Itziar Ituño y Rozalén

Las canciones de nuestra vida

20/06/2023 · Por Redacción TAB
Ituño y Rozalén en el Espacio Iberia

Desde que llegamos al mundo, la música nos acompaña. Se convierte en la banda sonora de nuestra vida, aquella que, a través de letras y melodías, despierta nuestras emociones y fija nuestros recuerdos. Ahí reside el poder de las canciones. Un poder que Itziar Ituño y Rozalén analizaron en el primer encuentro —‘Letra y música. Cómo componer una canción’— celebrado en el Espacio Iberia.

El Espacio Iberia —hasta el 1 de julio en la Calle Maestro Victoria, 3 (Madrid)— está acogiendo una serie de encuentros que, de la mano de diferentes personalidades del mundo de la cultura, pretenden poner el talento español a volar. El primero de ellos reunió a Itziar Ituño (Basauri, 1974) y a María de los Ángeles Rozalén (Albacete, 1986) bajo el título: Letra y música. Cómo componer una canción. Rozalén, Premio Nacional de las Músicas Actuales 2021, tiene una consolidada carrera como cantautora, mientras que Ituño, al frente del grupo INGOT, dedica el escaso tiempo libre que le deja la interpretación a su otra gran pasión, la música. Durante la charla, moderada por la periodista Arancha Moreno —directora de la revista musical Efe Eme—, ambas establecen una conexión, hasta el punto de reconocerse primas cuando a su mente acude, al unísono, el nombre de la cantautora chilena Violeta Parra.

“La música es como una flecha que primero va al corazón y después a la cabeza, es una herramienta muy poderosa para cambiar las cosas” — Ituño

Las palabras transmiten emociones y, si estas se envuelven con música, adquieren un gran poder. El compromiso de Itziar y Rozalén con el mundo que las rodea es más que conocido y eso se trasluce en sus letras. “La música es como una flecha que primero va al corazón y después a la cabeza, no al revés —apunta Itziar—, es una herramienta muy poderosa para cambiar las cosas”. En ese sentido, Rozalén tiene muy claros sus referentes: “Mis artistas favoritos siempre han tenido un gran compromiso social, cantautores como Violeta Parra, Víctor Jara, Joan Manuel Serrat o Luis Eduardo Aute”. Cada canción nace de un sentimiento, que puede estar ligado a la alegría pero también a la tristeza. “Cuando hay sufrimiento, salen cosas muy potentes. Al final, las crisis nos hacen avanzar a todos los niveles, como individuos y como sociedad”, señala Rozalén.

Tanto Rozalén como Itziar reconocen que, en muchas ocasiones, se sienten meras transmisoras de ideas que ni siquiera les pertenecen. Y es que la inspiración puede tomar muchas formas. Para encontrarla, ambas apuestan por compartir la vida, un sentir que Rozalén resume así: “Si no vives, no cantas”. Pero, a la hora de escribir una letra, ambas prefieren la soledad. “Musicalmente sí me gusta juntarme con mi grupo, pero para saber qué quiero decir, que tiene que ser algo que a mí me toque, me encierro en casa varios días seguidos —confiesa Rozalén—. Cuando veo que hablo mucho con el perro y con la gata, me digo a mí misma: sal y tómate una caña”. Itziar también trabaja las letras de INGOT en solitario y, de hecho, asumir esa parte del proceso creativo fue la condición que puso para entrar en el grupo: “Si entro es para cantar lo que yo quiera, les dije. Ahora, cuando tengo una letra se la envío y ellos me dan alguna sugerencia”.

“Mi objetivo en la vida es que mi mejor canción esté aún por llegar, conectar con alguien a través de la música da sentido a lo que hago” — Rozalén

Itziar, que tras su aparición en la serie La casa de papel se ha convertido en una actriz reconocida a nivel mundial, se niega a aparcar su afición por la música. “Cuando tengo tiempo y fuerzas, agarro el cuaderno y me pongo a darle vueltas a un tema. A veces, me quedo dormida en el sofá con el cuaderno, pero es que llevo mucha tralla con mi profesión”. Para Rozalén, en cambio, la música es el centro de su vida y a ella se entrega en cuerpo y alma. “Soy de las que piensa que, si te pones, al final algo sale. Hay canciones que he tardado años en terminar y otras que solo he rumiado una tarde. Mi objetivo en la vida es que mi mejor canción esté aún por llegar, conectar con alguien a través de la música da sentido a lo que hago”.

Conectar, es decir, establecer un vínculo con otras personas a través de la creación es una meta que ambas persiguen y, por ello, reivindican el poder de la cultura. “Durante el confinamiento la gente fue consciente de que las series, los libros y las canciones nos nutren el alma” se arranca Rozalén. Y remata Itziar: “La gente se ha dado cuenta de que no somos un adornito en esta sociedad, cumplimos una función importantísima a nivel sentimental y emocional”. En esta ecuación, juega un papel fundamental el talento. “Para mí tener talento es, por ejemplo, saber hacer una buena barra de pan. Al final, es dedicarle tiempo y cariño a algo que te hace feliz a ti y que luego, además, hace feliz a los demás”, señala Rozalén. “Creo que hay personas que nacen con un don, con una especie de predisposición, y si ese don lo vas puliendo se acaba convirtiendo en un talento”, concluye Itziar. Y así se marcharon con la música a otra parte.