aprendió del fútbol —jugó en las categorías inferiores del Valencia C.F.—, defiende que el talento español no tiene nada que envidiarle al de otros países, pero que debe unirse para visibilizarse.
Cuando a Jordi Iranzo (Valencia, 1989) le recuerdas que el pasado septiembre fue reconocido con el Premio Nacional de Diseño en la categoría de Joven Talento Innovador, lo primero que hace es citar a su compañera, Àngela Montagud: “Cuando me lo dan a mí, también se lo están dando a Àngela porque el nuestro es un trabajo en equipo. Es un premio que se da a título individual y por cuestiones burocráticas presentamos mi nombre. También es para todos los compañeros que han pasado por el estudio durante estos años”. Ni Jordi ni Àngela, las personas al frente de Clap Studio, estudiaron diseño de interiores —él es diseñador de producto y ella arquitecta técnica—, pero “siempre hemos sentido curiosidad por este mundo”, confiesa el creador. Una curiosidad que plasmaron en una revista digital sobre diseño (More With Less) que fundaron juntos durante su época de estudiantes.
El origen de Clap Studio está en More With Less. Toda una declaración de intenciones. ¿Os sigue definiendo?
Nuestros valores siguen siendo los mismos. Durante la carrera pusimos en marcha More With Less, que apostaba por el minimalismo estético, y nos sirvió para empezar a definirnos. Los trabajos de Clap siguen esa filosofía —no somos dados a llenar un espacio de ornamentos porque creemos que todo debe cumplir una función—, pero le hemos añadido una parte más juguetona, más divertida, más conceptual.
Tras varios años estudiando y trabajando en Alemania, decidisteis volver a España para crear vuestro propio estudio. ¿Qué os impulsó a tomar la decisión?
Durante unas prácticas siendo estudiante, aún respetando mucho al diseñador que me acogió, comprendí que era muy importante trabajar en algo que realmente me definiera y me hiciera sentir orgulloso. Cuando terminé la carrera, tanto Àngela como yo sentimos la necesidad de empezar algo nuestro, un estudio donde aplicar lo que habíamos aprendido. Tuvimos que decidir si montarlo en Alemania e instalarnos definitivamente allí o hacerlo en España; finalmente, optamos por volver, echábamos de menos a familiares y amigos, pero también, siéndote sincero [risas], el clima y la comida.
“Durante unas prácticas comprendí que era muy importante trabajar en algo que realmente me definiera y me hiciera sentir orgulloso”
Valencia fue Capital Mundial del Diseño en 2022. Aunque la ciudad siempre ha tenido un fuerte vínculo con el diseño, ¿habéis notado el impulso?
El mayor impulso se produjo durante el año de la capitalidad. El 2022 fue espectacular para Valencia porque se volvió a situar en el mapa del diseño. En los años 80 y 90 Valencia tuvo mucha fuerza, pero las crisis sucesivas hicieron que fuera perdiendo presencia a nivel nacional e internacional. Durante ese año todo volvió a florecer. Quizás faltó llegar a toda la población, que trascendiera a gente ajena al diseño. Hemos estado a la sombra de Madrid y Barcelona, pero en Valencia hay muchísimo talento, creatividad y oficio.
Brasil, Hong Kong, Arabia Saudí, Suiza, Alemania, Bielorrusia, China... ¿Cómo termina un pequeño estudio español viajando a todos esos países y generando esas conexiones?
Para nosotros, el 50% es el trabajo que hacemos, pero el otro 50% es la comunicación. Hoy, con la globalización, un trabajo hecho en España puede verse en todo el mundo. Si no difundiéramos los proyectos que hacemos, se quedarían en un ámbito local. Nosotros hemos hecho un esfuerzo a nivel comunicativo y, gracias a eso, una persona de Hong Kong puede ver nuestros trabajos, contactarnos y contratarnos. ¡Eso es brutal!
El 2023 fue un gran año para vosotros porque, además del Premio Nacional de Diseño, recibisteis el Global Restaurant & Bar Design Award. ¿Qué valor le dais a estos reconocimientos?
Al realizar un trabajo creativo es inevitable dudar de uno mismo durante el proceso. Te preguntas si estás haciendo lo correcto o si el diseño gustará. Los premios, por tanto, son una confirmación de que, pese a todas esas dudas, lo estás haciendo bien. También son un estímulo para seguir echándole horas. Para nosotros, el diseño es algo más que trabajo, es nuestra pasión.
“Tenemos que proyectar que en España se hacen cosas muy potentes y que no tenemos nada que envidiarle a otros países”
El jurado del Premio Nacional de Diseño os calificó como “ejemplo del prometedor futuro del diseño nacional”. Para vosotros, que además sois profesores, ¿cuánto talento joven vinculado al diseño hay en España?
Muchísimo. Cada vez más gente joven apuesta por el diseño y todos tenemos cabida porque el pastel es muy grande. Para nosotros, Studio Animal, Isern Serra o Inma Bermúdez no son competencia, son compañeros que demuestran a diario que en España se trabaja muy bien. Te he puesto tres ejemplos, pero te podría dar una lista inmensa. En España hay una gran capacidad creativa, no sé si por la mezcla cultural del país o por la tradición artesanal que tenemos. A nivel interno, es hora de reconocernos a nosotros mismos y, de cara al exterior, tenemos que proyectar que aquí se hacen cosas muy potentes y que no tenemos nada que envidiarle a otros países. Hay muchísimo talento y lo tenemos que visibilizar.
¿Y qué es el talento para vosotros?
El talento es una cualidad que todo el mundo tiene, lo único es que hay quien aún no ha descubierto cuál es. El talento te lleva a disfrutar con lo que haces, por ello le vas a dedicar más horas y vas a ir haciéndolo cada vez mejor. Nuestro sistema educativo no facilita que la gente descubra su talento porque, cuando acabas la ESO, te obligan a elegir entre algo más científico o algo más artístico. Y en Bachillerato te surgen más dudas porque no sabes qué carrera elegir. En mi caso, yo estudié música antes que diseño de producto. Para encontrar su talento, la gente tiene que probar diferentes cosas.
“Muchas veces nos preguntamos: ¿cómo vamos a diseñar una silla nueva a estas alturas? Y el pensamiento ha de ser el contrario, todo está por diseñar”
Sin renunciar a la funcionalidad, vuestros proyectos deslumbran a nivel artístico. ¿Cómo lográis ese equilibrio?
Otra de las patas fundamentales en Clap son las instalaciones artísticas. Cuando haces interiorismo trabajas para una marca, pero cuando haces una instalación puedes ser tú mismo. Nos permite crear de una forma menos rígida, sin ataduras. La educación que recibí en Alemania fue distinta a la recibida en España y una de las grandes diferencias es que las disciplinas se mezclaban. A Àngela y a mí nos divierten mucho las instalaciones y siempre que trabajamos en un proyecto intentamos integrar esa parte más artística.
La innovación es inherente al diseño. ¿Diríais, por tanto, que el diseño no tiene límites?
Para nosotros es superimportante seguir investigando y probar cosas nuevas, como coger materiales que ya conocemos y darles una vuelta para usarlos de manera más sostenible. Colaboramos con startups que trabajan con materiales novedosos, como el plástico reciclado. De la mano de estos materiales, podemos cambiar la manera de construir y proyectar. Volviendo a tu pregunta, el diseño no tiene límites. Muchas veces nos preguntamos: ¿cómo vamos a diseñar una silla nueva a estas alturas? Y el pensamiento ha de ser el contrario, todo está por diseñar.